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Estados Unidos tiene una nueva cifra sombría que presentar: en lo que va del año, el país ha sufrido 272 tiroteos masivos, según la organización Gun Violence Archive. Tan solo el fin de semana pasado se registraron ataques de este tipo en seis estados diferentes. Un tiroteo masivo se constituye como un ataque con armas de fuego en el que cuatro o más personas mueren, sin contar el tirador.
Para este punto, el número de tiroteos en masa es un 40 % más alto que en el mismo periodo de 2020, y un 65 % mayor al registrado en 2019. Pero eso no es lo peor: en lo que va de 2021 se han registrado más de 19.000 muertes por violencia con armas de fuego, un promedio de 120 al día.
La violencia con armas es una epidemia que va en aumento y hay dos hipótesis circulando sobre las razones que condujeron al recrudecimiento de los ataques. Para algunos departamentos de Policía, por un lado, esto se debe a que hay una “disminución severa” en la actividad policial.
“Cuando la delgada línea azul se retira, la violencia entra”, señaló Ray Kelly, excomisionado de la Policía de Nueva York.
Debido a las restricciones por la pandemia de coronavirus, los departamentos de policía no tuvieron la misma actividad que en años anteriores, pues no había tanta gente en la calle y por lo tanto hubo menos policías así como menos paradas y detenciones. Pero esa teoría de Kelly de una “disminución en la actividad policial”, que comparte el Departamento de Policía de Baltimore, entre otros, no está respaldada por los datos.
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Si bien es cierto que la actividad policial disminuyó, como se evidencia en un menor número de arrestos durante 2020, la realidad es que una menor vigilancia no condujo por si sola al aumento de violencia, sino que fue el aumento del porte de armas tanto legal como ilegal, el que nos trajo a esta crisis. De hecho, cabe destacar que en grandes ciudades como Chicago y Los Ángeles, aunque las detenciones policiales cayeron, los cargos por posesión de armas de fuego aumentaron hasta en un 83 %.
“A menos que la policía haya mejorado drásticamente (y sepa a quién detener”, lo que muestran las cifras es que mucha más gente porta armas ilegalmente en Chicago”, le dijo Jens Ludwig, director del Laboratorio Criminalístico de la Universidad de Chicago, a Vox.
Aunque no se puede descartar que una menor actividad policial es un factor contribuyente de un aumento de la violencia con armas, que se suma a otros como la falta crisis de legitimidad y a la escasa aplicación de la ley para el control del porte, esta emergencia se debe para expertos en seguridad como Ludwig a que hay más armas circulando.
Durante la pandemia, los estadounidenses compraron armas como nunca. Según el FBI, las autoridades recibieron más de 39 millones de solicitudes de verificación de antecedentes, las cuales se llevan a cabo cuando un ciudadano intenta comprar un arma. Y si bien estas solicitudes no se traducen en la venta total de armas en un año, los datos federales son el indicador más cercano que se tiene para determinar cómo se mueve la industria de armas en el país.
El ritmo no se detiene: hasta mayo de 2021, el FBI recibió casi 20 millones de solicitudes de verificación de antecedentes. Esto indica que el interés por adquirir ha aumentado en casi un 25 % respecto al año anterior. En 2021, Estados Unidos podría superar fácilmente el récord establecido el año pasado de verificación de antecedentes, y por lo tanto el de venta de armas y circulación de estas en el país.
La situación se hace aún más compleja si se tiene en cuenta que estados como Texas, bajo el dominio de legislaturas republicanas, han flexibilizado las leyes para la posesión, a pesar de que los tiroteos van en aumento. El Senado de Texas, liderado por los republicanos, votó a favor de eliminar las restricciones para el porte de armas de fuego, como la solicitud de una licencia, la capacitación para el uso de armas y la verificación de antecedentes, pese a las advertencias de que esta flexibilización podría poner en mayor riesgo a la población.
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Varios estudios, como los realizados por la Universidad de California, la Universidad Johns Hopkins y la Universidad de Berkeley, han demostrado que la verificación de antecedentes por si sola no ayudará a reducir la violencia con armas de fuego y apuntan a que se necesita un sistema sólido de solicitud de licencias para el porte de estas. Estos requisitos para el porte de armas sí conducen a menos muertes.
Los republicanos en Estados Unidos, sin embargo, continúan transitando en contravía flexibilizando las leyes para que no haya control de armas de ningún tipo. Y si, como demuestran los datos, la mayor circulación de armas condujo a una mayor violencia con armas de fuego en 2020, no sería una sorpresa que en 2021 el baño de sangre en el país sea aún más grave.
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