Aborto en El Salvador: mujer es liberada después de nueve años de prisión
Kenia tenía 17 años cuando sufrió una caída que le hizo perder su embarazo. En El Salvador, donde el aborto es ilegal en todos los casos, la enviaron a la cárcel cuando dejó el hospital. Casi nueve años después fue liberada y contó su historia.
Kenia, quien reserva sus apellidos, estudiaba su primer año de bachillerato cuando quedó embarazada. Poco después, en un granero a un costado de su casa, se cayó y tuvo una “emergencia obstétrica”. Su padre la halló desangrándose. Llamaron a emergencias de la Policía, pero nadie llegó.
”Mi bebé nació y no reaccionó, lo último que recuerdo fue que vi muchas luces en mi cara. Ya estaba en el hospital en una camilla y estaban muchos policías custodiándome, tomándome fotos”, rememoró Kenia.
Uno de los policías le dijo que se iba a encargar de que me “pudriera en la cárcel, y así fue”, contó. El día del juicio ese policía actuó como testigo. “Era su versión contra la mía, fue algo muy duro”, relató entre lágrimas.
Ya con 18 años de edad, recibió la sentencia: 30 años de cárcel por un aborto que fue tipificado como homicidio agravado.
”Me privaron de libertad por algo tan injusto, perdí toda mi juventud, perdí a mi familia, todos mis planes de superación se me vinieron abajo”, explicó Kenia, hoy con 26 años. Pese a la extensa condena, tanto ella como otras cuatro mujeres con similares penas recibieron en los últimos dos meses el beneficio de la “libertad anticipada”.
Algunas relataron sus vivencias en una rueda de prensa organizada por la Agrupación Ciudadana para la Despenalización del Aborto Terapéutico, Ético y Eugenésico (Acdatee).
Kenia, quien reserva sus apellidos, estudiaba su primer año de bachillerato cuando quedó embarazada. Poco después, en un granero a un costado de su casa, se cayó y tuvo una “emergencia obstétrica”. Su padre la halló desangrándose. Llamaron a emergencias de la Policía, pero nadie llegó.
”Mi bebé nació y no reaccionó, lo último que recuerdo fue que vi muchas luces en mi cara. Ya estaba en el hospital en una camilla y estaban muchos policías custodiándome, tomándome fotos”, rememoró Kenia.
Uno de los policías le dijo que se iba a encargar de que me “pudriera en la cárcel, y así fue”, contó. El día del juicio ese policía actuó como testigo. “Era su versión contra la mía, fue algo muy duro”, relató entre lágrimas.
Ya con 18 años de edad, recibió la sentencia: 30 años de cárcel por un aborto que fue tipificado como homicidio agravado.
”Me privaron de libertad por algo tan injusto, perdí toda mi juventud, perdí a mi familia, todos mis planes de superación se me vinieron abajo”, explicó Kenia, hoy con 26 años. Pese a la extensa condena, tanto ella como otras cuatro mujeres con similares penas recibieron en los últimos dos meses el beneficio de la “libertad anticipada”.
Algunas relataron sus vivencias en una rueda de prensa organizada por la Agrupación Ciudadana para la Despenalización del Aborto Terapéutico, Ético y Eugenésico (Acdatee).