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El jueves, el Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos sorprendieron a la región con el anuncio de una nueva estrategia migratoria que trabaja, en síntesis, sobre dos rieles: por un lado, hay un mayor castigo al cruce irregular de migrantes. A la vez, el Gobierno dice que intenta facilitar la migración regular y ordenada de estos hacia el norte del continente.
“El grueso del anuncio son nuevas medidas para hacer más difícil el buscar asilo en Estados Unidos. Pero están acompañando esas medidas con algunas otras maneras de buscar protección, que, hay que reconocerlo, es una gran diferencia entre el gobierno de Joe Biden y el de Donald Trump”, señaló Adam Isacson, de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
La noticia llega en un momento clave, pues estamos a solo dos semanas de que se ponga fin al Título 42, una política heredada de la administración Trump que se usó para expulsar a inmigrantes de manera inmediata en la frontera estadounidense. Washington teme que con el fin de esta política el ingreso por la frontera sur aumente de manera desorganizada, por lo que esta nueva estrategia busca contener ese tsunami de posibles llegadas. ¿Cómo funcionará esto?
En primer lugar, tenemos que hablar del castigo. Con el fin del Título 42 vamos a ver el regreso del Título 8. Este es el cuerpo de la ley federal que se ha ocupado de la inmigración desde hace casi siete décadas. Lo más importante de esto es que a todas las personas expulsadas con esta política se les prohibirá el reingreso a Estados Unidos por al menos cinco años. El castigo para quienes tratan de ingresar irregularmente al país, entonces, será más fuerte que el actual, pues con el Título 42, las personas expulsadas no tenían una restricción de tal tipo, así que intentaban volver a cruzar la frontera de forma irregular una y otra vez.
“Se espera que el procesamiento bajo el Título 8 reduzca la cantidad de cruces fronterizos repetidos con el tiempo, que aumentó significativamente bajo el Título 42″, señala el plan estadounidense presentado el jueves.
Como parte de los castigos también vemos un aumento en los vuelos de deportación por semana. El Departamento de Seguridad Nacional dijo que aumentará la capacidad de transporte. El número de vuelos, según comunicaron las autoridades estadounidenses, se duplicará y hasta se triplicará para algunos países. Pero no todo busca ser un castigo. Del otro lado están las opciones. Y es que Estados Unidos no quiere cortar la migración de tajo, según Isacson, sino que se realice de manera ordenada.
Como parte de los esfuerzos para que la migración sea transparente y organizada, EE. UU. quiere abrir Centros Regionales de Procesamiento (RPC por sus siglas en inglés) en todo el hemisferio. Los primeros se establecerán en Colombia y Guatemala, como se anunció el jueves. Y la función de estos centros será la de recibir a las personas que quieren migrar, realizarles una entrevista y estudiar sus casos para ver si son elegibles. Luego de esto, podrán viajar a Estados Unidos.
“Si usted pasó por un tercer país al llegar a la frontera entre México y Estados Unidos, y no pidió asilo en ese país, le va a ser casi imposible tener el derecho de pedir asilo. Lo van a rechazar. Estos centros parecen ser algo positivo, pero, claro, necesitamos saber más detalles”, dice Isacson.
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Entonces, ¿cuáles son los pasos que Estados Unidos quiere que se sigan para migrar? Por ahora, y a falta de más detalles que se conocerán en los próximos días, lo que se sabe sobre el proceso es esto: lo primero que deben hacer los extranjeros es acceder a la CBP One, la nueva aplicación de citas para presentarse a la frontera estadounidense. Y aquí ya entramos en los problemas.
“Si lo que hacen es que los migrantes saquen citas de manera electrónica, hay una dificultad. ¿Cuántos cupos abrirían al día? Si solo son 100, y me imagino que unas 10.000 personas estarán buscando cupos al día en un país como Colombia, conseguir una cita en esos centros será como conseguir un tiquete para ver un concierto de Taylor Swift”, recalca Isacson.
El experto pide considerar también a quienes no son muy buenos con la tecnología. “Quienes no son hábiles manejando aplicaciones para pedir la cita, o quienes no tengan una buena conexión a internet, perderán las oportunidades, aunque sean los más vulnerables. Va a haber mucha competencia para sacar las citas si no dan bastantes. Ahora mismo está pasando en el norte de México. Estados Unidos está dando 750 citas por día para quienes quieren pedir asilo por la aplicación. Cada día, los cupos se llenan en unos cinco o seis minutos”, informa Isacson.
La oferta sobrepasa la demanda. Y, de todas maneras, después de conseguido el cupo, nada está asegurado. Ahí empieza el camino más largo: una entrevista, el chequeo de sus antecedentes, llenar los primeros formularios y la asignación de una fecha para comparecer por primera vez ante un juez de migración, que puede tardar meses o años. Mientras espera que esto ocurra, puede tener la posibilidad de vivir y trabajar en Estados Unidos. Pero Isacson dice que con la sobrecarga en las cortes de migración, el proceso de asilo, aun si va a ser rechazado, puede durar varios años. Por eso, EE. UU. debe reforzar sus operaciones en las cortes.
“Muchos de los que sí tienen oportunidad de pedir asilo van a tener que defender su caso hasta cinco días después de haber entrado en Estados Unidos, mientras siguen en las cárceles de la Patrulla Fronteriza, hablando con los oficiales de asilo por teléfono, sin siquiera verlos. Va a ser muy difícil documentar sus solicitudes con esas condiciones y muchas van a ser rechazadas. El gobierno de Trump hizo algo así, aunque más restrictivo”, señala el experto.
El otro asunto es el de la “reunificación familiar”, un programa que les permite a los inmigrantes que ya se hayan hecho ciudadanos u obtenido la residencia legal permanente en EE. UU. solicitar una visa de residencia para sus familiares directos. Colombia entró el jueves a ser partícipe de este programa con nuevas reglas para los solicitantes: deben tener una persona en EE. UU. que les sirva de patrocinador y debe hacer la solicitud en el RPC (los centros que serán instalados en Colombia). En un corto tiempo le informarán si es beneficiario del programa. Si es el caso, podría entrar a trabajar legalmente en EE. UU. mientras avanza su solicitud de residencia. ¿Habrá cupos para este programa? Es algo que tendrá que definir Estados Unidos pronto. Se esperan más detalles el próximo 11 de mayo.
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