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El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, estuvo este lunes en Bogotá, la primera parada de un viaje que incluye también una escala en Chile y otra en Perú, en donde participará en la Asamblea de la OEA, en Lima.
Se trata de por lo menos la cuarta visita de alto nivel de delegados de la administración de Joe Biden desde que Gustavo Petro ganó en las urnas. En diálogo con El Espectador, el funcionario dio más detalles sobre su conversación con el primer mandatario colombiano y la relación bilateral.
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¿Qué destaca de su reunión con el presidente Petro?
Tuvimos una conversación muy constructiva y detallada sobre los retos que enfrentamos en conjunto, como los del narcotráfico, el cambio climático y la búsqueda de una implementación total del Acuerdo de Paz, así como asuntos regionales que conciernen a Colombia y EE. UU.
Abordamos mucho terreno en un par de horas y aprecio el tiempo del presidente, así como la sustancia de la conversación. El presidente Biden me pidió estar aquí tan rápido como fuera posible para que pudiéramos compartir perspectivas en estos asuntos y profundizar la aproximación conjunta; hoy (lunes) fue un buen ejemplo de eso.
¿Cómo ve la administración Biden los primeros meses de la Presidencia Petro y sobre todo su propuesta de “paz total”?
Hemos tenido mucho compromiso con la administración Petro, incluso desde antes de que llegara al despacho, durante la transición y hasta ahora. Hemos hablado de la aspiración de “paz total”, la cual apoyamos mucho, de una paz basada en desarrollo rural, seguridad para la gente en todo el país, con mayor presencia y protección estatal, así como de oportunidades inclusivas. Hablamos de la forma en que Estados Unidos puede ayudar a conseguir eso. Firmamos el acompañamiento al capítulo étnico del Acuerdo de Paz, que es vital para tener una paz duradera, porque solo lo será si la paz es inclusiva y si se asegura que la experiencia, la historia y los derechos de la población afrocolombiana e indígena son parte del proceso.
El presidente Petro ha dicho que la guerra contra las drogas fracasó. ¿Qué piensa de eso y de su nueva aproximación al asunto?
Compartimos la visión de que tiene que haber una aproximación comprensiva holística a este desafío, eso significa para Estados Unidos lidiar con el problema de la demanda, es una de las cosas que mueven el narcotráfico, es un frente en el que estamos trabajando. El presidente Biden ha adoptado una aproximación que se enfoca, en nuestro país, en ofrecer tratamiento más que encarcelamiento. Pero también significa asegurarse de que tratamos las causas raíz que pueden darle a la gente la sensación de que no tienen más opción que involucrarse en el narcotráfico o caer en la adicción porque no tiene oportunidades ni esperanza. Asegurarnos de que atendemos esos asuntos es importante, y estamos de acuerdo en eso. También trabajamos juntos en la aplicación de la ley, que es necesaria y un elemento eficiente para tratar el problema. El presidente lanzó ideas sobre profundizar la cooperación en interdicción si la droga se mueve vía marítima, puede que haya más por hacer en ese frente. Sugirió más cooperación que podemos encontrar al compartir información de inteligencia.
¿Le preocupan a la administración Biden los cambios propuestos por el gobierno Petro en materia de extradición?
Son decisiones soberanas para ambos países y respetamos la soberanía de Colombia respecto a la política que adopte en la materia. En nuestra experiencia, el proceso de extradición ha beneficiado a ambos países, para avanzar en justicia, tanto en Estados Unidos como Colombia, defender los derechos de las víctimas, y en ambas direcciones. Acordamos seguir trabajando juntos en el tema de extradición, por eso hay que mirar cada proceso individualmente.
¿Cómo surgió el acuerdo para intercambiar prisioneros con Venezuela? ¿Hay otros procesos similares en camino con ese país u otros?
Es preciso decir que las personas liberadas fueron detenidas de forma injusta por un período muy largo. Trabajamos para traerlos de vuelta a casa y lo mismo ocurre en muchos países que arbitrariamente detienen y tienen como rehenes a individuos por propósitos políticos usualmente. Independientemente de lo que suceda con la relación, trabajamos todos los días para traerlos con sus familias. Eso no dice nada respecto a la relación (entre ambos países), sino que se enfoca en traer a casa a gente que nunca debió haber sido detenida.
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¿No cree que se manda un mensaje de que esto podría ser una forma de presión para que Estados Unidos negocie?
Al tiempo que trabajamos en traer de vuelta a estas personas, tomamos pasos concretos para desincentivar a los países a incurrir en estas prácticas. El presidente Biden anunció algunos de esos pasos recientemente y pronto vendrán más.
¿Cómo ve Estados Unidos el restablecimiento de relaciones entre Venezuela y Colombia, y la oferta de que sea garante en los diálogos con el Eln?
Es una decisión soberana de Colombia. Hablamos de lo que podríamos hacer juntos para promover a Venezuela y al régimen de Maduro a volver a un camino democrático, para nosotros eso empieza con comprometerse y en últimas llevar a cabo las negociaciones con la plataforma unitaria de oposición. Esperamos que un proceso para elecciones libres en Venezuela se pueda dar, es el primer paso más importante para restablecer la democracia. La ausencia de democracia, la acción represiva del régimen, el terrible manejo económico, han producido una crisis humanitaria que ha dejado millones de refugiados. Colombia ha sido extraordinariamente generosa al recibir a tantos venezolanos, pero también los vemos yendo hacia el resto del hemisferio, incluyendo Estados Unidos. Queremos ver a Venezuela volver a la democracia y tener una mejor relación, pero eso depende de que el régimen tome los pasos necesarios para llevar a Venezuela de vuelta por ese camino. Si la relación de Colombia con Venezuela puede estimular eso y producir progresos, es bueno.
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¿Cuál será la próxima movida de Estados Unidos en relación con los eventos recientes de la guerra en Ucrania y la posible amenaza nuclear por parte de Putin?
Primero hay que reconocer lo que pasó: Putin decidió invadir otro país, dominar su territorio, matar a decenas de miles de personas, con un diseño imperialista y con la aspiración de borrar la independencia y la soberanía de Ucrania. Eso ha fracasado, pero ha hecho mucho daño en el camino. Nuestra política es la misma que la del día uno: apoyar a Ucrania en sus esfuerzos por defenderse, fortalecer su posición, para que si una negociación se da esté en la posición más fuerte posible. Y poner presión a Rusia junto con otros muchos países, para terminar la agresión que empezó una persona, Putin, y una persona lo puede detener: Putin. Hemos visto que en vez de moverse hacia el fin de la guerra ha estado echando gasolina al incendio, llamando a más combatientes, con el falso referéndum, con la llamada “anexión” de territorios y las amenazas de uso de armas nucleares. Seguimos con otros países decididos a continuar con la política que dejamos clara: apoyo a Ucrania, presión a Rusia. Esperamos un fin a esta guerra, pero eso depende de que Putin decida terminarla.
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