Argentina quiere amansar a presos con técnica sadomasoquista
Látigo en mano y ligera de ropas, una argentina entrada en los cuarenta pretende ingresar en las cárceles para “amansar” a los presos con su práctica sadomasoquista de “dominación femenina”.
Agencia EFE
La “ama dominadora” Patricia espera recibir “respuestas satisfactorias” a su propuesta por parte de las autoridades penitenciarias de la provincia de Buenos Aires -aunque estas ya han adelantado que la iniciativa tiene pocas probabilidades de prosperar- y no descarta “patentar” su método.
Su intención, aseguró Patricia en declaraciones, “no es violar derechos humanos sino aplicar correctivos” para que los reos puedan “regresar a la sociedad con otra perspectiva”.
“Hace tres años y medio que me dedico profesionalmente a esta práctica, pero soy dominante por naturaleza. Es mi forma de ser y por tanto me resulta sencillo incursionar en la mente del 'esclavo' para lograr su total y completo dominio”, afirma.
Patricia aclara que “esclavo” es el nombre que las 'amas' dan a quienes alcanzan el goce sexual sometiéndose a su autoridad, lo que en la práctica supone disfrazarse de momia o de poney amaestrado, convertirse en silla humana o caminar a cuatro patas cual perro fiel.
“Son esclavos modernos, no contra su voluntad. Yo los cuido, los protejo y ellos me obedecen”, enfatiza.
El ama revela que el objetivo de esta técnica es “dominar a los hombres y hacerlos sumisos”. “No hace falta llegar a la violencia para sentir placer. Sí es importante aplicar el dominio disciplinante para moldear el carácter”, matiza.
Se esfuerza por destacar que su disciplina se conoce con el nombre de “FemDom” , señala que “profesionalmente” está a cargo de “sesiones privadas” en “pubs y sótanos oscuros” y asegura que aplica sus técnicas a quienes la buscan “voluntariamente” , sin aceptar “menores ni otro tipo de prácticas aberrantes”.
“Siempre existen los límites y si la persona que viene a verme no los tiene, yo los pongo pues no me interesa sobrepasarme”, considera antes de aclarar que no mantiene relaciones sexuales con sus “esclavos”.
Patricia afirma que la dominación es un “tema muy profundo y amplio” que no se debe tomar como una broma o una simple curiosidad.
“Es una cuestión seria. No es un juego de niños porque tomar las riendas emocionales, psicológicas y físicas de una persona no es para cualquiera. Hay que tener conciencia y saber llevarlo adelante para favorecer a esa persona”, sostiene.
La dominadora dice que está pensando en “patentar” su idea de utilizar esta disciplina con los presos, “en grupos o de manera individual”, que artículos científicos apoyan su teoría y que ansía un guiño del Servicio Penitenciario Bonaerense, que adelantó que la iniciativa tiene casi nulas posibilidades de prosperar.
De momento, a las cárceles bonaerenses sólo han ingresado profesores de yoga que enseñan técnicas de respiración y relajación a los presos para bajar su nivel de ansiedad.
“Espero una respuesta. Hay asesinos que están reprimidos y por eso actúan con violencia. Ya lo dijo (Sigmund) Freud: todo es libido. En el fondo, la mayoría de los asesinos seriales tienen problemas sexuales”, apunta.
Patricia confía en sus métodos, en su experiencia en la materia y en el conocimiento que dice haber atesorado sobre el “pensamiento y sentir instintivo de los hombres, sean reclusos o estén libres”.
“Estoy segura de que obtendría resultados favorables. Puedo afirmar que si a los reos se les mantiene en una conducta de régimen disciplinario sexual, se logra apaciguarlos”, concluye.
La “ama dominadora” Patricia espera recibir “respuestas satisfactorias” a su propuesta por parte de las autoridades penitenciarias de la provincia de Buenos Aires -aunque estas ya han adelantado que la iniciativa tiene pocas probabilidades de prosperar- y no descarta “patentar” su método.
Su intención, aseguró Patricia en declaraciones, “no es violar derechos humanos sino aplicar correctivos” para que los reos puedan “regresar a la sociedad con otra perspectiva”.
“Hace tres años y medio que me dedico profesionalmente a esta práctica, pero soy dominante por naturaleza. Es mi forma de ser y por tanto me resulta sencillo incursionar en la mente del 'esclavo' para lograr su total y completo dominio”, afirma.
Patricia aclara que “esclavo” es el nombre que las 'amas' dan a quienes alcanzan el goce sexual sometiéndose a su autoridad, lo que en la práctica supone disfrazarse de momia o de poney amaestrado, convertirse en silla humana o caminar a cuatro patas cual perro fiel.
“Son esclavos modernos, no contra su voluntad. Yo los cuido, los protejo y ellos me obedecen”, enfatiza.
El ama revela que el objetivo de esta técnica es “dominar a los hombres y hacerlos sumisos”. “No hace falta llegar a la violencia para sentir placer. Sí es importante aplicar el dominio disciplinante para moldear el carácter”, matiza.
Se esfuerza por destacar que su disciplina se conoce con el nombre de “FemDom” , señala que “profesionalmente” está a cargo de “sesiones privadas” en “pubs y sótanos oscuros” y asegura que aplica sus técnicas a quienes la buscan “voluntariamente” , sin aceptar “menores ni otro tipo de prácticas aberrantes”.
“Siempre existen los límites y si la persona que viene a verme no los tiene, yo los pongo pues no me interesa sobrepasarme”, considera antes de aclarar que no mantiene relaciones sexuales con sus “esclavos”.
Patricia afirma que la dominación es un “tema muy profundo y amplio” que no se debe tomar como una broma o una simple curiosidad.
“Es una cuestión seria. No es un juego de niños porque tomar las riendas emocionales, psicológicas y físicas de una persona no es para cualquiera. Hay que tener conciencia y saber llevarlo adelante para favorecer a esa persona”, sostiene.
La dominadora dice que está pensando en “patentar” su idea de utilizar esta disciplina con los presos, “en grupos o de manera individual”, que artículos científicos apoyan su teoría y que ansía un guiño del Servicio Penitenciario Bonaerense, que adelantó que la iniciativa tiene casi nulas posibilidades de prosperar.
De momento, a las cárceles bonaerenses sólo han ingresado profesores de yoga que enseñan técnicas de respiración y relajación a los presos para bajar su nivel de ansiedad.
“Espero una respuesta. Hay asesinos que están reprimidos y por eso actúan con violencia. Ya lo dijo (Sigmund) Freud: todo es libido. En el fondo, la mayoría de los asesinos seriales tienen problemas sexuales”, apunta.
Patricia confía en sus métodos, en su experiencia en la materia y en el conocimiento que dice haber atesorado sobre el “pensamiento y sentir instintivo de los hombres, sean reclusos o estén libres”.
“Estoy segura de que obtendría resultados favorables. Puedo afirmar que si a los reos se les mantiene en una conducta de régimen disciplinario sexual, se logra apaciguarlos”, concluye.