Así eliminó Maduro a la oposición en Venezuela

Las figuras visibles de la coalición opositora venezolana viven hoy en el exilio, están presas, han quedado enterradas políticamente o todas las anteriores.

redacción internacional
11 de agosto de 2018 - 03:00 a. m.
Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación venezolano, presentó pruebas en contra de los líderes opositores. / AFP
Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación venezolano, presentó pruebas en contra de los líderes opositores. / AFP
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Hay una fecha que el gobierno de Nicolás Maduro no olvida: el 7 de diciembre de 2015, cuando la Mesa de Unidad Democrática (MUD), que reunía a 17 partidos de oposición, ganó la mayoría en la Asamblea Nacional de Venezuela. Era el primer triunfo opositor en 16 años de chavismo. El Consejo Nacional Electoral informó, tras una larga y tensa noche, que la MUD había conseguido 99 escaños en el Parlamento y el chavismo apenas 46.

“Lo aceptamos”, dijo Maduro. “Esto lo agarramos como una bofetada para despertar hacia lo que nos toca en el futuro”, agregó, y remató declarando que se había perdido una batalla, pero no la guerra. Entonces comenzó una persecución al liderazgo opositor, cuyo último capítulo se vivió esta semana con los allanamientos por parte del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) a las residencias de destacados dirigentes como Julio Borges y Juan Requesens, este último retenido por la fuerza policial el miércoles 8 de agosto.

“Esa fecha es inolvidable y es muestra de que la oposición unida sí lograba resultados”, dice Leopoldo López Gil, padre de una de las figuras de la oposición, Leopoldo López, condenado a 13 años de prisión en 2015 y hoy en detención domiciliaria. “El Gobierno hizo lo propio para evitar que la oposición siguiera unida. Eliminó el liderazgo de primera línea, lo tiene todo preso o en el exilio. La gente que podría amalgamar a los críticos está impedida de comunicarse entre sí”, agrega López Gil.

Según la ONG venezolana Foro Penal, “desde 2014 han sido detenidas 12.133 personas, 7.180 han sido excarceladas, pero sometidas a medidas restrictivas a la libertad, 1.330 presos políticos desde ese año y actualmente quedan 254”, tras la liberación de algunos detenidos por el gobierno de Maduro en junio.

El investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, Ronal Rodríguez, explicó el recetario de Maduro contra la oposición: “Cuando un cargo relevante o estratégico cae en manos de la oposición, el retiro de funciones y competencias, así como el presupuesto, lo limita el chavismo casi hasta la inoperatividad. Incluso la retaliación contra aquellos que derrotan electoralmente al oficialismo llega a la inhabilitación y la persecución judicial”.

Varias figuras opositoras con fuerza electoral fueron víctimas del vaciamiento de poder: alcaldes, gobernadores e incluso la Asamblea Nacional, que terminó convertida en un organismo sin poder, luego de que el Tribunal Supremo de Justicia le quitara todas sus funciones y se instalara la Asamblea Nacional Constituyente. “También pasa que a los estados que daban su voto a la oposición se les limitaba el acceso a los programas sociales y los aparatos clientelistas desplegados por el Gobierno, que en algunos casos son la única forma de obtener productos de la canasta básica o estar en programas de salud y vivienda. Los ciudadanos saben que hay un alto costo de alejarse del chavismo”, escribió Rodríguez en este diario.

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Después de las elecciones presidenciales de este año, la MUD se dividió. La mayoría de las figuras visibles habían sido blanco del recetario de Maduro en su contra y terminaron en el exilio, presas, políticamente inhabilitadas o las tres. Sin embargo, el surgimiento de un nuevo movimiento, el Frente Amplio para una Venezuela Libre, una plataforma que agrupa partidos, sindicatos y organizaciones civiles opositoras, no le gustó a Maduro, que arreció la persecución a sus críticos.

El intento de asesinato contra el presidente de Venezuela, denunciado el sábado por el mismo Maduro, incrementó la condena a esa oposición, que temía que el atentado sirviera de pretexto para seguir persiguiéndola. Dicho y hecho. Tras denunciar que detrás del supuesto ataque estaban Colombia, Estados Unidos y, claro, los opositores, Maduro ordenó la detención de lo que queda de la oposición en Venezuela.

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El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ordenó la inmediata detención del expresidente del Parlamento, Julio Borges, por su presunta responsabilidad en el frustrado ataque contra Maduro. Detuvo el martes a un joven opositor, Juan Requesens, de 29 años, luego de que pronunciara un acalorado discurso en el hemiciclo donde prometió presionar para sacar a Maduro. A los dos los acusó de “homicidio intencional calificado en grado de frustración”. Borges y Requesens militan en Primero Justicia, partido del excandidato presidencial Henrique Capriles, una de las figuras que Maduro neutralizó.

Se esperan más detenciones, pues la Asamblea Constituyente les retiró la inmunidad a todos los diputados de la AN. Algo ilegal, según el constitucionalista Juan Manuel Raffalli, quien aclaró: “La Constituyente no tiene potestad para retirar la inmunidad a nadie”. Pero eso al chavismo no le importa, y menos ahora que Venezuela pasa hambre, dolor por falta de medicinas y abandono, pues el 10 % de su población decidió dejar el país. Estos son algunos ejemplos de cómo Maduro liquidó a quienes podían canalizar todo el descontento que su gobierno, incapaz de solucionar la crisis económica, desató.

Figuras perseguidas

Como una manera de atajar cualquier riesgo de una nueva derrota electoral, el gobierno de Maduro ha inhabilitado o condenado a prominentes líderes de la oposición en los últimos años.

Tal vez el caso más resonante es el de Leopoldo López, líder de Voluntad Popular (VP), quien en julio del año pasado, después de casi tres años y medio recluido en la prisión de Ramo Verde, fue trasladado a su casa, donde debe pagar los 11 años de prisión que le quedan de su condena.

Mientras, Henrique Capriles, candidato a presidente en dos oportunidades (2012 y 2013), fue inhabilitado el año pasado por la Contraloría General de la República “por incurrir en supuestos ilícitos tipificados”. La sanción le prohíbe presentarse a cargos públicos durante 15 años.

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El exalcalde de Caracas Antonio Ledezma es otro de los líderes de la oposición que han sido inhabilitados para participar en política. El 19 de febrero de 2015 fue detenido por el Sebin en su propia oficina. Pasó un tiempo también en Ramo Verde, pero luego fue llevado a su casa, por problemas de salud, donde cumplió arresto domiciliario hasta noviembre del año pasado, cuando escapó a Colombia. Actualmente se encuentra exiliado en España.

Y si bien no es una de las figuras fuertes de la oposición, el parlamentario Freddy Guevara, quien tomó el control de Voluntad Popular desde que Leopoldo López cayó en prisión, también fue despojado de su fuero político. Ante esa persecución, el dirigente opositor se recluyó en la embajada de Chile.

De hecho, de estos importantes líderes sólo María Corina Machado, cabeza del movimiento Vente Venezuela, estaría en condiciones de participar en unas elecciones, pues la inhabilitación que tenía en su contra venció en diciembre de 2017.

Por redacción internacional

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