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El plan de Donald Trump de limitar el número de tropas estadounidenses en Afganistán podría desatar una nueva ola de violencia de los talibanes, apuntan los analistas, aunque si Joe Biden moderara su enfoque podría limitar la apuesta del grupo insurgente para alcanzar el poder.
Según la última decisión, otros 2.000 soldados estadounidenses deberían abandonar Afganistán el 15 de enero, menos de una semana antes de que Biden tome posesión de su cargo, dejando solo 2.500 soldados.
El Pentágono anunció este plan el martes, luego de que Trump se comprometiera a poner fin a una guerra que ha matado a unos 2.400 militares estadounidenses y ha costado más de un billón de dólares.
“La esperanza es que Estados Unidos [bajo la presidencia de Biden] no tenga prisa en salir, que aplique más presión coercitiva sobre los talibanes”, dijo Nishank Motwani, subdirector de la Unidad de Investigación y Evaluación de Afganistán (AREU).
“El énfasis en la retirada no ayuda mucho al presidente Ashraf Ghani, ni a las fuerzas afganas, porque los talibanes saben que pueden esperar a Estados Unidos y presionar por el poder total”, dijo a la AFP. Aún así, reducir las tropas a 2.500 en enero es algo con lo que la nueva administración de Biden podría sentirse cómoda, según Vanda Felbab-Brown, de Brookings Institution.
“Si Estados Unidos quiere quedarse unos meses, los talibanes pueden tragarse eso”, dijo a la AFP, pero surgirían dificultades si planea mantener la fuerza más allá de mayo de 2021. La presencia de Estados Unidos durante otros cinco años o más “no es aceptable para el grupo”, agregó.
“Irresponsable”
Cualquier reducción del número de tropas, ya sea por parte de Trump o continuada por Biden, tendrá un impacto considerable en el campo de batalla, según el analista político afgano Atta Noori. “Esto es muy irresponsable porque la guerra contra el terrorismo aún no ha terminado en Afganistán”, afirma.
Según Motwani, de AREU, lo ideal sería que Washington mantenga una fuerza residual pequeña pero capaz y con activos de inteligencia.
La violencia ha aumentado en los últimos meses a pesar de que los talibanes y el gobierno afgano mantienen conversaciones de paz en Catar desde el 12 de septiembre.
A pesar de las negociaciones, los talibanes han lanzado ofensivas contra las fuerzas afganas en todo el país, y los funcionarios también les culpan de dos brutales ataques contra centros educativos en Kabul que mataron a decenas de estudiantes en las últimas semanas.
Pero no es solo el derramamiento de sangre lo que preocupa a los funcionarios afganos. La reducción de tropas también ha endurecido la posición de los talibanes en la mesa de negociaciones en Doha, donde las conversaciones de paz están estancadas desde hace semanas.
“Los talibanes saben que los estadounidenses se están yendo y dejando atrás a un aliado asediado y débil que tiene opciones políticas y militares limitadas”, dijo Motwani.
Sin compromiso
Un negociador del gobierno involucrado en las conversaciones está de acuerdo. “El impulso de Trump para una retirada más rápida de las tropas ha creado una sensación entre los negociadores, especialmente del lado talibán, de que el mundo está abandonando Afganistán”, dijo, pidiendo no ser identificado.
“Esa podría ser una de las principales razones por las que no hemos visto ningún compromiso por parte de los talibanes”, agregó.
Los insurgentes acordaron iniciar las conversaciones de paz después de firmar un acuerdo con Washington en febrero que allanó el camino para la retirada de todas las fuerzas extranjeras para mayo de 2021.
A cambio, los talibanes prometieron no atacar a las fuerzas estadounidenses y dijeron que también impedirían que grupos yihadistas transnacionales como Al Qaeda y el Estado Islámico operaran en el país.
Si bien el gobierno afgano puede haber puesto sus esperanzas en Biden, los talibanes claramente quieren que se complete la promesa de Trump. En reacción a la victoria electoral de Biden, a principios de este mes, el grupo dijo que el acuerdo actual sigue siendo la “herramienta más razonable y eficaz” para poner fin al conflicto.