Así va la disputa entre Venezuela y Guyana por el Esequibo, aprovechada por Maduro
Tras el referendo del 3 de diciembre sobre la disputa por el Esequibo, las tensiones entre Venezuela y Guyana han ido subiendo. Mientras Nicolás Maduro ordenó la movilización del Ejército y presentó un nuevo mapa con la anexión de dicho territorio, las autoridades guyanesas leen esto como una “amenaza directa”, que buscan comunicar con instancias internacionales, como el Consejo de Seguridad de la ONU, la Corte Internacional de Justicia y Estados Unidos.
El Esequibo es una zona de 160.000 km², administrada por Guyana, rica en petróleo, que representa más del 70 % del territorio del país que limita con Venezuela. Georgetown, la capital de dicho Estado, defiende una frontera definida en 1899 y ahora recurre a la Corte Internacional de Justicia para que ratifique su postura frente a Caracas, que hace poco celebró un referendo con el que le preguntó a sus ciudadanos si estaban de acuerdo en anexar dicha región y en otorgar la nacionalidad a sus más de 125.000 habitantes.
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Tras cerrar las urnas, la autoridad electoral venezolana informó que más del 95 % de los 10,4 millones de votantes que participaron en esta consulta, entre los 20,7 millones convocados, aprobó la creación en la zona en reclamación de una provincia venezolana llamada “Guyana Esequiba”. Si bien este resultado no es vinculante, podría traer consecuencias para los comicios de 2024. De hecho, Nicolás Maduro estaría utilizando este conflicto, que lleva alrededor de un siglo, con fines electorales.
En el artículo Esequibo y los temores sobre las elecciones presidenciales en Venezuela, Alejandro Martínez, vicepresidente de Diálogo Ciudadano Colombo Venezolano, aseguró que el nacionalismo que incita este tipo de consultas puede generar “algún tipo de alteración, un Estado de emergencia, una situación que permita eventualmente decir que no hay condiciones para una elección”. Específicamente, porque es un referendo planteado por el presidente Nicolás Maduro y, “evidentemente, hay un interés que no es la recuperación del territorio”. A su parecer, lo que el mandatario quiere es movilizar a la ciudadanía y generar “una imagen de defensor de la nacionalidad que pueda ayudarlo en una elección”.
Por ahora, Guyana defiende el Laudo de París de 1899, que le concedió soberanía al Reino Unido sobre el territorio en disputa, y que espera que sea tenido en cuenta en el proceso que adelanta hoy ante la Corte Internacional de Justicia, a pesar de que Venezuela no reconoce su jurisdicción. De hecho, pocos días antes de llevar a cabo el referendo, el tribunal internacional le pidió al Gobierno venezolano “abstenerse” de tomar acciones que puedan agravar este pleito. Ahora bien, la consulta se realizó, Maduro empezó a movilizar al Ejército y anunció la anexión. En el marco de ello, presentó el nuevo mapa venezolano, en el que aparece el Esequibo anexado sin la delimitación, en un Consejo de Estado y en Defensa de la Nación. Allí, anunció nuevas medidas para concretar la anexión del territorio y el uso de sus recursos petrolíferos. Horas antes, envió un contingente militar hacia Puerto Barima, cerca de los límites del territorio en disputa.
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“Queremos el rescate pacífico de la Guayana Esequiba. ¡Arranquemos a darle respuesta a un pueblo que se pronunció el 3 de diciembre!”, aseguró el mandatario, que también ordenó la creación de una división de la petrolera estatal Pdvsa para, “de inmediato”, empezar a “conceder licencias operativas para la exploración y explotación de petróleo, gas y minas”. Sobre eso, el presidente de Guyana, Irfaan Alí, aseguró que “esta es una amenaza directa a la integridad territorial, la soberanía y la independencia política” de su país, así como enfatizó en que llevará “el asunto al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que ese organismo tome las medidas apropiadas”.
Las reacciones frente a las más recientes tensiones, que parecen elevarse con el paso de los días, no se hicieron esperar. En declaraciones a la AFP, el ministro guyanés de Relaciones Exteriores, Hugh Todd, dijo: “Tenemos que permanecer siempre vigilantes (...). Aunque no creemos que él vaya a ordenar una invasión, tenemos que ser realistas sobre el ambiente en Venezuela y el hecho de que el presidente (Nicolás) Maduro puede hacer algo muy impredecible”. Por su parte, la candidata de la principal coalición opositora de Venezuela a las presidenciales de 2024, María Corina Machado, aseguró que el referendo fue un “evento inútil” y “dañino” a los intereses del país.
El respaldo internacional que tendría Guyana
En los últimos días de noviembre, Georgetown planteó la posibilidad de establecer bases militares en el Esequibo con apoyo extranjero. “Nosotros estamos interesados en mantener la paz en nuestro país y en nuestras fronteras, pero hemos estado trabajando con nuestros aliados para garantizar un plan para todas las eventualidades”, aseguró en una rueda de prensa el vicepresidente de Guyana, Bharrat Jagdeo. “Tendremos la visita de dos equipos del Departamento de Defensa de Estados Unidos y una representación de alto nivel. Todas las opciones disponibles serán aprovechadas”, agregó.
Venezuela, a través de un comunicado divulgado por la Cancillería, en respuesta a Alí, comentó: “De manera irresponsable, ha dado luz verde a la presencia del Comando Sur de los Estados Unidos en el territorio de la Guayana Esequiba, sobre el cual Guyana mantiene una ocupación de facto (...). Denunciamos ante la comunidad internacional, y especialmente ante la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la actitud imprudente de Guyana, que, actuando bajo el mandato de la transnacional estadounidense Exxon Mobil, está abriendo la posibilidad de instalación de bases militares a una potencia imperial”.
Desde el referendo, Estados Unidos ha hecho pública su posición al respecto. Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado, aseguró que el Gobierno estadounidense apoya una “resolución pacífica” a la disputa fronteriza e hizo un llamado a Venezuela y Guyana a encontrar otras maneras de resolver sus diferencias. Sin embargo, eso tampoco cayó bien en Venezuela, donde las palabras de Miller fueron catalogadas de “intromisión inaceptable” y donde se cree que Washington, junto al “imperialismo británico”, consumó un fraude con el Laudo Arbitral de París de 1899, que cedió el Esequibo al Reino Unido y que Venezuela considera nulo. Según el canciller venezolano, Yvan Gil, “resulta inmoral y hasta criminal pedirle a Venezuela aceptar el pretendido despojo”.
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El Esequibo es una zona de 160.000 km², administrada por Guyana, rica en petróleo, que representa más del 70 % del territorio del país que limita con Venezuela. Georgetown, la capital de dicho Estado, defiende una frontera definida en 1899 y ahora recurre a la Corte Internacional de Justicia para que ratifique su postura frente a Caracas, que hace poco celebró un referendo con el que le preguntó a sus ciudadanos si estaban de acuerdo en anexar dicha región y en otorgar la nacionalidad a sus más de 125.000 habitantes.
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En el artículo Esequibo y los temores sobre las elecciones presidenciales en Venezuela, Alejandro Martínez, vicepresidente de Diálogo Ciudadano Colombo Venezolano, aseguró que el nacionalismo que incita este tipo de consultas puede generar “algún tipo de alteración, un Estado de emergencia, una situación que permita eventualmente decir que no hay condiciones para una elección”. Específicamente, porque es un referendo planteado por el presidente Nicolás Maduro y, “evidentemente, hay un interés que no es la recuperación del territorio”. A su parecer, lo que el mandatario quiere es movilizar a la ciudadanía y generar “una imagen de defensor de la nacionalidad que pueda ayudarlo en una elección”.
Por ahora, Guyana defiende el Laudo de París de 1899, que le concedió soberanía al Reino Unido sobre el territorio en disputa, y que espera que sea tenido en cuenta en el proceso que adelanta hoy ante la Corte Internacional de Justicia, a pesar de que Venezuela no reconoce su jurisdicción. De hecho, pocos días antes de llevar a cabo el referendo, el tribunal internacional le pidió al Gobierno venezolano “abstenerse” de tomar acciones que puedan agravar este pleito. Ahora bien, la consulta se realizó, Maduro empezó a movilizar al Ejército y anunció la anexión. En el marco de ello, presentó el nuevo mapa venezolano, en el que aparece el Esequibo anexado sin la delimitación, en un Consejo de Estado y en Defensa de la Nación. Allí, anunció nuevas medidas para concretar la anexión del territorio y el uso de sus recursos petrolíferos. Horas antes, envió un contingente militar hacia Puerto Barima, cerca de los límites del territorio en disputa.
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Las reacciones frente a las más recientes tensiones, que parecen elevarse con el paso de los días, no se hicieron esperar. En declaraciones a la AFP, el ministro guyanés de Relaciones Exteriores, Hugh Todd, dijo: “Tenemos que permanecer siempre vigilantes (...). Aunque no creemos que él vaya a ordenar una invasión, tenemos que ser realistas sobre el ambiente en Venezuela y el hecho de que el presidente (Nicolás) Maduro puede hacer algo muy impredecible”. Por su parte, la candidata de la principal coalición opositora de Venezuela a las presidenciales de 2024, María Corina Machado, aseguró que el referendo fue un “evento inútil” y “dañino” a los intereses del país.
El respaldo internacional que tendría Guyana
En los últimos días de noviembre, Georgetown planteó la posibilidad de establecer bases militares en el Esequibo con apoyo extranjero. “Nosotros estamos interesados en mantener la paz en nuestro país y en nuestras fronteras, pero hemos estado trabajando con nuestros aliados para garantizar un plan para todas las eventualidades”, aseguró en una rueda de prensa el vicepresidente de Guyana, Bharrat Jagdeo. “Tendremos la visita de dos equipos del Departamento de Defensa de Estados Unidos y una representación de alto nivel. Todas las opciones disponibles serán aprovechadas”, agregó.
Venezuela, a través de un comunicado divulgado por la Cancillería, en respuesta a Alí, comentó: “De manera irresponsable, ha dado luz verde a la presencia del Comando Sur de los Estados Unidos en el territorio de la Guayana Esequiba, sobre el cual Guyana mantiene una ocupación de facto (...). Denunciamos ante la comunidad internacional, y especialmente ante la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la actitud imprudente de Guyana, que, actuando bajo el mandato de la transnacional estadounidense Exxon Mobil, está abriendo la posibilidad de instalación de bases militares a una potencia imperial”.
Desde el referendo, Estados Unidos ha hecho pública su posición al respecto. Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado, aseguró que el Gobierno estadounidense apoya una “resolución pacífica” a la disputa fronteriza e hizo un llamado a Venezuela y Guyana a encontrar otras maneras de resolver sus diferencias. Sin embargo, eso tampoco cayó bien en Venezuela, donde las palabras de Miller fueron catalogadas de “intromisión inaceptable” y donde se cree que Washington, junto al “imperialismo británico”, consumó un fraude con el Laudo Arbitral de París de 1899, que cedió el Esequibo al Reino Unido y que Venezuela considera nulo. Según el canciller venezolano, Yvan Gil, “resulta inmoral y hasta criminal pedirle a Venezuela aceptar el pretendido despojo”.
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