Elecciones Argentina: ataque a una niña de 11 años aviva los discusos de “mano dura”
La muerte de Morena Domínguez, una menor que fue asaltada mientras iba a la escuela en Lanús, ha catapultado la seguridad como un asunto prioritario en las primarias del domingo en Argentina.
Hay dolor y bronca en Lanús, Argentina. El miércoles, Morena Domínguez, una niña de 11 años, fue abordada por dos jóvenes en moto que le robaron la mochila y la golpearon mientras iba camino a la Escuela N° 60 “Almafuerte”. El ataque la dejó aturdida y mareada en el suelo. A las dos horas murió por un paro cardiorrespiratorio. Una mujer que llevaba a su hijo a la misma escuela intentó reanimarla, pero no tuvo éxito. La ambulancia, para mayor indignación de la comunidad, tardó 40 minutos en llegar a asistirla.
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Hay dolor y bronca en Lanús, Argentina. El miércoles, Morena Domínguez, una niña de 11 años, fue abordada por dos jóvenes en moto que le robaron la mochila y la golpearon mientras iba camino a la Escuela N° 60 “Almafuerte”. El ataque la dejó aturdida y mareada en el suelo. A las dos horas murió por un paro cardiorrespiratorio. Una mujer que llevaba a su hijo a la misma escuela intentó reanimarla, pero no tuvo éxito. La ambulancia, para mayor indignación de la comunidad, tardó 40 minutos en llegar a asistirla.
“Queremos respuestas. No queremos tener miedo. Tenemos que estar mirando. No nos dan respuestas. Por favor, una nena de 11 años”, dijo entre lágrimas uno de los compañeros de escuela de la menor fallecida.
Tras la muerte de Morena, familiares y conocidos de la niña se acercaron a la Comisaría 5° de Villa Diamante para exigir justicia. Hubo enfrentamientos entre los ciudadanos y la policía. En medio de los empujones y los golpes entre vecinos del sector y las autoridades, una mujer vio cómo le rompieron la ventana de su auto y le robaron sus pertenencias.
“Yo también los apoyo y pidamos justicia por esta criatura, pero no hagan esto. Me bajaron el vidrio y me rompieron la casa. Los agarré con cosas en la mano”, le dijo la mujer al canal Todo Noticias.
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Toda esta escena transcurría mientras los candidatos y las candidatas a las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) cerraban sus campañas a lo largo y ancho del país. La muerte de Domínguez obligó a que varios reagendaran, suspendieran o cancelaran sus actos de cierre.
Entre los candidatos que cambiaron sus planes destacan el ministro de Economía y precandidato presidencial del peronismo, Sergio Massa, y la precandidata del derechista Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, quien tenía previsto cerrar su campaña este jueves precisamente en Lanús.
“Otra vez el dolor. Todo mi acompañamiento y apoyo a la familia y amigos. No podemos seguir viviendo con tanta angustia y miedo. Esto no da para más. Transformaron a la Argentina en un país invivible”, dijo Bullrich.
En una campaña centrada en la crisis económica, la muerte de Morena Domínguez desvió el foco hacia otro problema: la violencia y la inseguridad. Según un sondeo de la Universidad de San Andrés del 28 de julio, la inseguridad ocupaba el segundo lugar en las preocupaciones de los argentinos con un 38 %, solo por detrás de la inflación con un 55 %.
Este problema ocupa una casilla importante, a pesar de que el índice de homicidios en el país fue de solo 4,2 por cada 100.000 habitantes en 2022, según el Ministerio de Seguridad, siendo una de las tasas más bajas de América Latina y casi a la par de cualquier país europeo. Sin embargo, la percepción es que la delincuencia ha alcanzado niveles aterradores.
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El crimen de Domínguez podría ser entonces el evento que marque el diferencial en las elecciones del domingo. Con la indignación viva y el despliegue noticioso, será la oportunidad de ver cuán efectiva ha sido la penetración de los discursos de “mano dura” que buscan imitar en Argentina algo similar al modelo populista de Nayib Bukele en El Salvador.
El politólogo Jonathan Rosen, quien coeditó con Sebastián Cutrona el libro “Políticas de mano dura en América Latina”, le dijo a Insight Crime que los políticos se dieron cuenta de que no serían elegidos si no planteaban la lucha contra la inseguridad como uno de sus principales objetivos. Y en este sentido, muchos han encontrado que el modelo Bukele capta muchos votos.
“Este aumento en las políticas de mano dura ha demostrado que muchas veces la población está dispuesta a ser más flexible en el tema de derechos humanos si alguien está dispuesto a combatir duramente a las pandillas. Legítimamente no se puede competir si se proyecta una imagen de indulgencia hacia el crimen”, dice Rosen.
La candidata Bullrich, por ejemplo, ha dicho que “hay que entrar con todo a las zonas calientes”, y propone aumentar las penas, reducir la edad de imputabilidad de 16 a 14 años, crear cárceles solo para narcotraficantes y mandar las fuerzas armadas, locales y federales, a los puntos críticos como Rosario.
Bullrich es una de las que más han mostrado discursos de “mano dura” en esta campaña y parte como favorita. Su fórmula vicepresidencial, Luis Petri, deja ver en qué posición se encuentran: se ha declarado como un admirador de Bukele y ha pedido “hacer como en El Salvador”, reivindicando el estado de excepción que reina en el país centroamericano.
Dicha fórmula podría medirse contra Massa, quien está acompañado de Agustín Rossi, jefe de Gabinete de la Nación. Estos últimos tuvieron la seguridad en lo más alto de su agenda, pero el tema ha quedado relegado en la plataforma de la coalición oficialista Unión por la Patria. En el medio de estas dos fuerzas se encuentra también el populista libertario Javier Milei, de La Libertad Avanza, un partido de extrema derecha. Entre sus propuestas está armas a la ciudadanía para enfrentar la inseguridad. Ni esto, ni otras formas de “mano dura” son la solución, según el politólogo Sebastián Cutrona.
“Muchas de esas políticas simplistas para combatir el delito lo que han hecho fue desarrollar resultados de fuertes impactos negativos a nivel local; además, estas mismas políticas erradas en un país, han tenido incidencia directa en otros de la región, porque el funcionamiento es así, produce un desplazamiento hacia otros lugares”, explicó en CNN.
Por esta razón, será clave que otros países con problemas de inseguridad que están próximos a celebrar elecciones, como Colombia y Ecuador, sigan de cerca los resultados para ver qué tan determinantes han sido los discursos extremistas y qué efecto logran en el electorado cuando ocurren crímenes como el de Domínguez. Lanús será el punto clave para observar en el mapa.
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