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Benedetti, el curtido político que asumirá el mayor reto diplomático: Venezuela

Sin trayectoria diplomática, el exsenador, que pasó de la orilla fundacional del uribismo a ser la mano derecha de Petro, tiene la tarea de restablecer relaciones con el vecino país.

12 de agosto de 2022 - 03:32 p. m.
Armando Benedetti fue representante a la Cámara por Bogotá y senador de la República hasta 2022.
Armando Benedetti fue representante a la Cámara por Bogotá y senador de la República hasta 2022.
Foto: El Espectador - Mauricio Alvarado
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Armando Benedetti Villaneda no necesita presentación en el mundo político colombiano. Sin embargo, su designación como embajador en Venezuela, cargo en el que tendrá la tarea mayúscula de restablecer los lazos con el país vecino y recomponer una institucionalidad hoy inexistente, nos obligan a hacer un repaso por la trayectoria de este curtido excongresista, con nula trayectoria diplomática.

¿Quién es Armando Benedetti?

Nacido en 1967 en una familia con un apellido reconocido en el escenario político, el hijo de Armando Benedetti Jimeno y de Genoveva Villaneda se inclinó en un principio por la comunicación social y el periodismo, campo en el que se formó. Entre finales de los ochenta y principios de los noventa, pasó por Telecaribe, El Tiempo y el desaparecido Noticiero QAP.

Su padre, Benedetti Jimeno, fue ministro de Comunicaciones durante el mandato de Ernesto Samper (1994-1998). Su hermana es Ángela Benedetti, abogada, exconcejal de Bogotá, exembajadora en Panamá durante el Gobierno de Juan Manuel Santos, entre otros cargos.

La llegada de Benedetti Villaneda a la política se dio en 1991, cuando fungió como asesor de la Asamblea Nacional Constituyente, que dejó como resultado la actual Carta Magna del país. En 1997, se lanzó a su primer cargo de elección popular con el Partido Liberal: durante la primera Alcaldía de Enrique Peñalosa (1998-2000) fue concejal de la capital del país.

Benedetti y Uribe

Desde su curul en el cabildo fue muy crítico con la administración Peñalosa, y finalmente dio el salto a la Cámara de Representantes, por Bogotá, en 2002, en donde se volvió cada vez más cercano al presidente entonces recién elegido, Álvaro Uribe Vélez. En cuestión de meses, Benedetti ya estaría en las filas de lo que en ese entonces se empezó a denominar como “uribismo”.

Esa relación marcaría buena parte de la trayectoria que estaba por venir: pasar desde la más firme orilla uribista, al “santismo” y, finalmente, a la orilla opuesta, en el “petrismo”.

En la cámara baja, se puso al frente de proyectos como el referendo y la reelección presidencial de 2006, tras la fundación del Partido de la U, que llegaría a dirigir en 2016. Diez años antes, cuando Uribe se posesionaba en su segundo mandato, logró con la U un escaño en el Senado, en donde estuvo hasta 2022.

Benedetti y Santos

Llegó a ser presidente del Congreso en 2010, cuando Juan Manuel Santos llegó a la Presidencia de la República, una candidatura promovida por el uribismo, luego de que la puerta para un tercer mandato de Uribe se cerrara.

En la compleja historia del distanciamiento entre Santos y Uribe, Benedetti quedó del lado del primero, por lo que después apoyaría la reelección presidencial para el periodo 2014-2018 y, por supuesto, el proceso de paz con las Farc.

Tras la llegada de Iván Duque a la Casa de Nariño, luego de que su campaña se basara en la oposición a lo pactado en La Habana, Benedetti se empezó a distanciar de su bancada. La U pasó de apoyar el Acuerdo de Paz a formar parte de la coalición de gobierno. Así, en la reorganización de las fuerzas políticas, de cara a las elecciones presidenciales que se avecinaban, varios congresistas dejaron sus partidos. Benedetti renunció al Partido de la U en octubre de 2020, como también lo hizo Roy Barreras, que militaba en esa misma colectividad. Ambos pasaron a impulsar la candidatura del hoy presidente Gustavo Petro y de la lista del Pacto Histórico en las elecciones legislativas.

Sobre la salida de Benedetti y Barreras (hoy presidente del Senado), cabe recordar que si bien dieron un paso al costado, La U determinó en noviembre de 2020 su expulsión por no respetar el régimen de bancadas en casos como la elección de la procuradora Margarita Cabello y el debate de control político contra el entonces ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo (fallecido en 2021). La expulsión les permitió mantener su curul en el Legislativo. (Para contexto: ¿Gol a la U? Roy Barreras y Benedetti no renunciaron, fueron expulsados)

Benedetti y Petro

Para 2022, Benedetti no aspiró de nuevo a un puesto en el Congreso, sino que se sumó a la campaña presidencial del que, entre otras cosas, ha sido el mayor opositor de Uribe: Gustavo Petro. Hasta el punto de convertirse en su mano derecha.

Así, Benedetti llega a la embajada de Venezuela con una sólida trayectoria política, pero con nada de experiencia en lo diplomático. El excongresista será pieza clave para restablecer las relaciones binacionales con Venezuela, rotas por completo desde 2019.

En la mitad, hay asuntos prácticos y políticos fundamentales y complejos para que la recomposición bilateral no solo se formalice, sino que sea fluida, productiva, sostenible y basada en una confianza que se perdió. Sin mencionar que los ojos de la comunidad internacional, particularmente de Estados Unidos, estarán encima de este proceso.

Sugerimos: Relaciones Colombia-Venezuela: ¿qué falta para restablecerlas?

Las investigaciones contra Benedetti

La designación de Benedetti en el cargo diplomático llega mientras enfrenta un movido proceso judicial en la Corte Suprema de Justicia por un presunto incremento injustificado de su patrimonio mientras era congresista. La magistrada Cristina Lombana ha sido la encargada de llevar su caso por el aumento de cerca de $3.000 millones de pesos en el bolsillo del exsenador, entre 2002 y 2018. Esta investigación sigue abierta.

El despacho de la misma magistrada también ordenó escuchar a Benedetti en indagatoria por irregularidades en un escándalo de corrupción que vincula al Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (Fonade). El congresista fue llamado de manera oficial ante los estrados judiciales por los delitos de interés indebido en contratos y tráfico de influencias. Este caso también continúa abierto. Benedetti, por supuesto, ha negado todas las acusaciones y ha dicho que no se han dado las garantías para demostrar su inocencia.

Un proceso que sí quedó archivado en la Corte Suprema de Justicia fue en el que aparecía con vínculos con la corrupta multinacional Odebrecht. El caso duró más de cuatro años. El expediente mostraba supuestas evidencias de que el excongresista habría favorecido a la compañía brasileña en la firma de un contrato de estabilidad jurídica en 2012.

No obstante, la Corte manifestó que no había suficiente datos que demostraran su participación en aquella irregularidad. “Después de valorar exhaustivamente el ingente material probatorio recaudado, la Sala concluye que no hay evidencia de comportamiento delictivo alguno atribuible al actual congresista Benedetti”, declaró el tribunal en un fallo de 102 páginas, conocido por este diario en mayo.

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