Bicentenario crispado en Argentina
Las disputas políticas de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner empantanan todos los actos.
Soledad Gallego-DíazA. Rebossio / Especial de ‘El País’Buenos Aires
Una formidable participación popular y un enrarecido clima político marcan los festejos del Bicentenario de la República Argentina, que tendrán hoy su cierre y su momento estelar con el esperado discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y un monumental desfile callejero que organizó Diqui James y su grupo Fuerza Bruta (en la línea de la Fura dels Baus).
El enfrentamiento político ha hecho que el vicepresidente de la nación, Julio Cobos, no haya sido invitado a la cena de gala en la Casa Rosada, prevista para este martes junto con todos los mandatarios latinoamericanos que acudirán a la cita; que la presidenta se negara a asistir ayer al lado del intendente de Buenos Aires, Mauricio Macri, a la reapertura del Teatro Colón (donde sí estará Cobos) o que el Tedeum oficial, con asistencia de personalidades extranjeras, se celebre en la basílica de Luján, en paralelo al que tendrá lugar en la catedral de Buenos Aires.
Sorprendente resultó también la ausencia de la presidenta en el desfile militar que recorrió el sábado la gran Avenida 9 de Julio, la segunda ocasión desde el fin de la dictadura militar, en 1983, en el que las Fuerzas Armadas salían a la calle. El desfile, con más de 5.000 efectivos, fue presidida por el jefe del Gabinete, Aníbal Fernández. Portavoces de la Casa Rosada aseguraron que Cristina Fernández nunca había tenido intención de asistir al acto castrense, sin más explicaciones, mientras que otras fuentes intentaban suavizar su ausencia sugiriendo un “exceso de fatiga”.
En este clima, dos encuestas publicadas el domingo resaltan la desconfianza de los argentinos hacia su clase política. Un gran sondeo encargado por Clarín a la respetada consultora Graciela Römer muestra que “los argentinos piensan, en su gran mayoría, que el país carece de instituciones confiables”. El sondeo publicado por La Nación pregunta a los encuestados “¿Qué falta principalmente en la Argentina?”, y el 53% opina que políticos y líderes sociales. En general, y según la encuesta de Römer, se ha acentuado el compromiso con la democracia, que parece el mejor régimen posible al 90% de los ciudadanos, lo que supone un incremento considerable respecto a 2002, cuando, golpeados por una crisis económica brutal, el apoyo rondaba el 78% de los encuestados.
Según el sondeo de La Nación (realizado por la Universidad 3 de Febrero), el 82% de los argentinos se sienten orgullosos de serlo, aunque el 76% aseguran que no cumplen ni con sus derechos ni con sus obligaciones. “Una característica es el irrespeto por la ley”, asevera también Graciela Römer.
Al margen de encuestas y de sondeos, la mayoría de los argentinos, o al menos las clases populares (la clase alta y media profesional parece haber aprovechado para huir de la capital), han decidido participar festivamente en la celebración del Bicentenario de la República. Centenares de miles de personas (algunas llegadas de provincias) abarrotan estos días el paseo de la Independencia, montado a lo largo de la Avenida 9 de Julio, donde se suceden los desfiles, conciertos y desconciertos...
Una formidable participación popular y un enrarecido clima político marcan los festejos del Bicentenario de la República Argentina, que tendrán hoy su cierre y su momento estelar con el esperado discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y un monumental desfile callejero que organizó Diqui James y su grupo Fuerza Bruta (en la línea de la Fura dels Baus).
El enfrentamiento político ha hecho que el vicepresidente de la nación, Julio Cobos, no haya sido invitado a la cena de gala en la Casa Rosada, prevista para este martes junto con todos los mandatarios latinoamericanos que acudirán a la cita; que la presidenta se negara a asistir ayer al lado del intendente de Buenos Aires, Mauricio Macri, a la reapertura del Teatro Colón (donde sí estará Cobos) o que el Tedeum oficial, con asistencia de personalidades extranjeras, se celebre en la basílica de Luján, en paralelo al que tendrá lugar en la catedral de Buenos Aires.
Sorprendente resultó también la ausencia de la presidenta en el desfile militar que recorrió el sábado la gran Avenida 9 de Julio, la segunda ocasión desde el fin de la dictadura militar, en 1983, en el que las Fuerzas Armadas salían a la calle. El desfile, con más de 5.000 efectivos, fue presidida por el jefe del Gabinete, Aníbal Fernández. Portavoces de la Casa Rosada aseguraron que Cristina Fernández nunca había tenido intención de asistir al acto castrense, sin más explicaciones, mientras que otras fuentes intentaban suavizar su ausencia sugiriendo un “exceso de fatiga”.
En este clima, dos encuestas publicadas el domingo resaltan la desconfianza de los argentinos hacia su clase política. Un gran sondeo encargado por Clarín a la respetada consultora Graciela Römer muestra que “los argentinos piensan, en su gran mayoría, que el país carece de instituciones confiables”. El sondeo publicado por La Nación pregunta a los encuestados “¿Qué falta principalmente en la Argentina?”, y el 53% opina que políticos y líderes sociales. En general, y según la encuesta de Römer, se ha acentuado el compromiso con la democracia, que parece el mejor régimen posible al 90% de los ciudadanos, lo que supone un incremento considerable respecto a 2002, cuando, golpeados por una crisis económica brutal, el apoyo rondaba el 78% de los encuestados.
Según el sondeo de La Nación (realizado por la Universidad 3 de Febrero), el 82% de los argentinos se sienten orgullosos de serlo, aunque el 76% aseguran que no cumplen ni con sus derechos ni con sus obligaciones. “Una característica es el irrespeto por la ley”, asevera también Graciela Römer.
Al margen de encuestas y de sondeos, la mayoría de los argentinos, o al menos las clases populares (la clase alta y media profesional parece haber aprovechado para huir de la capital), han decidido participar festivamente en la celebración del Bicentenario de la República. Centenares de miles de personas (algunas llegadas de provincias) abarrotan estos días el paseo de la Independencia, montado a lo largo de la Avenida 9 de Julio, donde se suceden los desfiles, conciertos y desconciertos...