Biden firma una orden ejecutiva para endurecer medidas en el control de armas
El demócrata prometió en campaña que uno de sus ejes sería tomar medidas por el porte de armas de fuego. Incluso en su discurso del Estado de la Unión, el mandatario señaló que buscará trabajar junto al Congreso para que tiroteos en instituciones educativas y otros lugares dejen de ser tan frecuentes.
El presidente Joe Biden anunció este martes un nuevo paquete de medidas para limitar la circulación de las armas de fuego. El demócrata, que desde su campaña presidencial recordó la importancia de regular y volver más estricta la compraventa de armas, recordó que el Congreso debe imponer restricciones contra los tiroteos que se suceden año tras año.
El anuncio se dio en un encuentro que tuvo el mandatario en Monterey Park, California, que en enero de este año fue sede de un tiroteo que dejó 11 muertos y nueve heridos en un local de baile.
Durante su alocución, Biden recordó a las víctimas de tiroteos durante los últimos meses, e insistió en que las personas muertas no queden reducidas a estadísticas que no paran de aumentar.
“Este es lugar de refugio desde hace años para generaciones con diferentes raíces. (...) Aquel fue un día de celebración que pasó a ser de miedo y oscuridad”, afirmó el jefe del Ejecutivo.
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El presidente también invitó a su declaración a Brandon Tsay, un hombre de 26 años que desarmó al tirador en Monterey Park para evitar que siguiera disparando contra los civiles.
Después Biden instó al Congreso a asumir la “responsabilidad” y tomar medidas drásticas contra los rifles semiautomáticos de estilo militar, que se usan con mayor frecuencia en tiroteos masivos.
Es importante mencionar que el Congreso está dividido, con un Senado en manos de los demócratas y la Cámara de Representantes bajo control de los republicanos. Estos últimos han rechazado durante décadas leyes más estrictas sobre la compra de armas.
Las nuevas medidas de control de armas
La medida más importante de las promulgadas el martes es un decreto que endurece las normas sobre la verificación de antecedentes. Las encuestas demuestran un apoyo popular abrumador a una regla general que requiere que se verifiquen los antecedentes penales de cualquier persona que compre un arma de fuego.
En la actualidad solo los comerciantes con licencia federal, responsables de menos de la mitad de las ventas de armas, deben realizar verificaciones de antecedentes en todo el país, aunque algunos estados han impuesto requisitos adicionales.
La medida de Biden ordena al fiscal general a tomar medidas drásticas contra los vendedores que incumplan los controles.
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“Es solo sentido común: verificar si alguien es un delincuente o un maltratador doméstico antes de comprar un arma”, dijo el presidente.
Según Biden el decreto u orden ejecutiva, que el presidente puede aplicar sin la aprobación del Congreso, también aumentará la presión a los traficantes de armas.
Conducirá a un estudio independiente que exponga “cómo los fabricantes de armas comercializan agresivamente armas de fuego entre civiles, especialmente menores de edad, incluso mediante el uso de imágenes militares”, afirmó.
El fiscal general también deberá publicar informes oficiales que nombran a los traficantes de armas de fuego que violan las leyes.
La orden ejecutiva que el presidente sacó impulsará mejoras para apoyar a supervivientes y familiares de víctimas de tiroteos durante sus procesos de recuperación en términos de salud mental. Para ello, la Secretaría de Salud y la Fiscalía General deberán presentar a la Presidencia una propuesta con ese objetivo antes del 15 de septiembre de este año.
En esa línea, el mandatario detalló que se pondrán en marcha campañas de información sobre las denominadas leyes de “alerta de peligro (Red Flag)”, que permiten activar un procedimiento legal para confiscar las armas de fuego de quienes representen un peligro para terceros o para sí mismos.
En junio se cumplirá un año desde que el Congreso aprobó un limitado pero histórico acuerdo legislativo para el control de las armas de fuego. Sin embargo, esta ley se ha encontrado con la oposición de algunos miembros del Partido Republicano, quienes argumentaron que viola los derechos constitucionales.
El presidente estadounidense concluyó su discurso dirigiéndose a ellos e insistiendo en la “necesidad” de aprobar “medidas adicionales” para prohibir las armas de asalto y los cargadores de gran capacidad.
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Según el recuento de Gun Violence Archive, 8.415 personas han muerto por armas de fuego en lo que va del año en Estados Unidos, más de la mitad de ellas por suicidio.
El sitio registró durante el mismo período 110 tiroteos que hirieron o mataron a por lo menos cuatro personas, sin incluir al tirador.
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El presidente Joe Biden anunció este martes un nuevo paquete de medidas para limitar la circulación de las armas de fuego. El demócrata, que desde su campaña presidencial recordó la importancia de regular y volver más estricta la compraventa de armas, recordó que el Congreso debe imponer restricciones contra los tiroteos que se suceden año tras año.
El anuncio se dio en un encuentro que tuvo el mandatario en Monterey Park, California, que en enero de este año fue sede de un tiroteo que dejó 11 muertos y nueve heridos en un local de baile.
Durante su alocución, Biden recordó a las víctimas de tiroteos durante los últimos meses, e insistió en que las personas muertas no queden reducidas a estadísticas que no paran de aumentar.
“Este es lugar de refugio desde hace años para generaciones con diferentes raíces. (...) Aquel fue un día de celebración que pasó a ser de miedo y oscuridad”, afirmó el jefe del Ejecutivo.
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El presidente también invitó a su declaración a Brandon Tsay, un hombre de 26 años que desarmó al tirador en Monterey Park para evitar que siguiera disparando contra los civiles.
Después Biden instó al Congreso a asumir la “responsabilidad” y tomar medidas drásticas contra los rifles semiautomáticos de estilo militar, que se usan con mayor frecuencia en tiroteos masivos.
Es importante mencionar que el Congreso está dividido, con un Senado en manos de los demócratas y la Cámara de Representantes bajo control de los republicanos. Estos últimos han rechazado durante décadas leyes más estrictas sobre la compra de armas.
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La medida más importante de las promulgadas el martes es un decreto que endurece las normas sobre la verificación de antecedentes. Las encuestas demuestran un apoyo popular abrumador a una regla general que requiere que se verifiquen los antecedentes penales de cualquier persona que compre un arma de fuego.
En la actualidad solo los comerciantes con licencia federal, responsables de menos de la mitad de las ventas de armas, deben realizar verificaciones de antecedentes en todo el país, aunque algunos estados han impuesto requisitos adicionales.
La medida de Biden ordena al fiscal general a tomar medidas drásticas contra los vendedores que incumplan los controles.
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Según Biden el decreto u orden ejecutiva, que el presidente puede aplicar sin la aprobación del Congreso, también aumentará la presión a los traficantes de armas.
Conducirá a un estudio independiente que exponga “cómo los fabricantes de armas comercializan agresivamente armas de fuego entre civiles, especialmente menores de edad, incluso mediante el uso de imágenes militares”, afirmó.
El fiscal general también deberá publicar informes oficiales que nombran a los traficantes de armas de fuego que violan las leyes.
La orden ejecutiva que el presidente sacó impulsará mejoras para apoyar a supervivientes y familiares de víctimas de tiroteos durante sus procesos de recuperación en términos de salud mental. Para ello, la Secretaría de Salud y la Fiscalía General deberán presentar a la Presidencia una propuesta con ese objetivo antes del 15 de septiembre de este año.
En esa línea, el mandatario detalló que se pondrán en marcha campañas de información sobre las denominadas leyes de “alerta de peligro (Red Flag)”, que permiten activar un procedimiento legal para confiscar las armas de fuego de quienes representen un peligro para terceros o para sí mismos.
En junio se cumplirá un año desde que el Congreso aprobó un limitado pero histórico acuerdo legislativo para el control de las armas de fuego. Sin embargo, esta ley se ha encontrado con la oposición de algunos miembros del Partido Republicano, quienes argumentaron que viola los derechos constitucionales.
El presidente estadounidense concluyó su discurso dirigiéndose a ellos e insistiendo en la “necesidad” de aprobar “medidas adicionales” para prohibir las armas de asalto y los cargadores de gran capacidad.
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Según el recuento de Gun Violence Archive, 8.415 personas han muerto por armas de fuego en lo que va del año en Estados Unidos, más de la mitad de ellas por suicidio.
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