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El primer debate entre el demócrata Joe Biden y el republicano Donald Trump en la carrera por la Casa Blanca, previsto para el jueves en Atlanta (sur), podría resumirse así: el primero intentará demostrar que no es un anciano senil y el segundo que no es un déspota temperamental.
La cadena CNN transmitirá esta confrontación de una hora y media, inusualmente temprana, ya que los candidatos presidenciales suelen esperar a ser nominados por sus partidos para debatir. Pero las elecciones de noviembre, que según las encuestas serán muy reñidas, se salen de lo común.
En la escena se encuentran los dos candidatos más viejos de la historia y de un lado estará el actual presidente contra un predecesor que nunca reconoció su derrota en 2020 y además fue declarado culpable en un caso de pagos ocultos a una actriz porno.
“La gran pregunta es qué parte del público (más allá de los aficionados a la política) prestará atención a un debate tan temprano”, plantea Donald Nieman, analista político y profesor de historia en la Universidad de Binghamton, en el estado de Nueva York.
El aborto, el estado de la democracia y los conflictos fuera de fronteras, como las guerras en Ucrania y entre Israel y el grupo palestino Hamás, son temas que preocupan a los votantes. Sin embargo, se espera que las restricciones a los derechos de las mujeres ocupen la mayor parte de la agenda.
El 24 de junio de 2022, la Corte Suprema, que tuvo un importante recambio durante el mandato presidencial de Trump, revocó la sentencia que garantizaba el derecho federal de las estadounidenses a abortar y dejó que cada estado legislara sobre la materia. Ese mismo día, los primeros estados prohibieron el aborto en su territorio, obligando a las clínicas a cerrar o a trasladarse.
Ahora el país está dividido entre la veintena de estados que han decretado prohibiciones o restricciones, principalmente en el sur y el centro, y los costeros, que lo han consolidado o fortalecido.
La decisión de la Corte Suprema ha tenido fuertes repercusiones políticas: los conservadores han perdido casi todos los referendos o votaciones sobre el derecho al aborto, incluso sorprendentemente en estados como Ohio, Alabama y Kansas.
En los dos últimos años, “el movimiento proaborto ha descubierto que a los estadounidenses les importa el derecho al aborto mucho más de lo que habían previsto”, afirma Mary Ziegler, profesora de derecho de la Universidad de California. ¿Qué esperar de este debate?
Kamala Harris en primera línea
Los demócratas esperan que este tema les aporte votos, sobre todo entre las mujeres y los jóvenes, de cara a las elecciones presidenciales de noviembre.
El presidente Biden, un católico practicante que durante mucho tiempo se ha mostrado prudente sobre el tema, se ha convertido en un defensor del derecho al aborto.
“Donald Trump es el único responsable de esta pesadilla”, afirmó Biden en un comunicado este lunes.
Su equipo de campaña divulgó un clip en el que una mujer culpa a Trump de que le negaran un tratamiento en Luisiana (sureste) después de un aborto espontáneo a las 11 semanas de embarazo.
La compañera de fórmula de Biden, Kamala Harris, primera mujer en convertirse en vicepresidenta de Estados Unidos, recorre el país desde hace meses para movilizar a los demócratas sobre este asunto. Este lunes estará en Arizona (oeste del país).
Este estado es uno de los que más puede influir en las elecciones presidenciales. En los últimos meses, se ha visto sacudido por acalorados debates en torno a una ley de 1864 que prácticamente prohibía el aborto y que finalmente fue derogada por su gobernadora demócrata.
Los demócratas también han promovido minirreferendos sobre el aborto en varios estados cruciales en todo el país, para que se celebren el mismo día de las elecciones presidenciales.
El razonamiento es sencillo: podrían movilizar a votantes posiblemente prodemócratas que, de otro modo, se habrían visto tentados de no acudir a las urnas.
La ambigüedad de Trump
Los sondeos los respaldan. Según una encuesta de Fox News publicada el miércoles, el 47 % de los votantes considera que el tema del aborto es “extremadamente importante” a la hora de decidir entre Biden y Trump.
Trump repite una y otra vez que la sentencia de la Corte Suprema fue posible gracias a los nombramientos de magistrados que él hizo, pero se muestra deliberadamente ambiguo sobre el tema.
“Debéis seguir vuestro corazón en este asunto, pero recordad que también debéis ganar elecciones”, dijo Trump en un mensaje de video a principios de abril.
A modo de ejemplo, el candidato republicano no está haciendo campaña con la promesa, muy impopular, de prohibir el aborto en todo el país mediante una ley federal, como le gustaría a la derecha religiosa.
“Lo mejor que puedes hacer si tu postura es impopular (...) es no aclararla”, afirma la profesora Mary Ziegler.
Por todo esto, es muy probable que Biden ataque a su rival en este tema durante el primer debate entre ambos, previsto el jueves por la noche.
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