Bolivia: justicia amplía prisión preventiva a expresidenta interina Jeanine Áñez
Jeanine Áñez fue capturada el 6 de marzo en un operativo encabezado por el comandante general de la Policía Boliviana, acusada de los supuestos delitos de sedición y terrorismo durante la crisis de 2019 que derivó en la renuncia de Evo Morales a la Presidencia.
La expresidenta interina de Bolivia Jeanine Áñez estará por lo menos un año en prisión luego de que este martes un juez extendiera la detención preventiva por seis meses más, a una semana de que la exmandataria complete cinco meses recluida en un penal en La Paz.
Áñez pasó de ser una senadora de derechas casi desconocida a convertirse en 2019 en presidenta interina de Bolivia. Sin embargo, el 6 de marzo de este año fue capturada en Trinidad, capital del departamento amazónico del Beni, en un operativo encabezado por el comandante general de la Policía Boliviana, acusada de los supuestos delitos de sedición y terrorismo durante la crisis de 2019 que derivó en la renuncia de Evo Morales a la Presidencia.
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“Denuncio ante Bolivia y el mundo, que en un acto de abuso y persecución política el gobierno del MAS [gobernante Movimiento Al Socialismo] me ha mandado arrestar. Me acusa de haber participado en un golpe de estado que nunca ocurrió. Mis oraciones por Bolivia y por todos los bolivianos”, dijo Áñez en Twitter el día de su captura.
Áñez asumió la presidencia dos días después de que Morales, un amigo de Cuba y Venezuela, dimitiera, tras 14 años en el poder, en medio de una fuerte convulsión social, surgida tras las elecciones generales de un mes antes. El entonces mandatario indígena se postulaba para un cuarto mandato hasta 2025, pero los opositores denunciaron que hizo fraude en esos comicios y demandaron la anulación de todo el proceso electoral.
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Junto a Morales dimitieron su vicepresidente Álvaro García y los presidentes y primeros vicepresidentes de las cámaras de Diputados y Senadores, todos oficialistas, y en la línea de sucesión constitucional. La oposición de entonces arguyó que no podía haber vacío de poder y que le correspondía a Áñez, entonces segunda vicepresidenta del Senado, asumir el primer cargo del país.
Su detención
Tras la captura, la exmandataria sufrió un episodio de hipertensión arterial en marzo y pidió ser trasladada a un centro de salud privado. Sin embargo, en ese momento las autoridades negaron la solicitud y explicaron que en el centro de reclusión contaban con los implementos necesarios para atenderla. El Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional de Bolivia señaló en un comunicado que en cuanto se reportó el cuadro de tensión alta de Áñez “el equipo médico a cargo de la vigilancia de internos la atendió rápidamente hasta que fue estabilizada”.
La expresidenta interina de Bolivia Jeanine Áñez estará por lo menos un año en prisión luego de que este martes un juez extendiera la detención preventiva por seis meses más, a una semana de que la exmandataria complete cinco meses recluida en un penal en La Paz.
Áñez pasó de ser una senadora de derechas casi desconocida a convertirse en 2019 en presidenta interina de Bolivia. Sin embargo, el 6 de marzo de este año fue capturada en Trinidad, capital del departamento amazónico del Beni, en un operativo encabezado por el comandante general de la Policía Boliviana, acusada de los supuestos delitos de sedición y terrorismo durante la crisis de 2019 que derivó en la renuncia de Evo Morales a la Presidencia.
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“Denuncio ante Bolivia y el mundo, que en un acto de abuso y persecución política el gobierno del MAS [gobernante Movimiento Al Socialismo] me ha mandado arrestar. Me acusa de haber participado en un golpe de estado que nunca ocurrió. Mis oraciones por Bolivia y por todos los bolivianos”, dijo Áñez en Twitter el día de su captura.
Áñez asumió la presidencia dos días después de que Morales, un amigo de Cuba y Venezuela, dimitiera, tras 14 años en el poder, en medio de una fuerte convulsión social, surgida tras las elecciones generales de un mes antes. El entonces mandatario indígena se postulaba para un cuarto mandato hasta 2025, pero los opositores denunciaron que hizo fraude en esos comicios y demandaron la anulación de todo el proceso electoral.
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Junto a Morales dimitieron su vicepresidente Álvaro García y los presidentes y primeros vicepresidentes de las cámaras de Diputados y Senadores, todos oficialistas, y en la línea de sucesión constitucional. La oposición de entonces arguyó que no podía haber vacío de poder y que le correspondía a Áñez, entonces segunda vicepresidenta del Senado, asumir el primer cargo del país.
Su detención
Tras la captura, la exmandataria sufrió un episodio de hipertensión arterial en marzo y pidió ser trasladada a un centro de salud privado. Sin embargo, en ese momento las autoridades negaron la solicitud y explicaron que en el centro de reclusión contaban con los implementos necesarios para atenderla. El Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional de Bolivia señaló en un comunicado que en cuanto se reportó el cuadro de tensión alta de Áñez “el equipo médico a cargo de la vigilancia de internos la atendió rápidamente hasta que fue estabilizada”.