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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, revocó este martes dos decretos firmados en mayo pasado que facilitaban la compra y porte de armas de fuego en Brasil, pero propuso otras tres medidas para su flexibilización con el fin de ajustarse a las exigencias del Congreso.
Bolsonaro, que prometió armar a las personas "de bien" para combatir la criminalidad, firmó una orden ejecutiva el 7 de mayo que facilitaba el porte de armas de fuego a categorías como camioneros, políticos, periodistas y residentes de áreas rurales.
También permitió el porte de fusiles a ciudadanos comunes y centuplicó la cantidad de municiones que se podrían comprar anualmente. Debido a las críticas, dos semanas después el presidente firmó un nuevo decreto modificando algunos puntos, aunque mantuvo aspectos polémicos.
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A juicio de legisladores y analistas, muchas de esas modificaciones no podían realizarse por decreto. El Senado votó por su anulación la semana pasada y en la Cámara de Diputados se anticipaba otra derrota.
Bajo la presión del Congreso brasileño, que ya dio un primer paso en contra de la medida, Bolsonaro revocó los decretos y editó otros tres sobre el tema para adaptarse a los cambios solicitados por el Legislativo, según una edición extraordinaria publicada en el Diario Oficial de la Unión.
Los nuevos decretos tratan por separado de la flexibilización de las armas para cazadores, la adquisición y porte de armas de fuego y el registro y comercialización.
El presidente también decidió enviar un proyecto de ley al Congreso para alterar la legislación sobre el asunto, aunque hasta el momento no especificó el contenido del mismo.
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El Gobierno estudiaba alternativas para evitar una nueva derrota en el Congreso, después de que el Senado rechazara la semana pasada los decretos promulgados por Bolsonaro, en el poder desde el pasado 1 de enero.
Al cambiar la ley sobre la compra y el porte de armas por decreto, Bolsonaro afirmó el pasado mes de mayo que su decisión responde a que "el pueblo soberano decidió" a favor de la venta de armas en un referéndum celebrado hace 13 años.
La flexibilización en la compra y el porte de armas y la promoción de la "autodefensa" en la sociedad frente a la delincuencia fueron unas de las principales promesas de campaña de Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército que llegó al poder tras vencer al progresista Fernando Haddad, sucesor de Luiz Inácio Lula da Silva en la carrera electoral.
El decreto firmado en mayo generó una ola de rechazo entre diversos sectores de la sociedad, incluidos organismos de derechos humanos que argumentan que la medida puede incrementar la violencia en el país.
Considerado como uno de los países más violentos del mundo, Brasil alcanzó una cifra récord de 65.602 homicidios en 2017, lo que supone una media de 31,6 muertes violentas por cada 100.000 habitantes.