Brasil: investigaciones y medidas tras el ataque a las instituciones nacionales
La policía de Brasil logró retomar el control de las sedes del Congreso, la Presidencia y el Tribunal Supremo del país. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva regresó a la capital, hizo una inspección de los daños y se reúne este lunes con las máximas autoridades del poder legislativo y judicial, junto con los responsables militares. Mientras tanto, las investigaciones contra miles de seguidores de Bolsonaro que acampaban frente a la sede del Ejército avanzan.
El presidente de Brasil, Lula da Silva, decretó a última hora del domingo la intervención federal en Brasilia para tomar el control de la seguridad de la capital, tras la invasión de las sedes del Congreso, la Presidencia y el Tribunal Supremo del país. La policía retomó el control de los tres edificios en la misma tarde del domingo y detuvo a miles de personas. Lula volvió a la capital y responsabilizó del ataque a su predecesor, Jair Bolsonaro.
Luego de una inspección de los daños, se ordenó el desalojo del campamento instalado frente al cuartel general del Ejército, donde los bolsonaristas pedían la intervención de los militares para derrocar al gobierno del izquierdista. Este lunes, la policía lo desalojó y, según dijo el portavoz del Ejército, el coronel Marcos Andrpe Benzecry, al diario El País, fueron retiradas entre 1200 y 1400 personas. Aquellos bolsonaristas serán investigados.
La Fiscalía General solicitó abrir inmediatamente las investigaciones que lleven a “responsabilizar a los involucrados” en los ataques contra las sedes de los poderes en Brasilia.
El gobernador del distrito de Brasilia, Ibaneis Rocha, aliado de Bolsonaro, le pidió disculpas a Lula y calificó a los responsables de “verdaderos terroristas”. También, el mismo Rocha despidió al jefe de seguridad de la capital, Anderson Torres, quien había sido ministro de Justicia de Bolsonaro. Sin embargo, el magistrado del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes, ordenó a Rocha apartarse por 90 días de su cargo.
Lula convocó este lunes a una reunión a partir de las nueve de la mañana con la presidenta del Tribunal Supremo, Rosa Weber, y se encontrará con los presidentes del Congreso y del Senado, el ministro de Defensa y los jefes de las Fuerzas Armadas.
Además, la condena internacional de los hechos no se ha hecho esperar. Los jefes de Gobierno de Alemania, Reino Unido y el presidente del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, han condenado el asalto. El presidente Joe Biden calificó lo sucedido de “escandaloso” y condenó el “asalto a la democracia y al traspaso pacífico del poder en Brasil”.
En América Latina también hubo condenas y mensajes de solidaridad de parte de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Cuba, Ecuador, México, Venezuela, entre otros. También, la Unión Europea, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el secretario general de la OEA Luis Almagro, se pronunciaron rechazando los hechos. Incluso, Rusia y China pidieron “restablecer el orden social y salvaguardar la estabilidad nacional”.
El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, condenó el domingo los “saqueos e invasiones de edificios públicos” y calificó de “infundadas” las afirmaciones del presidente Lula da Silva.
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El presidente de Brasil, Lula da Silva, decretó a última hora del domingo la intervención federal en Brasilia para tomar el control de la seguridad de la capital, tras la invasión de las sedes del Congreso, la Presidencia y el Tribunal Supremo del país. La policía retomó el control de los tres edificios en la misma tarde del domingo y detuvo a miles de personas. Lula volvió a la capital y responsabilizó del ataque a su predecesor, Jair Bolsonaro.
Luego de una inspección de los daños, se ordenó el desalojo del campamento instalado frente al cuartel general del Ejército, donde los bolsonaristas pedían la intervención de los militares para derrocar al gobierno del izquierdista. Este lunes, la policía lo desalojó y, según dijo el portavoz del Ejército, el coronel Marcos Andrpe Benzecry, al diario El País, fueron retiradas entre 1200 y 1400 personas. Aquellos bolsonaristas serán investigados.
La Fiscalía General solicitó abrir inmediatamente las investigaciones que lleven a “responsabilizar a los involucrados” en los ataques contra las sedes de los poderes en Brasilia.
El gobernador del distrito de Brasilia, Ibaneis Rocha, aliado de Bolsonaro, le pidió disculpas a Lula y calificó a los responsables de “verdaderos terroristas”. También, el mismo Rocha despidió al jefe de seguridad de la capital, Anderson Torres, quien había sido ministro de Justicia de Bolsonaro. Sin embargo, el magistrado del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes, ordenó a Rocha apartarse por 90 días de su cargo.
Lula convocó este lunes a una reunión a partir de las nueve de la mañana con la presidenta del Tribunal Supremo, Rosa Weber, y se encontrará con los presidentes del Congreso y del Senado, el ministro de Defensa y los jefes de las Fuerzas Armadas.
Además, la condena internacional de los hechos no se ha hecho esperar. Los jefes de Gobierno de Alemania, Reino Unido y el presidente del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, han condenado el asalto. El presidente Joe Biden calificó lo sucedido de “escandaloso” y condenó el “asalto a la democracia y al traspaso pacífico del poder en Brasil”.
En América Latina también hubo condenas y mensajes de solidaridad de parte de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Cuba, Ecuador, México, Venezuela, entre otros. También, la Unión Europea, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el secretario general de la OEA Luis Almagro, se pronunciaron rechazando los hechos. Incluso, Rusia y China pidieron “restablecer el orden social y salvaguardar la estabilidad nacional”.
El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, condenó el domingo los “saqueos e invasiones de edificios públicos” y calificó de “infundadas” las afirmaciones del presidente Lula da Silva.
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