Caos en Acapulco: las críticas al gobierno de AMLO tras el paso del huracán Otis

Justo en la previa del Día de Muertos, que se celebrará entre miércoles y jueves de la siguiente semana, la ciudad de Acapulco, en el estado de Guerrero, se vio golpeada el miércoles pasado por un descomunal huracán de categoría 5, Otis, que tomó por sorpresa a todos los sistemas de prevención, dejando a su paso un saldo de 27 personas muertas y otras cuatro desaparecidas, según el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el presidente de México.

Justo en la previa del Día de Muertos, que se celebrará entre miércoles y jueves de la siguiente semana, la ciudad de Acapulco, en el estado de Guerrero, se vio golpeada el miércoles pasado por un descomunal huracán de categoría 5, Otis, que tomó por sorpresa a todos los sistemas de prevención, dejando a su paso un saldo de 27 personas muertas y otras cuatro desaparecidas, según el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el presidente de México.

Acapulco, ciudad turística por excelencia, bañada por las aguas del Océano Pacífico, al igual que Puerto Vallarta o Puerto Escondido, cuenta, según la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Acapulco (AHETA), con más de 20.000 habitaciones hoteleras. El impacto de los vientos de Otis destrozó gran parte de la ciudad.

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“El impacto fue muy grave porque no esperábamos esto, era una tormenta tropical que se convirtió rápidamente en huracán de categoría 5 y que además llegó 6 horas antes de lo esperado. Los daños son incuantificables porque no hay comunicación”, aseguró a El Universal de México Jorge Laurel González, expresidente de AHETA.

Lo que dice González es cierto. Desde el domingo, se esperaba el paso de la tormenta y Otis estaba pronosticado como una tormenta tropical que pasaría por la ciudad. Hasta las últimas cuatro horas antes de que tocara tierra, nadie preveía que cambiaría de estatus a huracán de categoría 5, alcanzando vientos de más de 266 kilómetros por hora.

Ni siquiera el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, una de las instituciones líderes en el continente en prevención de estas tormentas, advirtió que llegaría como huracán. A las 12:50 p. m., el centro emitió su única alerta sobre la tormenta, señalando que estaba en el sur de México como tormenta: “Otis ahora es una tormenta tropical tierra adentro. Continúan fuertes lluvias e inundaciones repentinas en partes del sur de México”.

“Otis se disipa tierra adentro sobre el sur de México. Este es el último aviso”, fue el siguiente y último aviso de la institución casi cuatro horas después del primer comunicado.

Según dijo a Noticias Caracol Christian Euscátegui, meteorólogo y consultor en sistemas de alerta temprana, el hecho de que la tormenta llegara por las aguas del Pacífico fue un factor determinante para que sorprendiera a todos los sistemas de prevención, pues la temperatura del océano facilitó el rápido cambio de estatus.

“Adicionalmente, a una buena condición de humedad, de manera inicial, los modelos no lograron identificar de forma muy certera esa intensidad que podría alcanzar. Pero esa es una condición bastante local que da lugar a que el ciclón como tal logre fortalecerse muy rápidamente cuando encuentra unas condiciones de ambiente muy favorables”, afirmó.

El mismo día del desastre, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se desplazó por tierra a Acapulco, teniendo incluso que pasar en camión varios tramos de la carretera, pues el rastro de Otis bloqueó los caminos. Así mismo, también quedaron incomunicados por varias horas diferentes sectores de la ciudad.

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De regreso a la Ciudad de México, este viernes, AMLO tuvo que salir en su conferencia matutina a defenderse, pues la gestión que dio el gobierno federal a la crisis ha sido ampliamente criticada por sectores opositores a su gobierno.

“Si hubieran informado con tiempo de la fuerza del huracán, hoy no tendríamos que lamentar pérdidas humanas. Si no hubieran desaparecido el FONDEN, habría recursos suficientes para ayudar a los afectados a salir adelante. Pero este gobierno tiene otras prioridades”, escribió Marko Cortés, presidente del partido conservador Acción Nacional, acompañando una foto de López Obrador a bordo de uno de los camiones atascados.

“No. Es que había una situación de emergencia, de desorden, de caos, de mucha incertidumbre, miedo, todo esto que sucede cuando hay una tragedia de estas dimensiones, fue muy fuerte el impacto del huracán”, apuntó el mandatario durante su conferencia de prensa matutina.

López Obrador señaló incluso que su Gobierno ya envió a unos 10.000 miembros de las Fuerzas Armadas, además de trabajadores sociales, técnicos y personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a atender la emergencia. “Estamos allá en Acapulco. Hay como 10.000 elementos de las Fuerzas Armadas, y muchos trabajadores sociales, trabajadores para el bienestar, técnicos. Debe de haber como 1.500 trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad”, precisó.

AMLO también se refirió a los saqueos y el desorden visto sobre los escombros: “Sí, la gente estaba llevando a cabo en algunos lugares actos de saqueo porque era la emergencia”, dijo. Según la agencia EFE, “señaló que esto se dio porque se vieron afectados los cuarteles de la Guardia Nacional en Acapulco, por lo que no se pudieron evitar estas acciones de rapiña”.

“Era una situación bastante complicada, bastante difícil. Ahora ya hay retenes de la Guardia Nacional, ya se establecieron estos retenes para mantener el orden”, continuó.

Sin embargo, desde Acapulco afirman que la ayuda está llegando a cuentagotas, mientras que los alimentos empiezan a escasear, en parte por los mismo saqueos.

“Necesitamos el apoyo del gobierno o de alguien porque la verdad está muy feo. No han venido a apoyarnos todavía, estamos en una situación difícil, complicada, mucha gente tiene hambre”, dice a la agencia AFP Arturo Avilés, de 48 años, quien tiene una pequeña tienda de frutas y verduras de donde están subsistiendo él y su familia.

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Cortés también criticaba que el gobierno de AMLO desmanteló recientemente el FONDEN, el fondo que estaba destinado por México para atender a este tipo de desastres y cuyo fondo ascendía a unos USD$780 millones. Sin embargo, la Secretaría de Hacienda de México ha afirmado que estos recursos siguen estando disponibles aunque el fondo haya desaparecido como tal.

La cuestión es que según referencia el medio Bloomberg Línea, las pérdidas causadas por Otis están tasadas en USD$15.000 millones. Bloomberg Línea cita a Chuck Watson, modelador de desastres de Enki Research, quien estima en este valor las pérdidas causadas por el ciclón.

Y es que según Evelyn Salgado Pineda, gobernadora del Estado de Guerrero, un 80 % de los hoteles de Acapulco se vieron afectados. Un dato poco alentador teniendo en cuenta el fuerte turismo de la ciudad estando a unos meses de la temporada navideña.

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