Capturan a colombiano que durante más de 20 años se hizo pasar por un príncipe saudí en EE.UU.
Su nombre es Anthony Gignac y desde hace más de 20 años se hace pasar por un miembro de la familia real de Arabia Saudita para engañar a las autoridades y compañías financieras de Estados Unidos.
Redacción El Mundo
El sultán Bin Khaled Al Saud de Arabia Saudita era el disfraz del colombiano Anthony Gignac, radicado en Estados Unidos desde pequeño, para estafar a los bancos y autoridades de ese país. Desde los 90 comenzó sus andanzas y engaños.
El primer registro que la policía tuvo de él fue en 1991 cuando por primera vez se hizo pasar por un heredero de la Familia Real saudí para estafar a varias empresas y un hotel por una suma de US$10.000.
Su segunda irrupción como príncipe, en 1993, la aprovechó para darse una vida de lujo. Se hospedó en el Hotel Grand Bay en Miami, el mismo donde Michael Jackson, Prince, Sophia Loren y Elizabeth Taylor se acomodaban cuando iban a la ciudad. Nadie sospechaba, pues se movilizaba en autos de lujo, daba cuantiosas propinas y, según El Nuevo Herald, repetía el lema "póngalo a mi cuenta”.
Para esa época, sacó tarjetas de crédito con la excusa de que había perdido las suyas mientras se hacía pasar por un residente del estado de California.
Pero su aventura fue descubierta debido a que fue víctima de un delito. Cuando el supuesto sultán denunció que había sido golpeado y asaltado por dos hombres, a la Policía de Miami le pareció pertinente avisar a la embajada de Arabia Saudita del caso. Sin embargo, ellos no sabían quién era el supuesto príncipe Khaled.
Gignac logró escaparse a Chicago antes de que las autoridades lo capturaran por "estafar US$27.000 al Grand Bay y US$51.175 a la tienda Saks Fifth Avenue", según El Miami Herald. Pero no corrió suerte en la ciudad del estado de Illinios.
Cuando esperaba ser enjuicado en Florida, logró convencer a su abogado de que efectivamente su linaje sí pertenecía a la realeza saudí. De este modo, logró su fianza en agosto de 1994.
De nuevo con su disfraz, consiguió obtener una tarjeta de crédito por una suma de US$200 millones, que comenzó a gastar sin discriminación. Esto lo logró cuando gritó que su papá, el Rey, se enfurecería si seguían dudando de él.
Luego de esos episodios con la ley, en otras ocasiones fue descubierto y capturado, incluso cuando estaba en libertad supervisada, en 1997-1998; 2002; 2004-2006.
Entre 2006 y 2017 no se supo nada de él, hasta que apareció en 2017 buscando realizar un negocio multimillonario en el condado de Miami-Dade. Esto alertó las alarmas de las autoridades en Miami, en la que un jurado en la Florida ordenó el arrestro contra Gignac por conspirar para cometer una ofensa contra Estados Unidos y otros delitos como "hacerse pasar por un diplomático extranjero, mal uso de su pasaporte, robo de identidad agravado y posesión de un arma por un criminal convicto", según El Miami Herald.
Por ahora, Gignac se encuentra en un centro de detención en Oklahoma para luego ser trasladado a Miami donde enfrentará los cargos por los que es acusado.
El sultán Bin Khaled Al Saud de Arabia Saudita era el disfraz del colombiano Anthony Gignac, radicado en Estados Unidos desde pequeño, para estafar a los bancos y autoridades de ese país. Desde los 90 comenzó sus andanzas y engaños.
El primer registro que la policía tuvo de él fue en 1991 cuando por primera vez se hizo pasar por un heredero de la Familia Real saudí para estafar a varias empresas y un hotel por una suma de US$10.000.
Su segunda irrupción como príncipe, en 1993, la aprovechó para darse una vida de lujo. Se hospedó en el Hotel Grand Bay en Miami, el mismo donde Michael Jackson, Prince, Sophia Loren y Elizabeth Taylor se acomodaban cuando iban a la ciudad. Nadie sospechaba, pues se movilizaba en autos de lujo, daba cuantiosas propinas y, según El Nuevo Herald, repetía el lema "póngalo a mi cuenta”.
Para esa época, sacó tarjetas de crédito con la excusa de que había perdido las suyas mientras se hacía pasar por un residente del estado de California.
Pero su aventura fue descubierta debido a que fue víctima de un delito. Cuando el supuesto sultán denunció que había sido golpeado y asaltado por dos hombres, a la Policía de Miami le pareció pertinente avisar a la embajada de Arabia Saudita del caso. Sin embargo, ellos no sabían quién era el supuesto príncipe Khaled.
Gignac logró escaparse a Chicago antes de que las autoridades lo capturaran por "estafar US$27.000 al Grand Bay y US$51.175 a la tienda Saks Fifth Avenue", según El Miami Herald. Pero no corrió suerte en la ciudad del estado de Illinios.
Cuando esperaba ser enjuicado en Florida, logró convencer a su abogado de que efectivamente su linaje sí pertenecía a la realeza saudí. De este modo, logró su fianza en agosto de 1994.
De nuevo con su disfraz, consiguió obtener una tarjeta de crédito por una suma de US$200 millones, que comenzó a gastar sin discriminación. Esto lo logró cuando gritó que su papá, el Rey, se enfurecería si seguían dudando de él.
Luego de esos episodios con la ley, en otras ocasiones fue descubierto y capturado, incluso cuando estaba en libertad supervisada, en 1997-1998; 2002; 2004-2006.
Entre 2006 y 2017 no se supo nada de él, hasta que apareció en 2017 buscando realizar un negocio multimillonario en el condado de Miami-Dade. Esto alertó las alarmas de las autoridades en Miami, en la que un jurado en la Florida ordenó el arrestro contra Gignac por conspirar para cometer una ofensa contra Estados Unidos y otros delitos como "hacerse pasar por un diplomático extranjero, mal uso de su pasaporte, robo de identidad agravado y posesión de un arma por un criminal convicto", según El Miami Herald.
Por ahora, Gignac se encuentra en un centro de detención en Oklahoma para luego ser trasladado a Miami donde enfrentará los cargos por los que es acusado.