Caso Ana María Henao: su familia pide justicia ante una posible salida del acusado
En febrero desapareció Ana María Henao Knezevich en España. En mayo, la policía de Estados Unidos capturó a su esposo por ser el presunto responsable de su desaparición. Hoy, la familia de Ana María pide justicia para “poder salir del vilo en el que nos encontramos”.
“Lo que más nos preocupa es saber qué pasó y que se haga justicia”, dijo Felipe Henao, hermano de Ana María Henao Knezevich, colombo estadounidense desaparecida en España, en entrevista con W Radio.
A principios de mayo, la policía de Miami detuvo al esposo de Ana María por su presunta relación con el caso. Pero, según detalló la familia de Ana María, “el tipo (David Knezevich, el esposo de Ana María) puede salir en fianza en cualquier momento”.
Según detalló CNN, investigadores federales acusaron David Knezevich, de 36 años, de atravesar dos continentes, robar matrículas y ocultar una cámara de seguridad para secuestrar a su esposa, de la que estaba separado, en un apartamento en España a principios de este año. Pero el hombre y sus abogados dicen que nunca ha pisado España e insisten en que es inocente.
Su hermano asegura que, aunque las autoridades han hecho su mejor esfuerzo, la familia pide “que se investigue a fondo lo que ha pasado con todo esto, lo que pedimos es que sea investigado”, expresó.
“Al fin y al cabo, todos sabemos cuál es la respuesta, ojalá fueran honestos con esto para poder salir del vilo en el que nos encontramos”, agregó.
Henao cree que a su hermana la desaparecieron por dinero.
La desaparición
Ana María Henao, de 40 años y residente en Florida, despareció en Madrid, España, el pasado 2 de febrero por la noche, cuando sus allegados le perdieron el rastro.
Ana María llegó en diciembre a Madrid, donde vive una amiga de la infancia, y se instaló en un apartamento cuyo alquiler caducaba en marzo. Por ello, el día antes de la desaparición ambas estuvieron mirando una nueva vivienda. La última comunicación fehaciente de la desaparecida fue el día 2 a las 11.30 horas comunicando a su amiga que no le había gustado.
Su amiga le escribió ese mismo día, sin obtener respuesta, y el siguiente. Preocupada, la llamó por teléfono sin éxito. Consideró que era muy extraño que no le contestara porque el 5 de febrero viajaban juntas a Barcelona para asistir a un evento y Ana María “estaba muy ilusionada con ello”. De hecho, llegó a ir en vano a la estación de Atocha ese por si acaso hubiera perdido el móvil.
De acuerdo con sus allegados, la joven desaparecida, aparentemente, estaría buscando mudarse definitivamente en medio de “un difícil proceso de divorcio”. En otra en entrevista con W Radio, su hermano dijo que la familia se preocupó tras recibir “una serie de mensajes” desde el teléfono móvil de la mujer desaparecida que “no parecían escritos por ella”.
Mientras, en España, su amiga acudió al domicilio de la desaparecida. Al no responder nadie a la puerta, llamó a los servicios de emergencias. Tras contarles lo ocurrido, los bomberos entraron al piso por una ventana y comprobaron que no había signos de violencia ni desorden, sino lo normal en estas estancias.
Pero una vecina afirmó que había visto luz en la vivienda la madrugada del sábado 3 de febrero, y que ese fin de semana intentaron robar en el edificio (aunque no hay denuncia alguna al respecto) y que por ello unos desconocidos taparon con un spray negro la cámara del teléfono de la entrada y la de seguridad junto al ascensor.
Según relató al canal 6 South Florida su amiga Sanna Rameau, esa misma noche “un hombre con casco forzó las cámaras de seguridad y la puerta del edificio donde se alojaba”, antes de perderse todo contacto.
La asociación SOS Desaparecidos alertó entonces de la desaparición “inquietante” de la mujer, instalada hace pocos meses en Madrid desde Florida debido a su divorcio de un ciudadano serbio. Al parecer, este proceso comenzó en enero y se tornó “muy duro y complicado”, hasta el punto de “pedir ayuda médica por depresión”, explicó a Europa Press el presidente de SOS Desaparecidos y portavoz de la familia, Joaquín Amills.
Como corresponde se interpuso una denuncia por la desaparición de Ana María en la comisaría de la Policía Nacional, que junto a Serbia están realizando la investigación.
El caso tomó un giro inesperado cuando el esposo de Ana María entró a ser un serio sospechoso, ya que, cuando Henao desapareció de su apartamento en febrero, el abogado de Knezevich dijo que su cliente había estado lejos, en Serbia, su país natal. Pero, de acuerdo con el reporte de CNN, funcionarios federales dijeron que los registros muestran que Knezevich voló de Miami a Turquía en enero y luego fue a Belgrado, Serbia, donde alquiló un coche pequeño el 29 de enero.
Además, el propietario de la agencia de alquiler de carros dijo a los investigadores que cuando el vehículo fue devuelto a mediados de marzo, alguien había teñido sus cristales y añadido un nuevo marco de matrícula, y que había recorrido casi 7.700 kilómetros, según la denuncia penal.
Por otro lado, las cámaras de las cabinas de peaje captaron imágenes del mismo modelo de Peugeot, con los cristales pintados, cerca de Madrid a última hora de la noche y la madrugada del 2 al 3 de febrero. Tenía matrículas robadas a otro vehículo en la calle madrileña donde vivía Ana María.
“Los investigadores españoles identificaron la marca del spray y determinaron que un minorista de Madrid había vendido la misma pintura, junto con dos rollos de cinta aislante, a un hombre que se parecía a Knezevich el mismo día en que Henao fue visto por última vez, según la denuncia penal”, dijo el medio estadounidense.
Justicia para Ana María
Felipe Henao, dijo ante los micrófonos de W Radio, que los argumentos que ha presentado la defensa de David Knezevich “son mentiras”. “El decir que no tiene dinero es una gran mentira, son mentiras muy fáciles de demostrar, decir que nunca estuvo en Madrid cuando en cámara se vio que sí estuvo, la defensa está mintiendo, si tiene tanta plata para pagar abogados por qué dice que no tiene plata para viajar, la situación es preocupante”, continuó.
Felipe Henao expresó que, junto a su familia, a pesar de todo, sigue luchando por encontrar a Ana María y llevar a los responsables ante la justicia.
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“Lo que más nos preocupa es saber qué pasó y que se haga justicia”, dijo Felipe Henao, hermano de Ana María Henao Knezevich, colombo estadounidense desaparecida en España, en entrevista con W Radio.
A principios de mayo, la policía de Miami detuvo al esposo de Ana María por su presunta relación con el caso. Pero, según detalló la familia de Ana María, “el tipo (David Knezevich, el esposo de Ana María) puede salir en fianza en cualquier momento”.
Según detalló CNN, investigadores federales acusaron David Knezevich, de 36 años, de atravesar dos continentes, robar matrículas y ocultar una cámara de seguridad para secuestrar a su esposa, de la que estaba separado, en un apartamento en España a principios de este año. Pero el hombre y sus abogados dicen que nunca ha pisado España e insisten en que es inocente.
Su hermano asegura que, aunque las autoridades han hecho su mejor esfuerzo, la familia pide “que se investigue a fondo lo que ha pasado con todo esto, lo que pedimos es que sea investigado”, expresó.
“Al fin y al cabo, todos sabemos cuál es la respuesta, ojalá fueran honestos con esto para poder salir del vilo en el que nos encontramos”, agregó.
Henao cree que a su hermana la desaparecieron por dinero.
La desaparición
Ana María Henao, de 40 años y residente en Florida, despareció en Madrid, España, el pasado 2 de febrero por la noche, cuando sus allegados le perdieron el rastro.
Ana María llegó en diciembre a Madrid, donde vive una amiga de la infancia, y se instaló en un apartamento cuyo alquiler caducaba en marzo. Por ello, el día antes de la desaparición ambas estuvieron mirando una nueva vivienda. La última comunicación fehaciente de la desaparecida fue el día 2 a las 11.30 horas comunicando a su amiga que no le había gustado.
Su amiga le escribió ese mismo día, sin obtener respuesta, y el siguiente. Preocupada, la llamó por teléfono sin éxito. Consideró que era muy extraño que no le contestara porque el 5 de febrero viajaban juntas a Barcelona para asistir a un evento y Ana María “estaba muy ilusionada con ello”. De hecho, llegó a ir en vano a la estación de Atocha ese por si acaso hubiera perdido el móvil.
De acuerdo con sus allegados, la joven desaparecida, aparentemente, estaría buscando mudarse definitivamente en medio de “un difícil proceso de divorcio”. En otra en entrevista con W Radio, su hermano dijo que la familia se preocupó tras recibir “una serie de mensajes” desde el teléfono móvil de la mujer desaparecida que “no parecían escritos por ella”.
Mientras, en España, su amiga acudió al domicilio de la desaparecida. Al no responder nadie a la puerta, llamó a los servicios de emergencias. Tras contarles lo ocurrido, los bomberos entraron al piso por una ventana y comprobaron que no había signos de violencia ni desorden, sino lo normal en estas estancias.
Pero una vecina afirmó que había visto luz en la vivienda la madrugada del sábado 3 de febrero, y que ese fin de semana intentaron robar en el edificio (aunque no hay denuncia alguna al respecto) y que por ello unos desconocidos taparon con un spray negro la cámara del teléfono de la entrada y la de seguridad junto al ascensor.
Según relató al canal 6 South Florida su amiga Sanna Rameau, esa misma noche “un hombre con casco forzó las cámaras de seguridad y la puerta del edificio donde se alojaba”, antes de perderse todo contacto.
La asociación SOS Desaparecidos alertó entonces de la desaparición “inquietante” de la mujer, instalada hace pocos meses en Madrid desde Florida debido a su divorcio de un ciudadano serbio. Al parecer, este proceso comenzó en enero y se tornó “muy duro y complicado”, hasta el punto de “pedir ayuda médica por depresión”, explicó a Europa Press el presidente de SOS Desaparecidos y portavoz de la familia, Joaquín Amills.
Como corresponde se interpuso una denuncia por la desaparición de Ana María en la comisaría de la Policía Nacional, que junto a Serbia están realizando la investigación.
El caso tomó un giro inesperado cuando el esposo de Ana María entró a ser un serio sospechoso, ya que, cuando Henao desapareció de su apartamento en febrero, el abogado de Knezevich dijo que su cliente había estado lejos, en Serbia, su país natal. Pero, de acuerdo con el reporte de CNN, funcionarios federales dijeron que los registros muestran que Knezevich voló de Miami a Turquía en enero y luego fue a Belgrado, Serbia, donde alquiló un coche pequeño el 29 de enero.
Además, el propietario de la agencia de alquiler de carros dijo a los investigadores que cuando el vehículo fue devuelto a mediados de marzo, alguien había teñido sus cristales y añadido un nuevo marco de matrícula, y que había recorrido casi 7.700 kilómetros, según la denuncia penal.
Por otro lado, las cámaras de las cabinas de peaje captaron imágenes del mismo modelo de Peugeot, con los cristales pintados, cerca de Madrid a última hora de la noche y la madrugada del 2 al 3 de febrero. Tenía matrículas robadas a otro vehículo en la calle madrileña donde vivía Ana María.
“Los investigadores españoles identificaron la marca del spray y determinaron que un minorista de Madrid había vendido la misma pintura, junto con dos rollos de cinta aislante, a un hombre que se parecía a Knezevich el mismo día en que Henao fue visto por última vez, según la denuncia penal”, dijo el medio estadounidense.
Justicia para Ana María
Felipe Henao, dijo ante los micrófonos de W Radio, que los argumentos que ha presentado la defensa de David Knezevich “son mentiras”. “El decir que no tiene dinero es una gran mentira, son mentiras muy fáciles de demostrar, decir que nunca estuvo en Madrid cuando en cámara se vio que sí estuvo, la defensa está mintiendo, si tiene tanta plata para pagar abogados por qué dice que no tiene plata para viajar, la situación es preocupante”, continuó.
Felipe Henao expresó que, junto a su familia, a pesar de todo, sigue luchando por encontrar a Ana María y llevar a los responsables ante la justicia.
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