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El reciente caso de una familia venezolana que fue víctima de trata de personas por parte del Tren de Aragua confirma la participación de la megabanda en este delito y en el tráfico de migrantes, así como el rol de Chile como la última parada para los migrantes y las víctimas de trata.
Una mujer, su hija y su esposo se encontraban en las calles de Santa Cruz de la Sierra limpiando vidrios y vendiendo caramelos como lo hacían todos los días desde que llegaron a Bolivia a principios de 2022. El hombre tuvo que alejarse de la zona por un par de horas y cuando volvió, su hija y esposa ya no estaban en el lugar.
El hombre empezó a preguntarle a otros venezolanos y vendedores ambulantes sobre el paradero de su familia, pero no obtuvo respuesta. Por eso, asumió que las autoridades bolivianas las habían retenido por estar indocumentadas, informó el medio El Deber.
Al pasar los días y mientras seguía buscándolas fue contactado por el Tren de Aragua, una megabanda venezolana con influencia en Bolivia. “Le dijeron que las habían secuestrado, que estaban en Chile, y que si quería volver a verlas él tenía que llevar droga hacia ese país. No le obligaron a tragarla pero le dieron una maleta con doble fondo con cocaína”, aseguró una fuente en Bolivia que conoce el caso, y que pidió no ser citada por razones de seguridad.
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Sin otra opción, el hombre aceptó llevar la cocaína a Chile y mientras pasaba por la primera inspección en Bolivia fue detenido por las autoridades en Oruro y actualmente se encuentra en prisión preventiva. Por su parte, el paradero de su esposa e hija continúan siendo un enigma, pero se presume que podrían ser víctimas de trata de personas.
La realidad de esta familia se ha vuelto cada vez más común en ciudades bolivianas como Psiga, fronteriza con Chile, y en Santa Cruz de la Sierra, La Paz, Cochabamba y Oruro. Allí se ha reportado que la megabanda está secuestrando a mujeres migrantes indocumentadas en condición de vulnerabilidad y las estarían trasladando a Chile para explotarlas sexualmente, aseguró el medio El Deber.
Las autoridades chilenas, por su parte, se pronunciaron días después de que este caso saliera a la luz pública. El 11 de julio, Javier García, el alcalde de Colchane, ciudad chilena fronteriza con Bolivia, afirmó que el Tren de Aragua utiliza la frontera de la comuna para la trata de personas y el ingreso de droga y armas al país. Adicionalmente, en el mes de marzo del 2022, la Fiscalía de Tarapacá, región norte de Chile fronteriza con Bolivia, informó que células del grupo operan en el país y se dedican a cometer delitos como homicidio, secuestro, tráfico de migrantes, trata de personas con fines de explotación sexual y extorsiones, entre otros.
El Tren de Aragua es la megabanda más poderosa en Venezuela, y fue considerada por InSight Crime como uno de los grupos criminales más importantes la región. Pese a que tiene su principal enclave en la cárcel de Tocorón, ubicada en el estado de Aragua, ha logrado expandir sus tentáculos a otros países de América Latina.
El Observatorio de Venezuela de InSight Crime ha podido identificar que el Tren de Aragua participa en la trata de personas y el tráfico de migrantes en Colombia, Perú, Bolivia y Chile, siendo este último el destino soñado para los migrantes venezolanos por sus condiciones económicas. En este país los medios empezaron a reportar el accionar del grupo desde junio de 2021, y para octubre de este mismo año se tenía confirmación de que el grupo criminal tendría presencia en el país.
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InSight Crime ha intentado confirmar los vínculos de estas células en Chile con su principal enclave en la cárcel de Tocorón, en Venezuela, pero aún no se ha podido establecer si existe una relación directa entre ellas. Esto podría deberse a que el grupo es conocido por funcionar bajo un modelo de franquicias y subcontratación de otros grupos criminales y bandas.
Aquí, InSight Crime analiza hasta qué punto el Tren de Aragua se ha expandido por Suramérica, haciendo uso de las rutas que siguen los migrantes venezolanos. El grupo no solo capta a los venezolanos en situación de vulnerabilidad antes de salir de su país, sino que también tiene presencia a lo largo de la ruta que recorre varios países de la región antes de llegar a su destino final en Chile.
Países de origen: Colombia y Venezuela
El modus operandi del grupo inicia con la captación de sus víctimas, por lo general venezolanos indocumentados, que se encuentran en Venezuela, Colombia o en las trochas, o pasos fronterizos, que conectan ambos países.
“En ciudades como Cúcuta [en Colombia] hay personas que te arreglan todo el viaje y captan sobretodo a menores de edad. Te hacen todos los pases por las trochas hasta llegar a países como Perú. Todas las denuncias que me han llegado involucran al Tren de Aragua”, aseguró un experto en temas migratorios que opera en la frontera colombo-venezolana a InSight Crime, que pidió no ser citado por motivos de seguridad.
De este modo, en países como Colombia, el Tren de Aragua se ha involucrado en el tráfico de migrantes, prometiendo el traslado ilegal de un país a otro, incluso, pasando por varios países. Sin embargo, en Chile, el grupo también estaría incursionando en el delito de trata de personas, en donde la persona es retenida contra su voluntad haciendo uso de la fuerza u otras formas de coerción para obligarla a prestar servicios, usualmente sexuales.
Se ha identificado que estos delitos están correlacionados y existen alianzas entre grupos criminales para captar a las víctimas y llevarlas a través de los pasos ilegales en las fronteras.
Por ejemplo, en el mes de marzo de 2022, en Puerto Montt, una ciudad portuaria del sur de Chile, se desmanteló una banda asociada al Tren de Aragua, la cual captaba a mujeres en Colombia y Venezuela. Una vez llegaban a ciudades chilenas como Talca, Temuco o Puerto Montt, eran informadas sobre una millonaria deuda que habían adquirido por el viaje y que debían pagar prestando servicios sexuales.
Adicionalmente, el reciente caso de la familia venezolana víctima de esta megabanda, revela dos aspectos sobre el funcionamiento de la trata de personas. Por un lado, que la captación de víctimas no se hace únicamente en Colombia y Venezuela, sino que también ocurre en países como Bolivia por medio de secuestros. Por otro lado, que aunque las principales víctimas de este delito son mujeres y niñas, los hombres estarían siendo reclutados para traficar drogas a cambio de reencontrase con sus familiares.
El Tren de Aragua, se está aprovechando de las condiciones precarias de familias enteras para obtener más ganancias.
Modus operandi: redes interconectadas
La ruta de tráfico y trata de migrantes que recorre varios países de la región partiendo de Colombia se logra a través de una red interconectada de coyotes y bandas criminales por medio de la cual se recepcionan y captan migrantes en distintos países de la región.
“Lo que existe es una red que viene desde Venezuela, atraviesa Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y llega finalmente a Chile. En Bolivia en realidad existen dos aristas: una que va directamente a Brasil y otra a Chile. Son redes que están interconectadas, que se van apoyando entre ellas, recepcionando migrantes en distintas zonas y encauzándolos al lugar donde van dirigidos. No es una red nacional sino que es una red internacional que se dedica a esto”, aseguró Hardy Torres, fiscal adjunto jefe de la Fiscalía local del Tamarugal en Chile al medio Ciper.
En Colombia, la Defensoría del Pueblo ha reportado que el Tren de Aragua realiza el traslado y captación de los migrantes en alianza con el grupo criminal Los Rastrojos, presente en el departamento fronterizo de Norte de Santander.
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En Perú, los medios han informado sobre la existencia de redes de trata de personas en donde participan ciudadanos venezolanos, quienes le pagan al Tren de Aragua para que sus víctimas puedan ser explotadas sexualmente en las áreas donde se ejerce la prostitución y que actualmente están siendo controladas por esta megabanda.
“El Tren de Aragua está implicado en extorsiones a los hostales donde están las trabajadoras sexuales, a los pequeños comerciantes, a los mototaxistas que llevan a tres pasajeros. Ellos extorsionan a cambio de la seguridad, eran bandas peruanas y colombianas las que controlaban la zona, ahora es el Tren de Aragua. Se tiene confirmación de que controlan los distritos de Independencia y San Martin de Porres en la ciudad de Lima”, le dijo a InSight Crime Jaime Antezana Rivera, investigador de narcotráfico y crimen organizado en Perú.
Y en el caso de Bolivia se ha identificado que en Pisiga, un poblado urbano boliviano, ubicado en la frontera limítrofe con Chile, es donde se encuentran los “trocheros” o coyotes que ofrecen ayudar a cruzar a los migrantes a cambio de dinero. Del lado boliviano y al otro lado de la frontera, en Colchane, se ha identificado que el Tren de Aragua ejerce un control sobre los pasos fronterizos irregulares.
La zona norte de Chile: la puerta de entrada para los migrantes
La macrozona norte de Chile, que abarca cuatro regiones –Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Atacama–, se ha convertido en la puerta de entrada a Chile para los migrantes irregulares que buscan mejores oportunidades económicas y una nueva vida.
Un estudio reciente reveló que en esta zona los ingresos irregulares pasaron de 2.905 en 2017 a 56.586 en 2021. Pero de estas regiones, la más afectada por la llegada de migrantes y la violencia ha sido la región de Tarapacá y en particular el cruce fronterizo de Colchane.
El cruce se hace desde la localidad de Psiga en Bolivia hacia Colchane en Chile. Allí, el Tren de Aragua se ha aprovechado de este territorio desértico, poroso y con poca presencia institucional, para controlar los pasos irregulares, aseguró Pilar Lizana, investigadora de Athenalab y especialista en seguridad en entrevista con InSight Crime.
Y es precisamente Tarapacá– la región donde se ha concentrado la crisis migratoria desde 2020– donde también se han disparado las cifras de homicidios. Según información del Centro de Estudios de Análisis y el Delito de Chile, en el 2021 esta zona tuvo una tasa de homicidio de 9,7 por cada 100.000 habitantes superando la tasa nacional de 3,5 por cada 100.000 habitantes.
Y aunque la cifra podría ser subestimada si se compara con los datos de homicidios de otros países, en Chile esta violencia es un fenómeno nuevo. “Estamos observando un aumento de los homicidios y los datos que tenemos es que seis de cada diez homicidios se realizan con arma de fuego y el 70% de ellos es por ajuste de cuentas”, aseguró Lizana. Se presume que la ola de violencia podría estar vinculada a una lucha entre bandas locales e internacionales por el control de esta estratégica zona.
El Tren de Aragua aprovechó la vulnerabilidad de la diáspora de migrantes venezolanos para lucrarse a costa de su tráfico y explotación, y lo logró haciendo uso la influencia que ha adquirido en varios países de la región y de las alianzas con otras redes de criminales.
Esto posiciona a Chile como el nuevo territorio conquistado por esta megabanda, donde ha logrado expandir sus tentáculos más allá de la frontera. El desafío ahora es para las autoridades locales, quienes ya reconocen que el crimen organizado llegó a este país.
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