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Chile: ¿Qué pasó con el joven que cayó de un puente en medio de enfrentamientos con la policía?

Las protestas se tomaron las calles de Santiago (Chile) luego de que un policía antidisturbios hizo caer de un puente a Anthony Araya, de 16 años, en medio de las manifestaciones. En entrevista con El Espectador, Lucía Dammert, doctora en Ciencia Política y directora de Espacio Público, habló sobre lo que dejó la dictadura de Augusto Pinochet en la policía antidisturbios Carabineros. También habló sobre la brutalidad policial en América Latina, incluido el caso colombiano.

07 de octubre de 2020 - 09:01 p. m.
Un manifestante sostiene un cartel que dice “Disolución de la policía nacional chilena ahora” durante una protesta en Santiago el 3 de octubre de 2020, frente a la clínica Santa María, donde ingresó Antony Araya, de 16 años, luego de caer de un puente.
Un manifestante sostiene un cartel que dice “Disolución de la policía nacional chilena ahora” durante una protesta en Santiago el 3 de octubre de 2020, frente a la clínica Santa María, donde ingresó Antony Araya, de 16 años, luego de caer de un puente.
Foto: AFP - MARTIN BERNETTI
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Las protestas continuaron esta semana en Santiago (Chile) luego de que al parecer un policía antidisturbios hizo caer de un puente a Anthony Araya, de 16 años, en medio de las protestas del 2 de octubre. Araya cayó más de siete metros a un río en el centro de la ciudad. El joven está internado en una clínica privada sin riesgo vital, tras sufrir graves lesiones en extremidades y la cabeza.

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Este fin de semana la justicia chilena ordenó la detención y posterior prisión preventiva del agente Sebastián Zamora, quien será juzgado por el homicidio frustrado del joven manifestante. “En prisión preventiva queda carabinero formalizado por Fiscal Ximena Chong, por homicidio frustrado contra adolescente de 16 años que hizo caer desde Puente Pio Nono a río Mapocho”, informó la Fiscalía.

Pese a la decisión de las autoridades chilenas, continuaron las manifestaciones en la ciudad. Este lunes 5 de octubre centenares de manifestantes se reunieron en Plaza Italia —centro de la capital chilena—, incendiaron barricadas y protestaron en contra de la policía. En los alrededores, otros grupos más violentos botaron un poste del alumbrado público y se enfrentaron a los agentes antidisturbios, quienes los repelieron con gases lacrimógenos y carros lanza-agua, según un video difundido por la Policía en redes sociales.

¿Qué dice la comunidad internacional?

El incidente es un nuevo golpe para la imagen de Carabineros, la policía chilena, a la que organismos independientes acusan de cometer violaciones de derechos humanos durante las manifestaciones que siguieron al estallido social del 18 de octubre del año pasado. Human Rights Watch advirtió que en las protestas de 2019, los servicios sanitarios atendieron a más de 11.000 personas heridas entre el 18 de octubre y el 22 de noviembre, incluidas más de 345 que sufrieron lesiones oculares, en su mayoría al ser alcanzadas por perdigones disparados por carabineros con escopetas antidisturbios.

“Human Rights Watch obtuvo testimonios creíbles de que carabineros obligaron a personas detenidas, especialmente mujeres y niñas, a desvestirse y hacer sentadillas totalmente desnudas, una práctica prohibida en sus protocolos vigentes. También documentamos casos de golpizas brutales y abusos sexuales de personas detenidas”, se lee en el informe emitido por la organización.

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¿Qué pasa cuando la Policía, una institución creada para proteger al pueblo, se vuelve en su contra? En septiembre, este diario habló con diferentes expertos sobre la sistematicidad del abuso policial y el legado de militarización de la Policía en algunos países de Latinoamérica; fenómeno que según explica Lucía Dammert, doctora en Ciencia Política y directora de Espacio Público, en entrevista con El Espectador, persiste en Chile donde la dictadura dejó protegida a la policía preventiva de corte militar que se llama Carabineros.

Un dato: Las protestas de este año se dan ad portas del crucial plebiscito del 25 de octubre en el que los chilenos decidirán si cambian o no la actual Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet.

¿Hay investigaciones pendientes por brutalidad policial en Chile?

La Fiscalía está investigando más de 5.000 denuncias de uso de la fuerza policial entre ellas casi 400 personas que tuvieron daño ocular.

¿Qué tiene que ver la dictadura de Augusto Pinochet con la actual policía chilena?

La dictadura dejó protegida a la policía preventiva de corte militar que se llama Carabineros que tiene una estructura, función y misión muy parecida a la Policía Nacional de Colombia, la diferencia es que acá no hay conflicto interno. También la dejó bajo tutela del ministerio de Defensa; recién hace 10 años pasó a manos del Ministerio del Interior.

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Durante la dictadura, la ley orgánica de la policía quedó dentro de la constitución, por lo que existen muchos mecanismos que son prácticamente incambiables porque se necesita un quorum muy alto para poder cambiarlos. Por ejemplo, la poca transparencia en la información; por ley, la mayoría de la información puede ser considerada de seguridad nacional y por ende no te entregan casi nada.

¿La estructurada de la policía en diferentes países está relacionada con los hechos de violencia policial?

Es una cultura sistemática de utilizar la violencia como mecanismo de accionar policial. No es un tema de hoy, ni de un hecho en específico. Segundo, probablemente hay una tendencia a alto grado de impunidad frente a estos hechos, es decir, la policía una y otra vez se sale del protocolo, avanza con hechos y decisiones discrecionales, muchas veces violentas, y generalmente esto no trae consecuencias. Tercero, en países como Colombia y Chile donde el tema del crimen es una preocupación ciudadana, la policía muchas veces ejerce este tipo de acciones contra los grupos más vulnerables: los pobres, los grupos LGBT, y las trabajadoras sexuales; son grupos que generalmente tienen un acceso menor a la justicia, que muchas veces ni denuncian los abusos policiales.

A esto hay que sumarle que en el fondo, las policías están hechas para salvaguardar los intereses de aquellos que están en el poder. Las policías terminan atrapadas por el racismo, la xenofobia, en fin, en cada país son cosas diferentes, pero no es solamente un problema de la policía; esta institución es un espejo de la élite que gobierna.

¿Está en crisis la institución de la policía en el mundo? Hemos visto que se presentaron hechos de brutalidad policial en Hong Kong, Estados Unidos, Colombia y Chile.

Hay varios procesos en paralelo. En países como Estados Unidos tenían una policía comunitaria, una institución que no enfrentaba a la población. Sin embargo, después del 11 de septiembre eso se revierte; lo que hay ahora son policías mucho más duras con uso de tecnología y mecanismos legales que permiten situaciones intrusivas por parte de la institución.

Además, tenemos una ciudadanía que empieza a hacer uso del espacio público y lo vimos en Portland, en Nueva York y en Londres; estas policías no estaban acostumbradas a salir con una protesta masiva. A esto se suma que hoy las redes sociales permiten evidenciar los hechos, como ocurrió en el caso de Javier Ordóñez en Colombia; es indiscutible que la Policía no lo trata correctamente. Si no existiera ese video –y acá en Chile ha pasado lo mismo– uno podría siquiera dudar de una visión oficial.

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En América Latina la policía colombiana y la policía chilena, eran consideradas las mejores policías de la región; las que tenían mejores niveles de formación y entrenamiento. Pero eso también ha ido de la mano de ser policías muy autónomas, con un mundo político que las gobierna, pero que en definitiva les deja muchos espacios de autonomía, y eso es lo que hace crisis en este momento en Colombia y es lo que hizo crisis en octubre del año pasado en Chile.

¿Es una crisis que puede traer cambios en la institución?

No necesariamente es una crisis terminal porque entre la pandemia y la capacidad que tiene la policía —y generalmente el gobierno— de presentar a los manifestantes como criminales, muchas veces logran revertir la ansiedad ciudadana con algunos mecanismos de maquillaje que presentan como reformas policiales.

*Con información de AFP

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