Cinco cosas que hay que saber sobre la salida de Raúl Castro del poder en Cuba
El líder cubano saldrá de la política de su país en los próximos días. Sin embargo, expertos afirman que podría ser consultado en futuras decisiones.
El congreso del Partido Comunista de Cuba sesionará por cuatro días a partir del próximo viernes, marcando la salida de Raúl Castro en un país sacudido por la crisis económica y la reciente llegada del internet móvil. Estas son cinco cosas que hay que saber sobre este importante acontecimiento de la vida política del país.
Raúl se va
Tres años después de haber dejado la presidencia, Raúl Castro, de 89 años, cederá el máximo puesto de primer secretario del partido único al presidente, Miguel Díaz-Canel, de 60 años.
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¿Sus planes? Retirarse para “cuidar (de sus) nietos” y leer libros, al igual que el resto de la generación histórica, como lo sugirió, en broma, durante el último congreso de la organización en 2016. Esto le dará a Díaz-Canel un mayor margen de maniobra, ya que tendrá “el aparato del partido en sus manos”, según el exdiplomático Carlos Alzugaray.
Pero “Raúl va a estar allí”, “puede pasarse a un modelo parecido al que hubo en China cuando Deng Xiaoping no tenía ningún cargo, pero (...) todo había que consultarlo con él. Él tenía la última palabra”.
La economía en caída libre
El país atraviesa su peor crisis económica en 30 años. En 2020, el PIB cayó un 11%, y la pandemia del coronavirus paralizó su motor económico, el turismo.
En todo el país, los cubanos pasan largas horas frente a mercados semivacíos para abastecerse. “El octavo Congreso debería concentrarse en plantear objetivos creíbles para la reforma”, declara el economista Ricardo Torres, de la Universidad de La Habana. Y subraya que “la transformación del sistema de propiedad deber ser el objetivo principal”, para acelerar la apertura de la economía al sector privado.
La revolución de internet
Este es el gran cambio de los últimos años en Cuba. La llegada del internet móvil (3G) a finales de 2018 puso fin a esa impresión de aislamiento que sentían los habitantes de la isla, hasta entonces uno de los menos conectados del mundo.
Internet liberó la palabra, permitiendo a los cubanos contar su cotidianidad, pero también expresar sus demandas, denunciar casos de represión y hasta organizar manifestaciones en la calle, algo inédito en Cuba.
Como parte de su programa, el congreso se ha propuesto que el partido sea más eficaz frente a la “subversión político-ideológica” en las redes sociales. “Internet ha sido un facilitador del crecimiento de la sociedad civil”, señala Ted Henken, sociólogo estadounidense y autor del próximo libro “La revolución digital en Cuba”. Ha abierto “agujeros muy importantes en el monopolio del gobierno”, anota.
El desconocido Biden
La elección de Joe Biden como presidente de Estados Unidos suscitó grandes esperanzas en Cuba. Tras cuatro años de fuertes sanciones de Donald Trump, llegó un mandatario que prometió en campaña dar marcha atrás, al menos parcialmente.
Pero tres meses después de su investidura, no ha dicho una palabra sobre la isla y su administración se mantiene firme en materia de derechos humanos.
Juan González, su asesor para América Latina en el Consejo de Seguridad Nacional, acaba de afirmar que “Biden no es Barack Obama en la política hacia Cuba”. “El momento político ha cambiado de forma importante, se ha cerrado mucho el espacio político, porque el gobierno cubano no ha respondido de ninguna forma”, añadió y denunció la “opresión contra los cubanos”.
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Para el analista político Harold Cárdenas, “hay un grupo de aguafiestas en las dos orillas (en Cuba y en Miami) que está tratando de evitar que ocurra (un acercamiento)”. Cárdenas se refiere “al sector más radical de la derecha cubana” exiliado en Miami y al “más radical del Partido Comunista”. Ambos, añade, “no quieren una normalización (de relaciones) o quieren que esa normalización sea en sus términos”.
La esperanza de una vacuna
La detección de los primeros casos de coronavirus en Cuba, en marzo de 2020, fue una oportunidad para demostrar las fortalezas de un modelo que ha dado gran relevancia a la salud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el país tiene 82 médicos por cada 10.000 habitantes (contra 32 en Francia y 26 en Estados Unidos).
La isla, con 11,2 millones de habitantes, ha registrado sólo 88.445 casos y 9 muertes. Su otra apuesta de desarrollar su propia vacuna, también parece ir bien, con dos candidatos en fase tres y última de ensayos clínicos.
El congreso podría ser la ocasión para anunciar el inicio de una campaña de vacunación, prevista para junio. Cuba sería entonces “el primer país de América Latina y del Caribe que produce su propia vacuna contra el virus”, celebra el representante de la OMS en el país, José Moya.
El congreso del Partido Comunista de Cuba sesionará por cuatro días a partir del próximo viernes, marcando la salida de Raúl Castro en un país sacudido por la crisis económica y la reciente llegada del internet móvil. Estas son cinco cosas que hay que saber sobre este importante acontecimiento de la vida política del país.
Raúl se va
Tres años después de haber dejado la presidencia, Raúl Castro, de 89 años, cederá el máximo puesto de primer secretario del partido único al presidente, Miguel Díaz-Canel, de 60 años.
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¿Sus planes? Retirarse para “cuidar (de sus) nietos” y leer libros, al igual que el resto de la generación histórica, como lo sugirió, en broma, durante el último congreso de la organización en 2016. Esto le dará a Díaz-Canel un mayor margen de maniobra, ya que tendrá “el aparato del partido en sus manos”, según el exdiplomático Carlos Alzugaray.
Pero “Raúl va a estar allí”, “puede pasarse a un modelo parecido al que hubo en China cuando Deng Xiaoping no tenía ningún cargo, pero (...) todo había que consultarlo con él. Él tenía la última palabra”.
La economía en caída libre
El país atraviesa su peor crisis económica en 30 años. En 2020, el PIB cayó un 11%, y la pandemia del coronavirus paralizó su motor económico, el turismo.
En todo el país, los cubanos pasan largas horas frente a mercados semivacíos para abastecerse. “El octavo Congreso debería concentrarse en plantear objetivos creíbles para la reforma”, declara el economista Ricardo Torres, de la Universidad de La Habana. Y subraya que “la transformación del sistema de propiedad deber ser el objetivo principal”, para acelerar la apertura de la economía al sector privado.
La revolución de internet
Este es el gran cambio de los últimos años en Cuba. La llegada del internet móvil (3G) a finales de 2018 puso fin a esa impresión de aislamiento que sentían los habitantes de la isla, hasta entonces uno de los menos conectados del mundo.
Internet liberó la palabra, permitiendo a los cubanos contar su cotidianidad, pero también expresar sus demandas, denunciar casos de represión y hasta organizar manifestaciones en la calle, algo inédito en Cuba.
Como parte de su programa, el congreso se ha propuesto que el partido sea más eficaz frente a la “subversión político-ideológica” en las redes sociales. “Internet ha sido un facilitador del crecimiento de la sociedad civil”, señala Ted Henken, sociólogo estadounidense y autor del próximo libro “La revolución digital en Cuba”. Ha abierto “agujeros muy importantes en el monopolio del gobierno”, anota.
El desconocido Biden
La elección de Joe Biden como presidente de Estados Unidos suscitó grandes esperanzas en Cuba. Tras cuatro años de fuertes sanciones de Donald Trump, llegó un mandatario que prometió en campaña dar marcha atrás, al menos parcialmente.
Pero tres meses después de su investidura, no ha dicho una palabra sobre la isla y su administración se mantiene firme en materia de derechos humanos.
Juan González, su asesor para América Latina en el Consejo de Seguridad Nacional, acaba de afirmar que “Biden no es Barack Obama en la política hacia Cuba”. “El momento político ha cambiado de forma importante, se ha cerrado mucho el espacio político, porque el gobierno cubano no ha respondido de ninguna forma”, añadió y denunció la “opresión contra los cubanos”.
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Para el analista político Harold Cárdenas, “hay un grupo de aguafiestas en las dos orillas (en Cuba y en Miami) que está tratando de evitar que ocurra (un acercamiento)”. Cárdenas se refiere “al sector más radical de la derecha cubana” exiliado en Miami y al “más radical del Partido Comunista”. Ambos, añade, “no quieren una normalización (de relaciones) o quieren que esa normalización sea en sus términos”.
La esperanza de una vacuna
La detección de los primeros casos de coronavirus en Cuba, en marzo de 2020, fue una oportunidad para demostrar las fortalezas de un modelo que ha dado gran relevancia a la salud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el país tiene 82 médicos por cada 10.000 habitantes (contra 32 en Francia y 26 en Estados Unidos).
La isla, con 11,2 millones de habitantes, ha registrado sólo 88.445 casos y 9 muertes. Su otra apuesta de desarrollar su propia vacuna, también parece ir bien, con dos candidatos en fase tres y última de ensayos clínicos.
El congreso podría ser la ocasión para anunciar el inicio de una campaña de vacunación, prevista para junio. Cuba sería entonces “el primer país de América Latina y del Caribe que produce su propia vacuna contra el virus”, celebra el representante de la OMS en el país, José Moya.