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Entre el 13 y 15 de diciembre en Ginebra se dará la mayor discusión global sobre la situación de las personas obligadas a huir de sus hogares: el Foro Mundial sobre los Refugiados 2023 (GRF). Colombia, dada su experiencia histórica con el desplazamiento forzado interno y su hospitalidad con las personas refugiadas y migrantes de Venezuela y otros países de la región, tiene un papel destacado en este encuentro, pues es uno de los cinco países co-convocantes, junto con la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).
El GRF es un momento de unidad. Es un momento para demostrar la voluntad colectiva de actuar y encontrar soluciones a los desafíos que plantean los niveles récord de personas obligadas a huir. Hay 36,4 millones de refugiados en el mundo, de una población total desplazada de 114 millones. Cada persona que se ve obligada a huir de su hogar es un síntoma de nuestro fracaso colectivo a la hora de garantizar paz y seguridad.
Colombia es el país con mayor número de población desplazada interna en el mundo (6,9 millones de personas) y es el cuarto país de acogida de personas refugiadas y migrantes (2,8 millones de personas). Este es un momento crucial para buscar soluciones y avanzar hacia la integración socioeconómica de estas comunidades. El papel del Gobierno colombiano ha sido fundamental como co-convocante del GRF, y su voz será esencial para intercambiar experiencias, identificar buenas prácticas, construir compromisos sólidos y recabar mayores apoyos para brindar oportunidades y soluciones a quienes más las necesitan.
El Foro Mundial sobre los Refugiados tiene como propósito movilizar la solidaridad internacional para que los países que acogen a un gran número de personas obligadas a huir puedan fortalecer sus acciones. Para estar a la altura de los desafíos actuales es necesario reconocer los beneficios mutuos de la acción colectiva y la responsabilidad compartida.
En el GRF se invita a Estados, empresas, organizaciones benéficas, ONG, organizaciones de base, universidades, grupos religiosos y estudiantes, en alianza con los propios refugiados y guiados por ellos, a hacer compromisos transformadores y contribuciones concretas.
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Estos compromisos pueden ser en forma de asistencia financiera, material o técnica para las personas obligadas a huir y sus comunidades de acogida; lugares de reasentamiento y vías complementarias de admisión a terceros países; medidas para abordar las causas profundas, prevenir conflictos y consolidar la paz en los países de origen; políticas y prácticas para promover la inclusión y protección, y hacer monitoreo e investigación. Los participantes pueden comprometerse a actuar individualmente o hacer esfuerzos colectivos.
El GRF busca que los niños, niñas y jóvenes refugiados puedan ir a la escuela como cualquier otro niño o joven; que el cambio climático no signifique más desplazamientos forzados; que los refugiados puedan contribuir a nuevas sociedades a través de la movilidad laboral; que puedan ser incluidos en los sistemas nacionales y aportar a las economías receptoras, generando una ganancia para todos; y que los refugiados también puedan ser agentes de paz.
Los refugiados no quieren caridad, quieren oportunidades para construir su propio futuro con dignidad. El GRF es una oportunidad de oro para brindarles el apoyo y reconocimiento que necesitan para prosperar.
*Mireille Girard, representante de Acnur en Colombia.
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