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                                                                                                                                ¿Cómo se identifican los restos de un migrante desaparecido?

                                                                                                                                No existe un mecanismo unificado para cruzar el ADN de las familias que buscan con los restos que esperan ser identificados en las morgues de Estados Unidos. Entonces, ¿quiénes y cómo los identifican?

                                                                                                                                Verónica Liso, Rosario Marina y Gabriela Villegas*. Fotos y videos: Andrea Godínez

                                                                                                                                Número de caso 21-2615, una mujer de entre 18 y 30 años encontrada en San Miguel, Arizona.
                                                                                                                                Foto: Andrea Godínez - Andrea Godínez
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Donde muera, donde quedan esos huesos, va a determinar las chances que tenga de recuperar su identidad y volver a su familia.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Morir en Arizona

                                                                                                                                Desde los 90 hay dos estados que tienen las principales rutas por donde cruzan los migrantes a Estados Unidos: Arizona y Texas. Las chances de identificación de los restos de las personas migrantes que mueren van a variar dependiendo de en qué territorio se encuentren.

                                                                                                                                Arizona tiene solo cuatro condados fronterizos con México: Cochise, Pima, Santa Cruz y Yuma. Todos menos Yuma dependen del Médico Forense de Pima. Esto hace que los restos de los migrantes desaparecidos estén altamente centralizados en esa oficina forense.

                                                                                                                                Gene Hernández habla con las manos enlazadas, la placa de sheriff colgada de su cuello, en un español intrincado: “Cuando comencé aquí fui la única persona que hablaba español”, dice. Hoy es el supervisor de investigadores médico-legales de muertes del condado de Pima.

                                                                                                                                Gene es Hernández, porque su padre fue un migrante mexicano que viajó a Estados Unidos. Quizá con los mismos deseos que quienes esperan ser identificados en las cajas con las que él trabaja. Gene nació en Estados Unidos y aprendió el español de grande, porque se casó con una mujer mexicana, cuando era niño su padre casi no lo hablaba en casa.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Su oficina podría ser la de un guionista de cine, tiene cuadros con los afiches de producciones audiovisuales en las que ha participado, como “The Undocumented”, “Narco cultura” y cientos de objetos: una silla azul con la caricatura de Dick Tracy, el investigador de policía más famoso de las tiras cómicas estadounidenses; una repisa llena de muñecos que retrata a deportistas de baseball, basketball y fútbol americano; sus tarjetas de presentación encajadas entre las muelas de un tarjetero que simula ser el esqueleto de una mandíbula; una plancha de corcho que tiene pinchada una foto de él y su mujer disfrazados de John Lennon y Yoko Ono.

                                                                                                                                La oficina de Gene da a un pasillo que desemboca en un estacionamiento. Ahí, hace más de 10 años, hay un tráiler. El forense abre las dos puertas y baja una escalera plegable con tres peldaños, la acomoda en el piso pegada al borde y sube. Arriba, se pierde entre las filas de cajas de cartón apiladas, una arriba de la otra del piso al techo. Son 200: en cada caja puede haber huesos de una o dos personas. Por cada caja también hay una familia que espera en algún país al sur de Estados Unidos.

                                                                                                                                Ella no se mordía las uñas

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Los cuerpos en el desierto se deterioran rápido, en menos de una semana se convierten en huesos. Eso no solo hace más complejo y más costoso lograr una identificación, también deja a las familias con muchos interrogantes.

                                                                                                                                “Ellos no quieren creer que es posible que hablaron con su hermana cuatro semanas y ahorita tú estás diciendo que la persona es casi puros huesos. Habla una familia y te dice: ‘Mi hermana tenía una lunar en la nariz’ y cómo le puedes decir que ya no hay nariz”, explica Gene.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En las cajas del tráiler de la morgue de Pima, junto con los huesos, están las últimas pertenencias de los migrantes: ropa hecha girones, zapatillas resecas, hebillas de cinturones oxidados, imágenes de la Virgen con una oración en el dorso, billetes, celulares o pequeños papeles con números de teléfono.

                                                                                                                                “Los restos llegan a través de diferentes organizaciones, les avisan a las autoridades y ellos a nosotros. Puede ser la policía del condado de Pima, de los Tohono Oʼodham (una comunidad nativa americana de la zona), o la patrulla fronteriza”, explica Gene Hernández.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Una vez que los reciben les asignan un número de caso que será el único que tengan hasta que se logre la identificación. Los médicos forenses hacen el primer examen. Luego los especialistas antropólogos intentan determinar la edad, el género, cómo y por qué murieron, si es que pueden averiguarlo. Toda esa información la cargan en la base pública, online y gratuita NamUS, que cualquier persona puede consultar.

                                                                                                                                A partir de ahí empieza el trabajo más difícil: encontrar a las familias.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En 2006, Robin Reineke, que cursaba un posgrado en antropología cultural en la Universidad de Arizona, inició sus prácticas con el doctor Bruce Anderson en la Oficina del Médico Forense de Pima. Descubrió que las familias de personas migrantes llamaban por teléfono todos los días y el personal de la oficina hacía “informes de cortesía”, no oficiales, que contenían no solo la información habitual, como el nombre, la edad o la fecha de la última vez que se vio, sino también notas escritas a mano en los márgenes que decían: “Ella era una buena persona” o “no se mordía las uñas”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Por año había entre 350 y 400 reportes, escritos a mano en su mayoría, y el equipo no daba abasto. Entonces Robin empezó a digitalizarlo todo. “Lo que aprendí durante este proceso fue que las familias querían un mejor sistema para buscar a los desaparecidos. Estaban cansados de llamar a decenas de oficinas estatales y ONG, siempre dando la sensación directa o indirecta de que estaban llamando al lugar equivocado. Querían poder enviar su ADN para compararlo con los muertos no identificados y querían conocer a otras familias”, dice Robin Reineke en el artículo académico “Ciudadanía forense entre familias de migrantes desaparecidos en la frontera México-Estados Unidos”.

                                                                                                                                Así fue como fundó Colibrí Center, una organización que apoya a los forenses de Pima en la búsqueda del ADN de las familias en sus países de origen.

                                                                                                                                Hoy el proceso se da así: si el cuerpo está en condiciones, se toman las huellas dactilares y se busca si coinciden con alguna registrada en el Sistema Automático de Identificación Dactilar (AFIS). Por ejemplo, si la persona fue detenida en el pasado intentando llegar a Estados Unidos, sus datos se registraron y así pueden lograr la identificación.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Si no hay huellas, porque los restos están muy deteriorados, y no hay ninguna forma de hacer una identificación rápida, se le notifica a Colibrí. La organización se encarga de rastrear a la familia para obtener muestras de ADN. Cuantas más consigan de familiares directos: madre, padre o hermanos, más chances de lograr un match hay.

                                                                                                                                Si los familiares están en Estados Unidos, el equipo de Colibrí intenta recolectar las muestras o pedir a las personas que las envíen por correo. En su canal de Youtube tienen tutoriales para hacerlo. La dificultad que se les presenta es que esos familiares pueden estar como residentes ilegales y tienen miedo de ser deportados si se acercan a las autoridades.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Para estos casos, Colibrí asegura que no los van a reportar. “Nosotros tenemos un código en nuestra base de datos para que los nombres de las personas que dejan ADN no sean accesibles para los médicos de la oficina forense ni para ninguna organización”, explica Mirza Monterroso, directora del proyecto Migrantes Desaparecidos y ADN de Colibrí Center.

                                                                                                                                Si los familiares están fuera de Estados Unidos, Colibrí contacta a la red de organizaciones sociales y familiares aliadas, como el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), el Equipo de Estudios Comunitarios y Acción Psicosocial (ECAP) en Guatemala, Fundación para la Justicia (FJEDD) en México, entre otras, para coordinar la toma de muestras. A veces, cuando se puede, también viaja alguna persona de su propio equipo.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                “El enfoque de nuestro programa es tomar el ADN de las familias que no han encontrado a su ser querido y contrastarlo contra todas las muestras que hay en el laboratorio”. Mirza Monterroso se refiere al Bode Cellmark Forensics, un laboratorio privado en Virginia donde el condado Pima procesa sus muestras. “Solo de esta oficina forense son alrededor de 1.300 perfiles de personas sin identificar”, explica.

                                                                                                                                📝 Sugerimos: El drama de las migrantes haitianas en República Dominicana por las deportaciones

                                                                                                                                300 familias esperan

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Hace 7 años la identificación era más rápida. Como se sabía que un 80 por ciento de los migrantes que morían en la frontera eran mexicanos, el Gobierno de ese país destinaba una partida presupuestal para las identificaciones. Pero a partir de 2016, dicen desde Colibrí, esto dejó de hacerse.

                                                                                                                                Se le solicitó a la Secretaría de Relaciones Exteriores que informara sobre los convenios que tiene con organismos para la identificación y repatriación de cuerpos, así como el presupuesto anual destinado a enviar restos de inmigrantes desde Estados Unidos a México. A través de la respuesta obtenida por solicitudes de acceso a la información pública realizadas por este equipo, se pudo ver que la Secretaría ha ido reduciendo su presupuesto para repatriaciones en los últimos 9 años.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La organización Colibrí Center recolectó, en los últimos cinco años, 1.888 muestras de ADN referenciales de familia, correspondiente a 854 casos. Esos números prácticamente cambian cada día, porque cada mes llegan más cuerpos y se buscan más ADN.

                                                                                                                                Pero cuando México rompió el contrato con el laboratorio, el proceso de cruce de ADN se empezó a frenar. “Hoy tenemos un retraso de 300 casos que no están en el laboratorio. Hay muchas personas que nosotros estamos buscando que tal vez ya están ahí pero no han sido identificadas”, explica Mirza Monterroso.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                “Es bien difícil explicarles a las familias lo injusto que es que no haya dinero para procesar las muestras”, dice. Migrantes que, aún desaparecidos para sus familias y muertos en una caja, siguen esperando.

                                                                                                                                📝 Sugerimos: La foto del arresto de Trump, una bendición para su campaña

                                                                                                                                Si los rancheros llaman

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En 2010, el EAAF le propuso a la oficina del forense del condado de Pima trabajar en conjunto en la recolección y cruce de ADN y la oficina aceptó de inmediato. Encontraron un método muy simple: como ambas organizaciones trabajan con el mismo laboratorio forense en Estados Unidos, autorizan a ese laboratorio a cruzar los perfiles genéticos de las familias que tiene el EAAF con el de los restos que tiene Pima; de esta forma ninguno accede a la información de los perfiles genéticos del otro. Así se hacen cruces masivos de ADN y han logrado más de 100 identificaciones en estos 13 años.

                                                                                                                                También trabajan con el equipo de Kate Spradley y con el laboratorio de la Universidad del Norte de Texas. A través de este último lograron un objetivo que venían persiguiendo hace años: CoDIS.

                                                                                                                                La base del FBI

                                                                                                                                Combined DNA Index System (CoDIS) es una base de datos de Estados Unidos que reúne información de perfiles genéticos, es decir, ADN. Está administrada por el FBI, pero tiene tres niveles: nacional, estatal y local.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Usar CoDIS para la identificación de personas migrantes que murieron cruzando la frontera ayudaría a obtener más identificaciones. Para eso deberían ingresar en el sistema los ADN de las familias que buscan.

                                                                                                                                Pero las reglas del FBI estipulan que las muestras de posibles familiares que hayan sido tomadas por organismos ajenos a instituciones policiales no pueden ser incluidas. Además exigen nombre, apellido, dirección, y otros datos personales, sobre las personas de las familias que aportan el ADN, que en muchos casos son indocumentadas.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Por eso en 2018 el EAAF, junto a más de 40 organizaciones de la sociedad civil de Estado Unidos, México y América Central, con la asistencia legal de la Clínica de Derecho de la Universidad de Berkeley, pidieron una audiencia a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para discutir este tema.

                                                                                                                                En su intervención Mercedes Doretti cerró su discurso diciendo: “Estados Unidos tiene la capacidad técnica y los recursos para llevar a cabo esta comparación genética a gran escala. Esto no solo podría servir a las familias de los migrantes desaparecidos, sino también dar un ejemplo destacado de cooperación forense internacional que puede ser un modelo para otros corredores de migrantes alrededor del mundo”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                A partir de ese momento tuvieron algunos avances en las negociaciones con autoridades de los Estados Unidos y pudieron trabajar en protocolos y acuerdos de protección de la privacidad para comenzar con el cruce de las muestras genéticas.

                                                                                                                                Además, como el laboratorio de la Universidad del Norte de Texas administra el nivel local de CoDIS, se abrió la posibilidad de extraer los casos locales que administra la Universidad y cruzarlos con las familias que gestiona el EAAF.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La situación en Texas es distinta. Primero porque, a diferencia de Arizona que tiene sólo cinco, los condados fronterizos en Texas son 32. Esto es así porque el Estado tiene un doble control: además de los condados que se encuentran en la frontera geográfica con México, hay un segundo punto de control policial 60 millas hacia dentro del territorio nacional.

                                                                                                                                Muchos migrantes cruzan la frontera tratando de esquivar ese segundo punto de control, atravesando extensiones de terrenos privados, y mueren en el camino. En esos casos, recuperar el cuerpo depende de que los rancheros de la zona los encuentren y avisen a las autoridades. Muchas veces no lo hacen.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Por otro lado, el reporte Migrant Deaths in South Texas, de Strauss Center de la Universidad de Texas en Austin, insiste en que hay un subregistro por parte de la Patrulla Fronteriza sobre las muertes de inmigrantes en el sur de Texas. Destacan tres causas: algunos restos de inmigrantes tal vez nunca se hallen; los cuerpos de los migrantes ahogados que aparecen del lado mexicano en el Río Bravo no son registrados por CBP y hay cuerpos en propiedades privadas que no son reportados a los condados.

                                                                                                                                Cuando los rancheros sí llaman a las autoridades, el sheriff del condado o la patrulla fronteriza llega a levantar el cuerpo con un juez de paz que va a determinar los pasos a seguir. De los 32 condados fronterizos, muy pocos tienen morgue. Por lo que en muchos casos requerirá que se pague hasta 800 dólares por el traslado de los restos hasta la más cercana. Muchas veces los condados no disponen de ese dinero.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En el mejor de los casos, el juez llamará a una casa funeraria que se encargará de trasladar los restos a una morgue para que los examinen y le tomen una muestra de ADN. Luego se enviarán esas muestras, probablemente al laboratorio de la Universidad del Norte de Texas y se abrirá una ficha del caso en NamUs.

                                                                                                                                En el peor de los casos, el cuerpo será llevado a un cementerio comunitario y enterrado como NN.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                A pesar de estas dificultades para la recuperación e identificación de cuerpos en Texas, surgieron iniciativas de universidades y organizaciones sociales como el Centro Forense de Antropología que lidera Kate Spradley en la Universidad de Texas en San Marcos. Allí tiene un laboratorio de antropología forense que recibe los cuerpos migrantes de los condados que no tienen morgue o no cuenta con antropólogos para analizar restos óseos.

                                                                                                                                Además, tiene un programa que se llama Operación Identificación, en la que el equipo de antropología va a cementerios comunitarios de condados en los que sospechan puede haber enterradas personas migrantes, y realizan exhumaciones.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Por su parte, la Universidad del Norte de Texas (UNT) tiene el centro de identificación humana, que es uno de los laboratorios de identificación genética más grandes de Estados Unidos. Reciben casos de todo el Estado y de otros que mandan a procesar ahí.

                                                                                                                                Proyecto Frontera

                                                                                                                                Las familias mayas que viven en la montaña de Guatemala, las madres buscadoras de México, las organizaciones sociales que trabajan con esas familias y funcionarios de distintos gobiernos coinciden en algo. Todos nombran al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Se trata de una organización no gubernamental y sin fines de lucro que nació en Argentina en 1986, impulsada por las organizaciones de derechos humanos que luchaban por identificar a las personas desaparecidas en la última dictadura militar.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Con los años el EAAF se convirtió en el referente científico de la antropología forense en América. Apoya a distintos países de la región en formación y trabajo de campo en casos particulares. Así fue como en 2005 colaboró con la identificación de mujeres víctimas de feminicidio en Juárez y empezaron a sospechar que la dificultad para la identificación de algunos casos tenía que ver con que esas mujeres eran migrantes y sus desapariciones habían sido denunciadas en otros estados o países de la región.

                                                                                                                                Entonces, en 2009 nació Proyecto Frontera, un programa que tiene el objetivo de crear un mecanismo regional de intercambio de información forense acerca de migrantes desaparecidos y restos no identificados. En palabras simples, intentan generar los medios para que los Estados de origen y los Estados en los que mueren las personas migrantes trabajen en coordinación.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Impulsan la creación de bases de datos forenses en los países de origen con la información genética de las familias que buscan. Forman a forenses locales para dejar capacidad instalada y buscan acuerdos con las morgues en Estados Unidos para cruzar la información genética de los restos que tienen.

                                                                                                                                Hasta el 31 de marzo de 2023 llevaban documentados 2.059 casos de migrantes no localizados en el camino hacia Estados Unidos.

                                                                                                                                📌 Le puede interesar: Japón empezó a verter aguas de Fukushima; China y Corea del Norte reaccionaron

                                                                                                                                La base del FBI

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Combined DNA Index System (CoDIS) es una base de datos de Estados Unidos que reúne información de perfiles genéticos, es decir, ADN. Está administrada por el FBI, pero tiene tres niveles: nacional, estatal y local.

                                                                                                                                Usar CoDIS para la identificación de personas migrantes que murieron cruzando la frontera ayudaría a obtener más identificaciones. Para eso deberían ingresar en el sistema los ADN de las familias que buscan.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Pero las reglas del FBI estipulan que las muestras de posibles familiares que hayan sido tomadas por organismos ajenos a instituciones policiales no pueden ser incluidas. Además exigen nombre, apellido, dirección, y otros datos personales, sobre las personas de las familias que aportan el ADN, que en muchos casos son indocumentadas.

                                                                                                                                Por eso en 2018 el EAAF, junto a más de 40 organizaciones de la sociedad civil de Estado Unidos, México y América Central, con la asistencia legal de la Clínica de Derecho de la Universidad de Berkeley, pidieron una audiencia a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para discutir este tema.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En su intervención Mercedes Doretti cerró su discurso diciendo: “Estados Unidos tiene la capacidad técnica y los recursos para llevar a cabo esta comparación genética a gran escala. Esto no solo podría servir a las familias de los migrantes desaparecidos, sino también dar un ejemplo destacado de cooperación forense internacional que puede ser un modelo para otros corredores de migrantes alrededor del mundo”.

                                                                                                                                A partir de ese momento tuvieron algunos avances en las negociaciones con autoridades de los Estados Unidos y pudieron trabajar en protocolos y acuerdos de protección de la privacidad para comenzar con el cruce de las muestras genéticas.

                                                                                                                                Además, como el laboratorio de la Universidad del Norte de Texas administra el nivel local de CoDIS, se abrió la posibilidad de extraer los casos locales que administra la Universidad y cruzarlos con las familias que gestiona el EAAF.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El Equipo Argentino manda los documentos con los perfiles genéticos de los familiares, la descripción física de la persona desaparecida, información de parentesco de los donantes y su consentimiento informado, el testimonio de la cadena de custodia, entre otros, y UNT analiza esos documentos. Si encuentran que está todo ok lo suben a la base humanitaria de CoDIS para hacer el cruce.

                                                                                                                                “En febrero de este año empezamos a ingresar nuestros casos y ya llevamos casi 100 casos ingresados”, dice Mercedes Doretti, coordinadora del Proyecto Frontera del EAAF, entrevistada para esta investigación.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Entre octubre de 2019 y septiembre de 2022, más de 1.589 migrantes murieron intentando cruzar la frontera sur de Estados Unidos. Doscientos muertos menos que los que dejó el huracán Katrina. Estos datos surgen de un pedido de acceso a la información pública a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos, hecho para esta investigación. Los restos de estas personas, si ya se encuentran en territorio estadounidense, pueden terminar en una caja de cartón, cremados o en una fosa común sin que sus familiares se enteren.

                                                                                                                                Ofelia Muñóz Valenzuela vivía en Veracruz, México, tenía una hija y un marido que las golpeaba. En 1997 decidió escapar. Dejó a su niña con la abuela y emprendió el camino hacia Estados Unidos. En el primer intento se topó con Migración y la deportaron. Lo iba a volver a intentar, le dijo a su hija en la última llamada telefónica que tuvieron.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En 2011, en una oficina de un sheriff de un condado de Texas durante una limpieza general, encontraron un cráneo. Alguien se lo había dado a un policía en el 98, y este lo guardó en un lócker: era de alguna persona migrante que había muerto en el desierto. Lo mandaron a identificar. En 2018 se supo que era Ofelia. Unos 20 años pasó Elena, su hija, sin saber qué le había ocurrido a su madre.

                                                                                                                                *Este reportaje forma parte de la investigación periodística “Migrar y desaparecer”, realizada gracias al apoyo del Consorcio para Apoyar el Periodismo Regional en América Latina (CAPIR), liderado por el Institute for War and Peace Reporting (IWPR), y que El Espectador difunde en exclusiva en Colombia. Los textos son de Verónica Liso (Argentina), Rosario Marina (Argentina) y Gabriela Villegas (México). Las fotografías y vídeos, de Andrea Godínez.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                📰 También recomendamos: ¿Qué está pasando con la sequía en el Canal de Panamá?

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                                                                                                                                Número de caso 21-2615, una mujer de entre 18 y 30 años encontrada en San Miguel, Arizona.
                                                                                                                                Foto: Andrea Godínez - Andrea Godínez
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Donde muera, donde quedan esos huesos, va a determinar las chances que tenga de recuperar su identidad y volver a su familia.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Morir en Arizona

                                                                                                                                Desde los 90 hay dos estados que tienen las principales rutas por donde cruzan los migrantes a Estados Unidos: Arizona y Texas. Las chances de identificación de los restos de las personas migrantes que mueren van a variar dependiendo de en qué territorio se encuentren.

                                                                                                                                Arizona tiene solo cuatro condados fronterizos con México: Cochise, Pima, Santa Cruz y Yuma. Todos menos Yuma dependen del Médico Forense de Pima. Esto hace que los restos de los migrantes desaparecidos estén altamente centralizados en esa oficina forense.

                                                                                                                                Gene Hernández habla con las manos enlazadas, la placa de sheriff colgada de su cuello, en un español intrincado: “Cuando comencé aquí fui la única persona que hablaba español”, dice. Hoy es el supervisor de investigadores médico-legales de muertes del condado de Pima.

                                                                                                                                Gene es Hernández, porque su padre fue un migrante mexicano que viajó a Estados Unidos. Quizá con los mismos deseos que quienes esperan ser identificados en las cajas con las que él trabaja. Gene nació en Estados Unidos y aprendió el español de grande, porque se casó con una mujer mexicana, cuando era niño su padre casi no lo hablaba en casa.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Su oficina podría ser la de un guionista de cine, tiene cuadros con los afiches de producciones audiovisuales en las que ha participado, como “The Undocumented”, “Narco cultura” y cientos de objetos: una silla azul con la caricatura de Dick Tracy, el investigador de policía más famoso de las tiras cómicas estadounidenses; una repisa llena de muñecos que retrata a deportistas de baseball, basketball y fútbol americano; sus tarjetas de presentación encajadas entre las muelas de un tarjetero que simula ser el esqueleto de una mandíbula; una plancha de corcho que tiene pinchada una foto de él y su mujer disfrazados de John Lennon y Yoko Ono.

                                                                                                                                La oficina de Gene da a un pasillo que desemboca en un estacionamiento. Ahí, hace más de 10 años, hay un tráiler. El forense abre las dos puertas y baja una escalera plegable con tres peldaños, la acomoda en el piso pegada al borde y sube. Arriba, se pierde entre las filas de cajas de cartón apiladas, una arriba de la otra del piso al techo. Son 200: en cada caja puede haber huesos de una o dos personas. Por cada caja también hay una familia que espera en algún país al sur de Estados Unidos.

                                                                                                                                Ella no se mordía las uñas

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Los cuerpos en el desierto se deterioran rápido, en menos de una semana se convierten en huesos. Eso no solo hace más complejo y más costoso lograr una identificación, también deja a las familias con muchos interrogantes.

                                                                                                                                “Ellos no quieren creer que es posible que hablaron con su hermana cuatro semanas y ahorita tú estás diciendo que la persona es casi puros huesos. Habla una familia y te dice: ‘Mi hermana tenía una lunar en la nariz’ y cómo le puedes decir que ya no hay nariz”, explica Gene.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En las cajas del tráiler de la morgue de Pima, junto con los huesos, están las últimas pertenencias de los migrantes: ropa hecha girones, zapatillas resecas, hebillas de cinturones oxidados, imágenes de la Virgen con una oración en el dorso, billetes, celulares o pequeños papeles con números de teléfono.

                                                                                                                                “Los restos llegan a través de diferentes organizaciones, les avisan a las autoridades y ellos a nosotros. Puede ser la policía del condado de Pima, de los Tohono Oʼodham (una comunidad nativa americana de la zona), o la patrulla fronteriza”, explica Gene Hernández.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Una vez que los reciben les asignan un número de caso que será el único que tengan hasta que se logre la identificación. Los médicos forenses hacen el primer examen. Luego los especialistas antropólogos intentan determinar la edad, el género, cómo y por qué murieron, si es que pueden averiguarlo. Toda esa información la cargan en la base pública, online y gratuita NamUS, que cualquier persona puede consultar.

                                                                                                                                A partir de ahí empieza el trabajo más difícil: encontrar a las familias.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En 2006, Robin Reineke, que cursaba un posgrado en antropología cultural en la Universidad de Arizona, inició sus prácticas con el doctor Bruce Anderson en la Oficina del Médico Forense de Pima. Descubrió que las familias de personas migrantes llamaban por teléfono todos los días y el personal de la oficina hacía “informes de cortesía”, no oficiales, que contenían no solo la información habitual, como el nombre, la edad o la fecha de la última vez que se vio, sino también notas escritas a mano en los márgenes que decían: “Ella era una buena persona” o “no se mordía las uñas”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Por año había entre 350 y 400 reportes, escritos a mano en su mayoría, y el equipo no daba abasto. Entonces Robin empezó a digitalizarlo todo. “Lo que aprendí durante este proceso fue que las familias querían un mejor sistema para buscar a los desaparecidos. Estaban cansados de llamar a decenas de oficinas estatales y ONG, siempre dando la sensación directa o indirecta de que estaban llamando al lugar equivocado. Querían poder enviar su ADN para compararlo con los muertos no identificados y querían conocer a otras familias”, dice Robin Reineke en el artículo académico “Ciudadanía forense entre familias de migrantes desaparecidos en la frontera México-Estados Unidos”.

                                                                                                                                Así fue como fundó Colibrí Center, una organización que apoya a los forenses de Pima en la búsqueda del ADN de las familias en sus países de origen.

                                                                                                                                Hoy el proceso se da así: si el cuerpo está en condiciones, se toman las huellas dactilares y se busca si coinciden con alguna registrada en el Sistema Automático de Identificación Dactilar (AFIS). Por ejemplo, si la persona fue detenida en el pasado intentando llegar a Estados Unidos, sus datos se registraron y así pueden lograr la identificación.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Si no hay huellas, porque los restos están muy deteriorados, y no hay ninguna forma de hacer una identificación rápida, se le notifica a Colibrí. La organización se encarga de rastrear a la familia para obtener muestras de ADN. Cuantas más consigan de familiares directos: madre, padre o hermanos, más chances de lograr un match hay.

                                                                                                                                Si los familiares están en Estados Unidos, el equipo de Colibrí intenta recolectar las muestras o pedir a las personas que las envíen por correo. En su canal de Youtube tienen tutoriales para hacerlo. La dificultad que se les presenta es que esos familiares pueden estar como residentes ilegales y tienen miedo de ser deportados si se acercan a las autoridades.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Para estos casos, Colibrí asegura que no los van a reportar. “Nosotros tenemos un código en nuestra base de datos para que los nombres de las personas que dejan ADN no sean accesibles para los médicos de la oficina forense ni para ninguna organización”, explica Mirza Monterroso, directora del proyecto Migrantes Desaparecidos y ADN de Colibrí Center.

                                                                                                                                Si los familiares están fuera de Estados Unidos, Colibrí contacta a la red de organizaciones sociales y familiares aliadas, como el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), el Equipo de Estudios Comunitarios y Acción Psicosocial (ECAP) en Guatemala, Fundación para la Justicia (FJEDD) en México, entre otras, para coordinar la toma de muestras. A veces, cuando se puede, también viaja alguna persona de su propio equipo.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                “El enfoque de nuestro programa es tomar el ADN de las familias que no han encontrado a su ser querido y contrastarlo contra todas las muestras que hay en el laboratorio”. Mirza Monterroso se refiere al Bode Cellmark Forensics, un laboratorio privado en Virginia donde el condado Pima procesa sus muestras. “Solo de esta oficina forense son alrededor de 1.300 perfiles de personas sin identificar”, explica.

                                                                                                                                📝 Sugerimos: El drama de las migrantes haitianas en República Dominicana por las deportaciones

                                                                                                                                300 familias esperan

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Hace 7 años la identificación era más rápida. Como se sabía que un 80 por ciento de los migrantes que morían en la frontera eran mexicanos, el Gobierno de ese país destinaba una partida presupuestal para las identificaciones. Pero a partir de 2016, dicen desde Colibrí, esto dejó de hacerse.

                                                                                                                                Se le solicitó a la Secretaría de Relaciones Exteriores que informara sobre los convenios que tiene con organismos para la identificación y repatriación de cuerpos, así como el presupuesto anual destinado a enviar restos de inmigrantes desde Estados Unidos a México. A través de la respuesta obtenida por solicitudes de acceso a la información pública realizadas por este equipo, se pudo ver que la Secretaría ha ido reduciendo su presupuesto para repatriaciones en los últimos 9 años.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La organización Colibrí Center recolectó, en los últimos cinco años, 1.888 muestras de ADN referenciales de familia, correspondiente a 854 casos. Esos números prácticamente cambian cada día, porque cada mes llegan más cuerpos y se buscan más ADN.

                                                                                                                                Pero cuando México rompió el contrato con el laboratorio, el proceso de cruce de ADN se empezó a frenar. “Hoy tenemos un retraso de 300 casos que no están en el laboratorio. Hay muchas personas que nosotros estamos buscando que tal vez ya están ahí pero no han sido identificadas”, explica Mirza Monterroso.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                “Es bien difícil explicarles a las familias lo injusto que es que no haya dinero para procesar las muestras”, dice. Migrantes que, aún desaparecidos para sus familias y muertos en una caja, siguen esperando.

                                                                                                                                📝 Sugerimos: La foto del arresto de Trump, una bendición para su campaña

                                                                                                                                Si los rancheros llaman

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En 2010, el EAAF le propuso a la oficina del forense del condado de Pima trabajar en conjunto en la recolección y cruce de ADN y la oficina aceptó de inmediato. Encontraron un método muy simple: como ambas organizaciones trabajan con el mismo laboratorio forense en Estados Unidos, autorizan a ese laboratorio a cruzar los perfiles genéticos de las familias que tiene el EAAF con el de los restos que tiene Pima; de esta forma ninguno accede a la información de los perfiles genéticos del otro. Así se hacen cruces masivos de ADN y han logrado más de 100 identificaciones en estos 13 años.

                                                                                                                                También trabajan con el equipo de Kate Spradley y con el laboratorio de la Universidad del Norte de Texas. A través de este último lograron un objetivo que venían persiguiendo hace años: CoDIS.

                                                                                                                                La base del FBI

                                                                                                                                Combined DNA Index System (CoDIS) es una base de datos de Estados Unidos que reúne información de perfiles genéticos, es decir, ADN. Está administrada por el FBI, pero tiene tres niveles: nacional, estatal y local.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Usar CoDIS para la identificación de personas migrantes que murieron cruzando la frontera ayudaría a obtener más identificaciones. Para eso deberían ingresar en el sistema los ADN de las familias que buscan.

                                                                                                                                Pero las reglas del FBI estipulan que las muestras de posibles familiares que hayan sido tomadas por organismos ajenos a instituciones policiales no pueden ser incluidas. Además exigen nombre, apellido, dirección, y otros datos personales, sobre las personas de las familias que aportan el ADN, que en muchos casos son indocumentadas.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Por eso en 2018 el EAAF, junto a más de 40 organizaciones de la sociedad civil de Estado Unidos, México y América Central, con la asistencia legal de la Clínica de Derecho de la Universidad de Berkeley, pidieron una audiencia a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para discutir este tema.

                                                                                                                                En su intervención Mercedes Doretti cerró su discurso diciendo: “Estados Unidos tiene la capacidad técnica y los recursos para llevar a cabo esta comparación genética a gran escala. Esto no solo podría servir a las familias de los migrantes desaparecidos, sino también dar un ejemplo destacado de cooperación forense internacional que puede ser un modelo para otros corredores de migrantes alrededor del mundo”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                A partir de ese momento tuvieron algunos avances en las negociaciones con autoridades de los Estados Unidos y pudieron trabajar en protocolos y acuerdos de protección de la privacidad para comenzar con el cruce de las muestras genéticas.

                                                                                                                                Además, como el laboratorio de la Universidad del Norte de Texas administra el nivel local de CoDIS, se abrió la posibilidad de extraer los casos locales que administra la Universidad y cruzarlos con las familias que gestiona el EAAF.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La situación en Texas es distinta. Primero porque, a diferencia de Arizona que tiene sólo cinco, los condados fronterizos en Texas son 32. Esto es así porque el Estado tiene un doble control: además de los condados que se encuentran en la frontera geográfica con México, hay un segundo punto de control policial 60 millas hacia dentro del territorio nacional.

                                                                                                                                Muchos migrantes cruzan la frontera tratando de esquivar ese segundo punto de control, atravesando extensiones de terrenos privados, y mueren en el camino. En esos casos, recuperar el cuerpo depende de que los rancheros de la zona los encuentren y avisen a las autoridades. Muchas veces no lo hacen.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Por otro lado, el reporte Migrant Deaths in South Texas, de Strauss Center de la Universidad de Texas en Austin, insiste en que hay un subregistro por parte de la Patrulla Fronteriza sobre las muertes de inmigrantes en el sur de Texas. Destacan tres causas: algunos restos de inmigrantes tal vez nunca se hallen; los cuerpos de los migrantes ahogados que aparecen del lado mexicano en el Río Bravo no son registrados por CBP y hay cuerpos en propiedades privadas que no son reportados a los condados.

                                                                                                                                Cuando los rancheros sí llaman a las autoridades, el sheriff del condado o la patrulla fronteriza llega a levantar el cuerpo con un juez de paz que va a determinar los pasos a seguir. De los 32 condados fronterizos, muy pocos tienen morgue. Por lo que en muchos casos requerirá que se pague hasta 800 dólares por el traslado de los restos hasta la más cercana. Muchas veces los condados no disponen de ese dinero.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En el mejor de los casos, el juez llamará a una casa funeraria que se encargará de trasladar los restos a una morgue para que los examinen y le tomen una muestra de ADN. Luego se enviarán esas muestras, probablemente al laboratorio de la Universidad del Norte de Texas y se abrirá una ficha del caso en NamUs.

                                                                                                                                En el peor de los casos, el cuerpo será llevado a un cementerio comunitario y enterrado como NN.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                A pesar de estas dificultades para la recuperación e identificación de cuerpos en Texas, surgieron iniciativas de universidades y organizaciones sociales como el Centro Forense de Antropología que lidera Kate Spradley en la Universidad de Texas en San Marcos. Allí tiene un laboratorio de antropología forense que recibe los cuerpos migrantes de los condados que no tienen morgue o no cuenta con antropólogos para analizar restos óseos.

                                                                                                                                Además, tiene un programa que se llama Operación Identificación, en la que el equipo de antropología va a cementerios comunitarios de condados en los que sospechan puede haber enterradas personas migrantes, y realizan exhumaciones.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Por su parte, la Universidad del Norte de Texas (UNT) tiene el centro de identificación humana, que es uno de los laboratorios de identificación genética más grandes de Estados Unidos. Reciben casos de todo el Estado y de otros que mandan a procesar ahí.

                                                                                                                                Proyecto Frontera

                                                                                                                                Las familias mayas que viven en la montaña de Guatemala, las madres buscadoras de México, las organizaciones sociales que trabajan con esas familias y funcionarios de distintos gobiernos coinciden en algo. Todos nombran al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Se trata de una organización no gubernamental y sin fines de lucro que nació en Argentina en 1986, impulsada por las organizaciones de derechos humanos que luchaban por identificar a las personas desaparecidas en la última dictadura militar.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Con los años el EAAF se convirtió en el referente científico de la antropología forense en América. Apoya a distintos países de la región en formación y trabajo de campo en casos particulares. Así fue como en 2005 colaboró con la identificación de mujeres víctimas de feminicidio en Juárez y empezaron a sospechar que la dificultad para la identificación de algunos casos tenía que ver con que esas mujeres eran migrantes y sus desapariciones habían sido denunciadas en otros estados o países de la región.

                                                                                                                                Entonces, en 2009 nació Proyecto Frontera, un programa que tiene el objetivo de crear un mecanismo regional de intercambio de información forense acerca de migrantes desaparecidos y restos no identificados. En palabras simples, intentan generar los medios para que los Estados de origen y los Estados en los que mueren las personas migrantes trabajen en coordinación.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Impulsan la creación de bases de datos forenses en los países de origen con la información genética de las familias que buscan. Forman a forenses locales para dejar capacidad instalada y buscan acuerdos con las morgues en Estados Unidos para cruzar la información genética de los restos que tienen.

                                                                                                                                Hasta el 31 de marzo de 2023 llevaban documentados 2.059 casos de migrantes no localizados en el camino hacia Estados Unidos.

                                                                                                                                📌 Le puede interesar: Japón empezó a verter aguas de Fukushima; China y Corea del Norte reaccionaron

                                                                                                                                La base del FBI

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Combined DNA Index System (CoDIS) es una base de datos de Estados Unidos que reúne información de perfiles genéticos, es decir, ADN. Está administrada por el FBI, pero tiene tres niveles: nacional, estatal y local.

                                                                                                                                Usar CoDIS para la identificación de personas migrantes que murieron cruzando la frontera ayudaría a obtener más identificaciones. Para eso deberían ingresar en el sistema los ADN de las familias que buscan.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Pero las reglas del FBI estipulan que las muestras de posibles familiares que hayan sido tomadas por organismos ajenos a instituciones policiales no pueden ser incluidas. Además exigen nombre, apellido, dirección, y otros datos personales, sobre las personas de las familias que aportan el ADN, que en muchos casos son indocumentadas.

                                                                                                                                Por eso en 2018 el EAAF, junto a más de 40 organizaciones de la sociedad civil de Estado Unidos, México y América Central, con la asistencia legal de la Clínica de Derecho de la Universidad de Berkeley, pidieron una audiencia a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para discutir este tema.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En su intervención Mercedes Doretti cerró su discurso diciendo: “Estados Unidos tiene la capacidad técnica y los recursos para llevar a cabo esta comparación genética a gran escala. Esto no solo podría servir a las familias de los migrantes desaparecidos, sino también dar un ejemplo destacado de cooperación forense internacional que puede ser un modelo para otros corredores de migrantes alrededor del mundo”.

                                                                                                                                A partir de ese momento tuvieron algunos avances en las negociaciones con autoridades de los Estados Unidos y pudieron trabajar en protocolos y acuerdos de protección de la privacidad para comenzar con el cruce de las muestras genéticas.

                                                                                                                                Además, como el laboratorio de la Universidad del Norte de Texas administra el nivel local de CoDIS, se abrió la posibilidad de extraer los casos locales que administra la Universidad y cruzarlos con las familias que gestiona el EAAF.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El Equipo Argentino manda los documentos con los perfiles genéticos de los familiares, la descripción física de la persona desaparecida, información de parentesco de los donantes y su consentimiento informado, el testimonio de la cadena de custodia, entre otros, y UNT analiza esos documentos. Si encuentran que está todo ok lo suben a la base humanitaria de CoDIS para hacer el cruce.

                                                                                                                                “En febrero de este año empezamos a ingresar nuestros casos y ya llevamos casi 100 casos ingresados”, dice Mercedes Doretti, coordinadora del Proyecto Frontera del EAAF, entrevistada para esta investigación.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Entre octubre de 2019 y septiembre de 2022, más de 1.589 migrantes murieron intentando cruzar la frontera sur de Estados Unidos. Doscientos muertos menos que los que dejó el huracán Katrina. Estos datos surgen de un pedido de acceso a la información pública a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos, hecho para esta investigación. Los restos de estas personas, si ya se encuentran en territorio estadounidense, pueden terminar en una caja de cartón, cremados o en una fosa común sin que sus familiares se enteren.

                                                                                                                                Ofelia Muñóz Valenzuela vivía en Veracruz, México, tenía una hija y un marido que las golpeaba. En 1997 decidió escapar. Dejó a su niña con la abuela y emprendió el camino hacia Estados Unidos. En el primer intento se topó con Migración y la deportaron. Lo iba a volver a intentar, le dijo a su hija en la última llamada telefónica que tuvieron.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En 2011, en una oficina de un sheriff de un condado de Texas durante una limpieza general, encontraron un cráneo. Alguien se lo había dado a un policía en el 98, y este lo guardó en un lócker: era de alguna persona migrante que había muerto en el desierto. Lo mandaron a identificar. En 2018 se supo que era Ofelia. Unos 20 años pasó Elena, su hija, sin saber qué le había ocurrido a su madre.

                                                                                                                                *Este reportaje forma parte de la investigación periodística “Migrar y desaparecer”, realizada gracias al apoyo del Consorcio para Apoyar el Periodismo Regional en América Latina (CAPIR), liderado por el Institute for War and Peace Reporting (IWPR), y que El Espectador difunde en exclusiva en Colombia. Los textos son de Verónica Liso (Argentina), Rosario Marina (Argentina) y Gabriela Villegas (México). Las fotografías y vídeos, de Andrea Godínez.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                📰 También recomendamos: ¿Qué está pasando con la sequía en el Canal de Panamá?

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                                                                                                                                Por Verónica Liso, Rosario Marina y Gabriela Villegas*. Fotos y videos: Andrea Godínez

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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