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El negocio de la seguridad fronteriza está en auge y eso es una buena noticia para el responsable de Magal Security Systems Ltd., Saar Koursh. Su salón de exposición más grande: la Franja de Gaza.
La compañía israelí, que rodeó a Gaza de un cerco para prevenir ataques de militantes, ha colaborado en la construcción de barreras sobre las fronteras egipcia y jordana. Actualmente, está compitiendo por el contrato para construir una muralla sobre la frontera de Kenia con Somalia, dijo Koursh, máximo responsable de Magal. Si Donald Trump llega a la Casa Blanca, la de México podría ser la siguiente.
“El negocio de las fronteras había decaído, pero repuntó con EI y el conflicto sirio”, dijo Koursh, de 44 años, en una entrevista, empleando el acrónimo de Estado Islámico. “El mundo está cambiando y las fronteras vuelven a ser primordiales”.
La creciente violencia yihadista y las olas de migración han generado un aumento en la demanda de fronteras fortificadas. Los detractores cuestionan la efectividad de dichas defensas a largo plazo, afirmando que sería más efectiva una mejor inteligencia, sumada a soluciones a los problemas económicos y sociales.
Suben las acciones
Gaza, teatro de tres guerras con Israel desde 2008, se ha convertido en un pilar de ventas clave para los “cercos inteligentes” de Magal, que vienen equipados con cámaras de video, sensores terrestres, detectores de movimiento y monitoreo satelital. Los palestinos dicen que el proyecto de cercado de Israel transformó la zona gobernada por Hamas en una prisión que tiene atrapados a sus 1,8 millones de habitantes.
La controversia no ha detenido a los inversores. Los certificados de depósito americanos (American Depositary Receipts, ADR) de Magal negociados en el Nasdaq avanzaron un 23 por ciento este año. Se cuentan entre los mejores en comparación con 183 pares con una capitalización de mercado superior a US$50 millones, y muy por encima de la media de 0,3 por ciento de aumento, según datos recopilados por Bloomberg.
Los ingresos crecieron 7 por ciento en el primer trimestre hasta US$12,6 millones. Si bien las ganancias brutas también crecieron, la compañía registró una pérdida neta de US$500.000 en tanto la fortaleza del shekel contra el dólar “afectó negativamente los gastos financieros”.
Koursh está viendo la posibilidad de crecer fuera de Israel y el mercado más grande de Magal en los Estados Unidos, poniendo la mira en adquisiciones en Europa, dijo. La compañía dará, asimismo, más énfasis a la venta de productos –como cercos, cámaras y equipos de detección- que a la gestión de proyecto.
La compra por US$14 millones en abril de Aimetis Corp., con sede en Ontario, un fabricante de equipos de vigilancia por video, derivó en un producto de “ciudad inteligente” que Magal proyecta introducir en el suburbio de Holon en Tel Aviv. La compañía firmó un acuerdo preliminar la semana pasada por un plan de US$5 millones destinado a cubrir las calles de la ciudad con cientos de cámaras conectadas a sistemas de alarma, intercomunicadores y botones de emergencia en áreas públicas.
Si se construye en toda su extensión, el proyecto en la frontera de Kenia de 682 kilómetros (425 millas) supera todo lo hecho hasta ahora por Magal, con un costo estimado de 1,54 billones de chelines (US$15.200 millones). Koursh dijo que Magal, que construyó y opera el sistema de seguridad perimetral del puerto Mombasa de Nairobi, ha hecho presentaciones ante los ministerios de gobierno.
“Colocamos un cerco inteligente alrededor de toda la Franja de Gaza”, dijo en una entrevista el mes pasado en Nairobi, Kenia, donde formó parte de la delegación empresarial que viajó a África, encabezada por el primer ministro Benjamin Netanyahu. “Todos pueden presentar un bello Powerpoint, pero pocos pueden mostrar un proyecto tan complejo como el de Gaza que se ve constantemente puesto a prueba”.