Con Iowa, Trump estaría mostrando que el discurso “ellos contra nosotros” funciona
Tras el más reciente caucus, el expresidente superó de lejos a sus dos principales contrincantes por la nominación republicana para los comicios de noviembre: Ron DeSantis y Nikki Haley. Aunque falta por ver cómo se resolverán las próximas primarias y que dentro del partido aún hay divisiones alrededor de su regreso al poder, algunos creen que su llamado de unidad nacional busca que ellos abandonen sus campañas para unirse a la suya.
María José Noriega Ramírez
Donald Trump fue acusado de 91 delitos en cuatro casos penales el año pasado. Los republicanos perdieron la Presidencia, pero también el control del Senado y de la Cámara de Representantes durante su gobierno. Además, las elecciones de medio término de 2022 no resultaron en la ola roja que prometió. Aun así, está saboreando lo que podría considerarse su primera victoria de cara a las elecciones de 2024: el caucus de Iowa, que demostró que, más allá de los procesos judiciales, parece estar más vivo que nunca. Con más de 56.000 votos, es decir, con el 51 % de los apoyos, arrasó en la primera cita en la que los aspirantes republicanos midieron el pulso en su aspiración por alcanzar la Casa Blanca. Ron DeSantis, segundo (21.2%), y Nikki Haley, tercera (19.1 %), quedaron muy por detrás de él. El siguiente encuentro será en New Hampshire, pero desde ya algunos creen que el expresidente se está mostrando confiado y estaría dando pasos para que sus contrincantes le dejen la vía libre.
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Donald Trump fue acusado de 91 delitos en cuatro casos penales el año pasado. Los republicanos perdieron la Presidencia, pero también el control del Senado y de la Cámara de Representantes durante su gobierno. Además, las elecciones de medio término de 2022 no resultaron en la ola roja que prometió. Aun así, está saboreando lo que podría considerarse su primera victoria de cara a las elecciones de 2024: el caucus de Iowa, que demostró que, más allá de los procesos judiciales, parece estar más vivo que nunca. Con más de 56.000 votos, es decir, con el 51 % de los apoyos, arrasó en la primera cita en la que los aspirantes republicanos midieron el pulso en su aspiración por alcanzar la Casa Blanca. Ron DeSantis, segundo (21.2%), y Nikki Haley, tercera (19.1 %), quedaron muy por detrás de él. El siguiente encuentro será en New Hampshire, pero desde ya algunos creen que el expresidente se está mostrando confiado y estaría dando pasos para que sus contrincantes le dejen la vía libre.
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Sus votantes rojos no lo juzgan, al contrario, lo adoran, o al menos eso parece. Newt Gingrich, expresidente de la Cámara de Representantes que lo asesoró, le dijo a The New York Times: “Trump no es un candidato, es el líder de un movimiento nacional. Nadie ha comprendido cómo es enfrentarse al campeón de un movimiento. Es por eso que incluso cuando todos estos problemas legales se acumulan, eso enfurece a su movimiento y aumenta su ira increíblemente”. El exdiplomático Lawrence Gumbiner cree algo similar, que su táctica ha sido utilizar los procesos judiciales como herramienta para apoyar su campaña. “Le ha funcionado”, comenta el también consultor político. “El votante republicano está respondiendo al estilo de ‘nosotros contra ellos’”, que son las élites políticas y las instituciones del gobierno. De hecho, a eso se refirió el domingo en un mitin: “Usted y yo hemos estado juntos en esta batalla, lado a lado, y nos hemos enfrentado a todo el sistema corrupto en Washington como nadie lo había hecho antes (...). Están en guerra con nosotros, tenemos que luchar”.
Para Alejandro Bohórquez-Keeney, profesor en la Universidad Externado, lo clave de esta victoria está también en que Iowa es uno de los estados péndulo, aquellos conocidos por no ser consistentemente republicanos o demócratas y que muchas veces definen una elección presidencial, por lo que haber iniciado las primarias allí da un termómetro, una medida de lo que podría pasar: “Trump tendría todas las de ganar, incluso para una segunda presidencia”. Otros, sin embargo, todavía no están tan seguros. De hecho, los resultados del lunes mostraron que el Partido Republicano está dividido alrededor de su eventual regreso al poder. Aproximadamente, la mitad de los republicanos de Iowa votaron por uno de los rivales del exmandatario, incluido DeSantis, que fue apoyado por los conservadores contrarios al derecho al aborto, según las encuestas de entrada, además de que los votantes más jóvenes no lo respaldaron. Por su parte, Haley ganó sufragantes moderados, republicanos que creían que Trump perdió los comicios de 2020 y que apuestan por una política exterior robusta, informó The New York Times.
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La estrategia de los contrincantes de Trump ha sido no lanzarle dardos de forma tan directa. Sin embargo, están quedándose sin tiempo para definir qué hacer y mostrarse como una alternativa real. Gumbiner estima que las próximas dos primarias serán fundamentales: “Si no se acercan a Trump, la campaña se termina básicamente para ellos”. New Hampshire, de hecho, puede jugar a favor de la exembajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, o al menos así lo muestra un sondeo reciente del Centro de Encuestas de la Universidad de New Hampshire: la distancia entre ambos aspirantes se redujo a un dígito, pues mientras el expresidente tendría el 39 % de los apoyos, ella obtendría el 32 %. Esto, de acuerdo con el exdiplomático y consultor político, podría darle un aire a Haley, útil para cuando tenga que jugarse los votos en Carolina del Sur, donde fue gobernadora. Ella, según Bohórquez-Keeney, puede ganar apoyos al ser moderada, al no ser Trump. En cuanto a DeSantis, que se ha tratado de mostrar incluso más extremo que el exocupante de la Casa Blanca, le resta la falta de carisma.
Tras su reciente victoria y delante de sus simpatizantes congregados en la ciudad de Des Moines, Trump hizo un llamado de unidad: “Creo que ha llegado el momento de que nuestro país se una, ya sean republicanos, demócratas, liberales o conservadores”. Eso, al menos para Gumbiner, es “interesante”, si no sorpresivo. “Normalmente, él está atacando constantemente a sus ‘enemigos’. Se puede estar sintiendo confiado frente a la posibilidad de que los otros candidatos ya no representan una amenaza a su nominación”. Tal vez, o al menos eso es lo que piensa ahora, ese llamado a la unidad es una presión para Haley y DeSantis para abandonar sus campañas y unirse a la suya. Ahora bien, para Bohórquez-Keeney, aquello le habla más al oído a esa población blanca, de clase media-baja, que se ha sentido excluida de los proyectos progresistas. “Él les dice: ‘Ustedes son los verdaderos americanos’, y esa es su unidad nacional”.
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