Con un Congreso atascado, Perú se juega su futuro y vota el adelanto de elecciones
El Legislativo tiene la capacidad de bajar la tensión que se vive en las calles, donde las protestas por la inestabilidad ya han dejado más de 20 muertos.
Pareciera que el Congreso de Perú no quisiera que el país supere la crisis en la que se ve inmerso tras el intento de golpe de Pedro Castillo y su posterior destitución. O al menos eso consideran personas como el cardenal de Huancayo, Pedro Barreto, quien lamentó que el Legislativo no aprobara el proyecto de reforma constitucional que permitiría el adelanto de las elecciones generales para 2023. Porque sí: esta tragedia política ya ha convocado a los religiosos para mediar una solución a la que cada vez menos personas le tienen fe.
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Pareciera que el Congreso de Perú no quisiera que el país supere la crisis en la que se ve inmerso tras el intento de golpe de Pedro Castillo y su posterior destitución. O al menos eso consideran personas como el cardenal de Huancayo, Pedro Barreto, quien lamentó que el Legislativo no aprobara el proyecto de reforma constitucional que permitiría el adelanto de las elecciones generales para 2023. Porque sí: esta tragedia política ya ha convocado a los religiosos para mediar una solución a la que cada vez menos personas le tienen fe.
“La verdad es que, como peruano y ciudadano, estoy indignado por lo que sucedió el viernes pasado en el Congreso. No podemos aceptar que el Congreso no ponga de su parte para un adelanto de las elecciones, ese es un clamor general. Algunos no quieren dejar el Congreso y no piensan en el país. Eso genera más violencia”, dijo Barreto.
El proyecto para adelantar las elecciones generales para 2023 y recortar el mandato presidencial y parlamentario no obtuvo los votos suficientes, que fue presentado por el fujimorista presidente de la Comisión de la Constitución, Hernando Guerra García, no obtuvo los votos necesarios para pasar a un segundo debate el pasado viernes. Apenas 49 parlamentarios votaron a favor, 33 contra y hubo 25 abstenciones. Eran necesarios 87 votos para ser sometido a una segunda votación o 66 para llevarlo a referéndum.
Aun así, este no es el final para el proyecto de adelanto de elecciones. Este martes, a las 10:00 a. m., el pleno del Congreso tendrá una sesión para reconsiderar la propuesta de adelantar elecciones. ¿Por qué ha sido tan problemático que pase? El problema radica, como señalaba el cardenal Barreto, en la falta de voluntad del Legislativo para conciliar y negociar.
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Por un lado, aparecen las intenciones de Perú Libre (PL), partido del expresidente Castillo, que se resiste a aprobar el adelanto de elecciones si no está incluida la propuesta de una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución de 1993, considerada por la bancada como el origen de muchos de los males del país. Según dejó entrever Waldemar Cerrón, congresista de PL, el martes se insistirá en lo mismo y resaltó que no buscan realizar un “chantaje” con esto.
“Lo más rápido es aceptar la Asamblea Constituyente, aceptar el tema de bicameralidad y todas las formas y ya está. Acá se quiere hacer que la izquierda está chantajeando cuando queremos llevar la voz del pueblo. Chantaje sería cuando unos dicen no voto porque los de Perú Libre tenemos que quedarnos un tiempo más, lo que nunca hemos querido y tampoco queremos”, manifestó.
La nueva presidenta, Dina Boluarte, ha descartado la idea de una nueva Constitución, la cual, hasta mayo, era considerada como la última prioridad para los peruanos, quienes respaldaban la idea con apenas un 7 %. Cerrón, sin embargo, le recordó a Boluarte que en campaña ella respaldó la idea a través de una consulta popular. Pero esta propuesta podría no resolver la crisis de fondo e incluso podría sacudir al empresariado, profundizar la crisis económica en el país y extender el limbo en el que se encuentran los peruanos. Para Michael Reid, editor de The Economist, esto además podría crear un gran peligro para la democracia peruana.
“Existe una izquierda fuertemente organizada que apoyó a Castillo. Tienen un proyecto. Quieren utilizar el poder que ha generado la caída del expresidente para forzar una asamblea constituyente como una manera de perpetuarse en el poder, tal y como sucedió en Venezuela y Bolivia… Existe un latente peligro de que la democracia peruana pueda morir”, declaró.
Pero la responsabilidad de que el proyecto de adelanto de elecciones avance el martes no solo recae en Perú Libre: Fuerza Popular (FP), partido de extrema derecha, tampoco quiere dar su brazo a torcer y se niega a aprobar la propuesta si no se adopta una reforma para que vuelva un sistema bicameral al Congreso con una Cámara de Diputados conformada por 130 representantes y un Senado con 60 miembros, así como la reelección de congresistas. Además, se pide en la bancada que el adelanto de elecciones sea para diciembre de 2023 y se oponen a una constituyente.
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El presidente del Congreso, José Williams, habló el lunes con parlamentarios de Perú Libre y las bancadas de izquierda para que cesen sus esfuerzos de impulsar una constituyente, lo que ha sido saludado por el partido Fuerza Popular. Sin embargo, hasta ahora no se cuenta con los votos: según el secretario de FP, Luis Galarreta, no hay más de 42 votos de los 87 necesarios, o 66 para que sea ratificado en referéndum.
El consenso en Perú es clave y no se ha visto hasta el momento. Si no se aprueba el adelanto de elecciones en el Legislativo, existen otras alternativas, como que Boluarte renuncie y asuma Williams la presidencia temporal, llamando a elecciones de inmediato. Ella, no obstante, tampoco quiere perder el pulso y se resiste a renunciar, pues así se convocarían elecciones sin que el Congreso realice mayores reformas políticas y se queden los parlamentarios en sus cargos.
“Ya dimos el paso, nos vamos todos. Está en la cancha del Congreso”, dice Boluarte.
El martes, el Congreso tiene en sus manos el poder de bajar la tensión que se vive en las calles, donde las protestas por la inestabilidad ya han dejado más de 20 muertos, o prolongar la ira en las calles y extender la crisis.
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