Confusión en la Casa Blanca: a Biden se le está saliendo la crisis migratoria de las manos
En la mañana del viernes, la administración Biden anunció un polémico cambio en la política migratoria con el que rompió una de sus más grandes promesas de campaña. Azotado por las críticas, el presidente volvió a cambiar de parecer en la tarde. ¿Qué está pasando con la migración?
El presidente Joe Biden no tuvo un buen viernes. Sus abruptos cambios frente a la política migratoria del país han generado malestar dentro de su propio partido, y dejan ver que la crisis fronteriza por cuenta del aumento del flujo migratorio se le está saliendo de las manos.
¿Qué pasó?
En la mañana del viernes, la administración Biden anunció que establecería el límite de refugiados en 15.000, un mínimo histórico que dejó el expresidente Donald Trump al salir de su administración. En febrero de este año, el presidente demócrata apuntó, con cierta fanfarria, que iba a aumentar el límite a 62.000 cupos para refugiados. Entonces esta decisión incumplía con su palabra, y aún peor, dejaba las cosas como las tenía el exmandatario republicano.
El anuncio despertó la respuesta furiosa de defensores de los derechos humanos y de algunos miembros del Partido Demócrata de renombre, como la representante Ilhan Omar, quien vale destacar fue refugiada en un campamento en Kenia luego de huir de la guerra civil en Somalia.
“Simplemente no hay excusas para la vergonzosa decisión de hoy”, tuiteó Omar.
La representante neoyorquina, Alexandría Ocasio-Cortez, se sumó a las voces críticas y declaró que este cambio era “completa y absolutamente inaceptable”.
Le puede interesar: Biden recuerda a los migrantes que no es el momento para llegar a EE. UU.
La furia de los demócratas causó turbulencia en la Casa Blanca, que después de unas horas tuvo que reversar su decisión inicial. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, emitió una declaración en la que señaló que la administración Biden establecerá la nueva asignación del límite de refugiados para antes del próximo 15 de mayo. Pero aunque sugirió que la nueva cifra sería más alta que la que tenía el expresidente Trump, es poco probable que se eleve a los números que prometió Biden en febrero.
“Es profundamente decepcionante que la administración haya elegido dejar en ese lugar el vergonzoso récord mínimo de su predecesor”, le dijo Krisj O’Mara Vgnarajah, presidente y director del Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados a The Washington Post. Varias agencias de reasentamiento de refugiados y de apoyo a los migrantes lamentaron lo sucedido y expresaron su decepción con el rumbo que estaba tomando el presidente.
¿Por qué Biden dio marcha atrás a su promesa?
La crisis migratoria ya es innegable. Los números reflejan un aumento preocupante de la llegada de personas a la frontera sur. Según funcionarios de la administración Biden, se han demorado en tomar decisiones contundentes para contener la crisis o, aunque sea, retrasar el aumento dramático de solicitudes de refugiados, lo que ha dejado a algunos migrantes en el limbo. Las acciones de línea dura en este momento son necesarias, si se tiene en cuenta que esta crisis será clave para la próxima contienda electoral.
En 2022 se realizarán las elecciones de medio término en el país, y los republicanos están apuntando con todo lo que tienen a la administración actual para socavar su popularidad y ganar terreno en las carreras por escaños en el Legislativo y en gobernaciones claves.
Le recomendamos: Inmigración en la era Biden: ¿promesa desbordada?
“Esto refleja la conciencia del equipo Biden de que la inundación fronteriza causará pérdidas récord a mitad del período si el Partido Republicano mantiene el problema al frente y al centro”, señaló Stephen Miller, quien fue el arquitecto de la política migratoria de Trump.
Con el avance de la vacunación y al recuperación económica a flote, a los republicanos solo les queda la carta de la inmigración para atacar a Biden y señalarle como el responsable de una crisis que, si bien no es del todo su responsabilidad pues es un problema preexistente, sí es la figura principal del drama que se desarrolla en el sur en la actualidad.
Biden está tratando de resolver el problema por todos los frentes, y además de reconfigurar la política migratoria para contrarrestar las cifras del primer trimestre, le encomendó a su vicepresidenta, Kamala Harris, la tarea de estudiar qué puede hacer Estados Unidos para frenar la migración centroamericana. Harris informó el jueves que viajará a México y a países del Triángulo Norte para trabajar al lado de estas naciones en la crisis migratoria.
Vea también: El gobierno de Biden, a la defensiva ante su primera crisis migratoria
El presidente Joe Biden no tuvo un buen viernes. Sus abruptos cambios frente a la política migratoria del país han generado malestar dentro de su propio partido, y dejan ver que la crisis fronteriza por cuenta del aumento del flujo migratorio se le está saliendo de las manos.
¿Qué pasó?
En la mañana del viernes, la administración Biden anunció que establecería el límite de refugiados en 15.000, un mínimo histórico que dejó el expresidente Donald Trump al salir de su administración. En febrero de este año, el presidente demócrata apuntó, con cierta fanfarria, que iba a aumentar el límite a 62.000 cupos para refugiados. Entonces esta decisión incumplía con su palabra, y aún peor, dejaba las cosas como las tenía el exmandatario republicano.
El anuncio despertó la respuesta furiosa de defensores de los derechos humanos y de algunos miembros del Partido Demócrata de renombre, como la representante Ilhan Omar, quien vale destacar fue refugiada en un campamento en Kenia luego de huir de la guerra civil en Somalia.
“Simplemente no hay excusas para la vergonzosa decisión de hoy”, tuiteó Omar.
La representante neoyorquina, Alexandría Ocasio-Cortez, se sumó a las voces críticas y declaró que este cambio era “completa y absolutamente inaceptable”.
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La furia de los demócratas causó turbulencia en la Casa Blanca, que después de unas horas tuvo que reversar su decisión inicial. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, emitió una declaración en la que señaló que la administración Biden establecerá la nueva asignación del límite de refugiados para antes del próximo 15 de mayo. Pero aunque sugirió que la nueva cifra sería más alta que la que tenía el expresidente Trump, es poco probable que se eleve a los números que prometió Biden en febrero.
“Es profundamente decepcionante que la administración haya elegido dejar en ese lugar el vergonzoso récord mínimo de su predecesor”, le dijo Krisj O’Mara Vgnarajah, presidente y director del Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados a The Washington Post. Varias agencias de reasentamiento de refugiados y de apoyo a los migrantes lamentaron lo sucedido y expresaron su decepción con el rumbo que estaba tomando el presidente.
¿Por qué Biden dio marcha atrás a su promesa?
La crisis migratoria ya es innegable. Los números reflejan un aumento preocupante de la llegada de personas a la frontera sur. Según funcionarios de la administración Biden, se han demorado en tomar decisiones contundentes para contener la crisis o, aunque sea, retrasar el aumento dramático de solicitudes de refugiados, lo que ha dejado a algunos migrantes en el limbo. Las acciones de línea dura en este momento son necesarias, si se tiene en cuenta que esta crisis será clave para la próxima contienda electoral.
En 2022 se realizarán las elecciones de medio término en el país, y los republicanos están apuntando con todo lo que tienen a la administración actual para socavar su popularidad y ganar terreno en las carreras por escaños en el Legislativo y en gobernaciones claves.
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“Esto refleja la conciencia del equipo Biden de que la inundación fronteriza causará pérdidas récord a mitad del período si el Partido Republicano mantiene el problema al frente y al centro”, señaló Stephen Miller, quien fue el arquitecto de la política migratoria de Trump.
Con el avance de la vacunación y al recuperación económica a flote, a los republicanos solo les queda la carta de la inmigración para atacar a Biden y señalarle como el responsable de una crisis que, si bien no es del todo su responsabilidad pues es un problema preexistente, sí es la figura principal del drama que se desarrolla en el sur en la actualidad.
Biden está tratando de resolver el problema por todos los frentes, y además de reconfigurar la política migratoria para contrarrestar las cifras del primer trimestre, le encomendó a su vicepresidenta, Kamala Harris, la tarea de estudiar qué puede hacer Estados Unidos para frenar la migración centroamericana. Harris informó el jueves que viajará a México y a países del Triángulo Norte para trabajar al lado de estas naciones en la crisis migratoria.
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