Imagen de referencia de la selva en el Pacífico costarricense.
Foto: EFE - Jeffrey Arguedas
Antes de salir a trabajar en la selva, Christian Puchi se aseguró de que su machete estuviera bien sujeto a la cadera y que sus compañeros guardas forestales estuvieran bañados de repelente de mosquitos. Subieron al bote y navegaron entre la multitud de turistas que ya estaban en el agua.
Los turistas se aferraban a los binoculares con la esperanza de ver las famosas tortugas de Costa Rica. Puchi y sus hombres solo esperaban volver ilesos.
Por Maria Abi-Habib y Alejandro Cegarra | The New York Times
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