Cuatro policías en Haití estarían directamente implicados en asesinato de Moise
Según la portavoz del exmandatario, Marie-Michelle Verrier, ya son 44 los detenidos por el asesinato del presidente, pero cuatro policías estarían directamente implicados en el crimen.
Cada vez se conocen más detalles sobre la investigación que se adelanta luego del asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moise. Este lunes su portavoz, Marie-Michelle Verrier, informó que 44 personas han sido detenidas, entre ellas 12 policías. “Estos 12 policías son : William Moïse, Osmann Pierre Léandre, Jean Laguel Civil, Ronald Guerrier, Alphonse Sadrac, Jean Arly, Delica Phanec, Frantz Louis, Laurent Jude, Ernest Germain, François Rony, Cleantis Louissaint. Entre estos últimos, algunos fueron detenidos por no haber cumplido con sus responsabilidades. Otros están siendo detenidos por su implicación directa en el caso”, dijo.
Pero es que a ese testimonio se suma Martine Moise, viuda del presidente haitiano, quien describió sin rodeos el ataque y expresó sus sospechas sobre el crimen en una entrevista con el New York Times publicada el pasado viernes. “Lo único que vi antes de que lo mataran fueron sus botas”, dijo sobre los asesinos al diario estadounidense Moise, que resultó herida en el ataque.
Despertada esa noche del 7 de julio por disparos, la primera dama explica que escondió a sus dos hijos en un baño antes de acostarse en el suelo, por consejo de su esposo. “Creo que ahí es donde estarás a salvo”, le dijo entonces Jovenel Moise. Tras ser herida por una ráfaga, permaneció acostada, señaló al diario. “En ese momento sentí que me estaba ahogando por la sangre en la boca y que no podía respirar”, describió.
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Luego, los miembros del comando registraron la habitación. Los escuchó hablar en español entre ellos y con alguien al teléfono. “Buscaban algo y lo encontraron”, afirmó al New York Times. Ella sobrevivió al ataque y tuvo que ser evacuada en avión para recibir tratamiento en Florida, donde conversó con el diario. Regresó hace dos semanas a su país para los funerales de su marido.
Martine se pregunta qué pasó en esos momentos con el equipo de 30 a 50 agentes encargados de la seguridad del presidente en la vivienda. “No entiendo cómo nadie fue alcanzado por las balas”. Tras los primeros disparos el presidente llamó a los dos hombres responsables de su seguridad. “Y me dijeron que van a venir”, le dijo Moise a su esposa después de colgar.
La policía haitiana ha arrestado a esos dos funcionarios, así como a una veintena de mercenarios colombianos, y afirma haber sacado a luz un complot organizado por un grupo de haitianos con vínculos en el extranjero, pero en su investigación persisten numerosos puntos oscuros.
Para Martine Moise, las personas citadas por el momento en esta investigación son apenas los ejecutores del atentado del 7 de julio, que ahondó la crisis política en el empobrecido país. “Sólo los oligarcas y el sistema podían matarlo”, dice.
Al New York Times le dio un nombre: el de un influyente empresario, recién ingresado a la política, Réginald Boulos. Absteniéndose de acusarlo de haber ordenado el asesinato, cree que él tenía algo que ganar con el magnicidio, señala el diario. Contactado por el New York Times, Boulos negó las veladas acusaciones de la viuda del presidente con vehemencia y manifestó su apoyo a una investigación internacional independiente.
Cada vez se conocen más detalles sobre la investigación que se adelanta luego del asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moise. Este lunes su portavoz, Marie-Michelle Verrier, informó que 44 personas han sido detenidas, entre ellas 12 policías. “Estos 12 policías son : William Moïse, Osmann Pierre Léandre, Jean Laguel Civil, Ronald Guerrier, Alphonse Sadrac, Jean Arly, Delica Phanec, Frantz Louis, Laurent Jude, Ernest Germain, François Rony, Cleantis Louissaint. Entre estos últimos, algunos fueron detenidos por no haber cumplido con sus responsabilidades. Otros están siendo detenidos por su implicación directa en el caso”, dijo.
Pero es que a ese testimonio se suma Martine Moise, viuda del presidente haitiano, quien describió sin rodeos el ataque y expresó sus sospechas sobre el crimen en una entrevista con el New York Times publicada el pasado viernes. “Lo único que vi antes de que lo mataran fueron sus botas”, dijo sobre los asesinos al diario estadounidense Moise, que resultó herida en el ataque.
Despertada esa noche del 7 de julio por disparos, la primera dama explica que escondió a sus dos hijos en un baño antes de acostarse en el suelo, por consejo de su esposo. “Creo que ahí es donde estarás a salvo”, le dijo entonces Jovenel Moise. Tras ser herida por una ráfaga, permaneció acostada, señaló al diario. “En ese momento sentí que me estaba ahogando por la sangre en la boca y que no podía respirar”, describió.
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Luego, los miembros del comando registraron la habitación. Los escuchó hablar en español entre ellos y con alguien al teléfono. “Buscaban algo y lo encontraron”, afirmó al New York Times. Ella sobrevivió al ataque y tuvo que ser evacuada en avión para recibir tratamiento en Florida, donde conversó con el diario. Regresó hace dos semanas a su país para los funerales de su marido.
Martine se pregunta qué pasó en esos momentos con el equipo de 30 a 50 agentes encargados de la seguridad del presidente en la vivienda. “No entiendo cómo nadie fue alcanzado por las balas”. Tras los primeros disparos el presidente llamó a los dos hombres responsables de su seguridad. “Y me dijeron que van a venir”, le dijo Moise a su esposa después de colgar.
La policía haitiana ha arrestado a esos dos funcionarios, así como a una veintena de mercenarios colombianos, y afirma haber sacado a luz un complot organizado por un grupo de haitianos con vínculos en el extranjero, pero en su investigación persisten numerosos puntos oscuros.
Para Martine Moise, las personas citadas por el momento en esta investigación son apenas los ejecutores del atentado del 7 de julio, que ahondó la crisis política en el empobrecido país. “Sólo los oligarcas y el sistema podían matarlo”, dice.
Al New York Times le dio un nombre: el de un influyente empresario, recién ingresado a la política, Réginald Boulos. Absteniéndose de acusarlo de haber ordenado el asesinato, cree que él tenía algo que ganar con el magnicidio, señala el diario. Contactado por el New York Times, Boulos negó las veladas acusaciones de la viuda del presidente con vehemencia y manifestó su apoyo a una investigación internacional independiente.