Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Daniel Ortega asumió el poder, por cuarta vez, como presidente de Nicaragua. El lunes, con la presencia de aliados como Nicolás Maduro y el presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel, recibió la banda presidencial en el parlamento.
Ortega, con sus rivales presos o en el exilio, ganó las elecciones el pasado 7 de noviembre, junto con su esposa y fórmula vicepresidencial, Rosario Murillo, a quien Ortega nombró “copresidenta”, un cargo sin ningún efecto constitucional.
Le puede interesar: Rosario Murillo: la mujer más poderosa, supersticiosa y temida de Nicaragua
El mandatario, de 76 años, llega a la jefatura del Estado con el apoyo de Rusia y China, país con el que Ortega reanudó relaciones diplomáticas el 9 de diciembre, al reconocer “una sola China”, lo que implicó romper los lazos que por 30 años mantuvo Nicaragua con Taiwán.
De acuerdo con la AFP, el restablecimiento de relaciones con Pekín vino acompañado por una donación de miles de vacunas y, tres semanas después, la apertura en Managua de la embajada del país asiático. Moscú, por su parte, ha proporcionado amplia cooperación, desde insumos, vacunas anticovid, buses para renovar el transporte colectivo y hasta una estación satelital.
El reconocimiento de una sola China y lo que ello implica “ampliará las oportunidades para el avance estratégico de China en América Latina, contribuirá a la desestabilización de Asia y el riesgo de guerra allí, y fortalecerá la dinámica del populismo de izquierda en América Latina en detrimento de Estados Unidos”, escribió Evan Ellis, profesor e investigador sobre América Latina en el U.S. Army War College Strategic Studies Institute, para Latinoamérica 21.
En contraste, Estados Unidos y varios países latinoamericanos, a través de la Organización de Estados Americanos (OEA), desconocieron la legitimidad de los comicios y exigieron la liberación de los opositores presos. La posición de la OEA motivó a Ortega a pedir la salida formal de su país de este organismo, bajo acusaciones de injerencia.
Lea más en: Así reaccionó la comunidad internacional ante el resultado electoral en Nicaragua
Estados Unidos, por su parte, ha prohibido el ingreso de Ortega al territorio del país norteamericano. El presidente de Nicaragua, quien lleva 15 años en el poder, se estrenó en este cuarto mandato, además, con nuevas sanciones por parte de Estados Unidos contra seis de sus altos funcionarios. Se trata de la ministra de Defensa, Rosa Adelina Barahona, y los generales del ejército Bayardo Pulido Ortiz y Bayardo Rodríguez Ruiz. También fueron sancionados el exgeneral del ejército Ramón Calderón Vindell, presidente de la junta directiva de la minera estatal Enimina; Celina Delgado y Nahima Díaz Flores, directivas del Telcor.
“El régimen de Ortega-Murillo continúa con su sometimiento de la democracia al organizar unas elecciones falsas, silenciar a la oposición pacífica y detener a cientos de personas como presos políticos”, según un comunicado del departamento del Tesoro estadounidense.
Vale la pena recordar que en 2018 Nicaragua fue escenario de un levantamiento popular que exigía la renuncia de Ortega y de su esposa, vicepresidenta desde 2017. Los manifestantes acusaban a la pareja de instaurar una dictadura marcada por la corrupción y el nepotismo.
Según las denuncias de la comunidad internacional la represión de las protestas dejó 328 personas muertas. Además, cientos de opositores fueron encarcelados y más de 100.000 nicaragüenses se exiliaron.
Durante su discurso inaugural, Ortega se burló de las sanciones de Washington diciendo que las toma como una “condecoración”. Asimismo, la Unión Europea aprobó sanciones contra el país centroamericano. Los afectados son dos hijos de Ortega y otras cinco personas cercanas al régimen, así como contra tres entidades del país. Se trata de Camila Antonia Ortega Murillo y su hermano Laureano Facundo, así como, entre otros, la presidenta del Consejo Supremo Electoral, Brenda Isabel Rocha Chacón.
Según Evan Ellis, las relaciones comerciales con China, que también podría proveer financiamiento para proyectos, por ejemplo infraestructura, podría compensar parcialmente la pérdida de acceso de Nicaragua a los inversionistas occidentales debido a las sanciones.
Según el reporte del Banco Mundial, actualizado en octubre, antes de las elecciones, “a pesar de la pandemia, la actividad económica (en Nicaragua) se recobró con fuerza en la primera mitad de 2021. La recuperación estuvo encabezada por el consumo privado impulsado por las remesas y un fuerte repunte de las exportaciones de mercancías, respaldado por la recuperación mundial. La inversión privada, que regresa de una base baja, la inversión pública en infraestructura y el comercio también ayudaron a la recuperación”.
Sin embargo, la inestabilidad política y el aumento de los casos de covid se anticipaban como factores negativos para el desempeño del país.
Ortega está a la cabeza de un país en donde la inseguridad alimentaria empeora, en gran parte como consecuencia de la pandemia, pues, según el Banco Mundial, el 26 % de los hogares la padecían a mediados de 2021, frente a 18 % en febrero de 2020. Se estima también que la pobreza (vivir con menos de 3,2 dólares por persona por día) aumentó del 13,5 % en 2019 al 14,6 % en 2021.
👀🌎📄 ¿Ya conoces las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.