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Su amigo de la infancia, Rob Malley, presidente del International Crisis Group, que fue al colegio con Blinken en Francia, lo describe, según medios, como “un americano en París, con un sentido de lo que significa ser un estadounidense con cultura y valores de EE.UU., en un momento en que había mucho antiamericanismo alrededor, pero también vio lo que era ser un francés en EE. UU.”.
Este diplomático de 58 años, nacido en Nueva York, se trasladó a la capital francesa siendo niño cuando sus padres se divorciaron y su madre, Judith, se casó con el abogado Samuel Pisar, un superviviente del Holocausto.
Heredero del Holocausto
De hecho, en su presentación este martes, Blinken recordó a su padrastro, “que fue uno de los 900 niños de la escuela de Bialystok, Polonia, pero el único que sobrevivió al Holocausto tras cuatro años en campos de concentración”.
“Al final de la guerra se escapó de una marcha de la muerte por los bosques de Bavaria (Alemania). Desde su escondite escuchó un estrépito profundo, era un tanque, pero en lugar de una Cruz de Hierro (de las tropas alemanas) vio pintado en un lado una estrella blanca de cinco puntas”, narró en un emotivo discurso.
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“Corrió hacia el tanque -siguió-, la tapa se abrió y un soldado estadounidense afroamericano miró abajo y (su padrastro) se arrodilló. Y dijo las únicas tres palabras que sabía en inglés que su madre le había enseñado antes de la guerra ‘God bless America’ (Dios bendiga EE. UU.). Y es esto lo que somos”.
Heredero de este legado familiar, Blinken es un defensor sin fisuras de Israel y de los derechos humanos frente a las prácticas de Gobiernos como el de Arabia Saudí o Egipto.
En una intervención ante el grupo Mayoría Demócrata por Israel sostenía en mayo pasado que la solución de dos Estados era “la única manera de defender el futuro de Israel como un Estado democrático y judío”.
Y pese a rechazar la anexión unilateral de territorio por parte de Israel, advertía a los palestinos de que debían reconocer el Estado israelí como judío y les pedía acabar con la “incitación”.
Este licenciado en la Universidad de Harvard y la Columbia Law School comenzó su carrera diplomática durante la Administración de Bill Clinton (1993-2001) y más recientemente ha ejercido como subsecretario de Estado y viceasesor de Seguridad Nacional en el Gobierno de Barack Obama (2009-2017) antes de pasar al sector privado.
Actualmente era uno de los socios fundadores de la consultora WestExec Advisors.
El diplomático Jim Steinberg, quien también fue subsecretario de Estado bajo el Gobierno de Obama y que ha trabajado con Blinken durante décadas, lo describía como la persona con “la experiencia y el conocimiento” necesarios para el trabajo, en declaraciones a la emisora de radio pública NPR.
“Tiene el temperamento. Es un gran compañero y trabaja bien con otros, y lo más importante de todo, confía en el presidente de Estados Unidos”, decía Steinberg.
Clinton, Obama y Biden
Blinken ha trabajado, además, de cerca con Biden, exsenador y exvicepresidente de Obama, durante casi veinte años, ya que fue su principal asistente en el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta y asesor de seguridad nacional de su Vicepresidencia.
El diario The New York Times subrayaba que, como asesor de Biden en la Vicepresidencia, Blinken ayudó a desarrollar la respuesta estadounidense durante la llamada primavera árabe, con resultados desiguales en Egipto, Irak, Siria y Libia.
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Su selección como futuro secretario de Estado, si es finalmente confirmado por el Senado, refleja una vuelta a la política exterior tradicional, que abogará por las alianzas de toda la vida.
De hecho, The New York Times indicaba que entre sus prioridades estará restablecer la confianza en EE.UU., como un aliado global dispuesto a regresar a tratados e instituciones internacionales de las que se ha retirado Trump, como el acuerdo nuclear con Irán, el del Clima de París o la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Asimismo, este centrista cree en la acogida de refugiados en EE. UU., y hace unos meses dijo que, si Biden llegaba al poder, buscaría aumentar la ayuda a Guatemala, Honduras y El Salvador para afrontar las causas de raíz que generan la inmigración ilegal hacia el norte.
Europa, el gran aliado
Respecto a Europa, Blinken cree que EE. UU. debe reconocer al viejo continente como un aliado “al que acudir como primer recurso, no como el último, a la hora de afrontar retos”, indicó en una conferencia en julio en el centro de estudios Instituto Hudson.
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El diplomático buscara también la manera de cambiar la dinámica en la competición con China sin abandonar esa pugna, al promover iniciativas multilaterales en materia de comercio, inversiones en tecnología y derechos humanos en lugar de presionar a naciones para que elijan entre los dos países, según The New York Times.
Más allá de su carrera diplomática Bliken toca la guitarra en sus ratos libres y es amante del rock. Tiene una banda llamada Ablinken con dos canciones originales en Spotify, “Lip Service” y “Patience”.