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Los judíos tienen la Estrella de David, los católicos el crucifijo, los protestantes la cruz… ¿Y los seguidores de Donald Trump? La venda en la oreja se ha convertido en el nuevo símbolo que identifica a las multitudes que acompañan al expresidente estadounidense en su campaña por la reelección.
“Es una señal de amor. Es una declaración de moda para hacerle saber cuánto lo amamos”, le dijo una seguidora de Trump a la BBC.
Luego de que el expresidente reapareciera en público con una venda en su oreja derecha tras el atentado que sufrió el pasado sábado, los fanáticos de Trump han buscado replicar su imagen en una muestra de apoyo y devoción a su figura.
“Cuando entró (en la Convención Nacional Republicana) y hubo una explosión de amor en la sala, pensé: ¿qué puedo hacer para honrar la verdad? ¿Qué puedo hacer? Y luego vi la venda y pensé: puedo hacerlo. Entonces, me la puse simplemente para honrar a Trump y expresar simpatía y unidad con él”, relató Joe Neglia, un delegado republicano de Arizona, a Fox News.
Los republicanos que asisten a la Convención se han tomado el símbolo, que Trump porta como una “placa de honor”, muy en serio. Algunos escriben mensajes en sus vendas falsas, como “pelear, pelear, pelear”. Hay quienes las dejan limpias y hay quienes, como Neglia, no portan cualquier vendaje: tiene que ser uno masculino.
“Hay una versión masculina y una versión femenina porque solo hay dos géneros”, le dijo el delegado a Fox News.
Un poco más distantes de la devoción a Trump, aunque no ajenos a esta, están quienes portan el vendaje como un “símbolo que demuestre que la violencia política no es aceptable en Estados Unidos”, según dijo Jackson Carpenter, un delegado republicano de Texas, en The Washington Post.
Pero la regla general parece ser que este venaje es portado como un símbolo casi religioso que identifica a quienes consideran, hoy por hoy, que Trump es un “enviado de Dios” y que fue una “intervención divina” la que lo salvó de la muerte.
No es la primera vez que los fanáticos de Trump adoptan un elemento relacionado con su historia como símbolo del movimiento. Además de las gorras rojas con el eslogan de la campaña, “Make America Great Again (Hacer a Estados Unidos grande de nuevo, en español)”, los fanáticos de Trump también adoptaron otro elemento igual de inusual al vendaje: los pañales.
En abril, luego de que el exabogado de Trump, Michael Cohen, se refirió a Trump como un “hombre que se caga en sus pantalones”, los fanáticos del republicano empezaron a exhibir pañales en sus eventos políticos en muestra de apoyo al expresidente. “Los hombres de verdad usan pañales” y “los pañales antes que los demócratas” fueron algunos de los letreros que se leyeron en los mítines de finales de abril.
If you’re wearing Diapers Over Dems t-shirts & Real Men Wear Diapers hats, you need to know…
— Susan, Boston Mama 🖖🏼🟧 (@SusanBostonMama) May 2, 2024
You MOST CERTAINLY would have taken an XLarge gulp of the Kool-Aid at Jonestown, #VonSchitzenpants!
Nothing but Respect for those genuinely suffering Health Related Incontinence.🙏🏼 pic.twitter.com/rBsIbxQw3N
Un artículo de la revista Scientific American señaló que “el culto a la personalidad de Trump influye en su atractivo político”. Según la publicación, estos elementos de devoción al expresidente, algo de lo que carecen sus sucesores, son la base que sostiene su popularidad, pues permite una conexión psicológica enorme que otros populistas como él no han logrado.
“Si consideramos a los seguidores de Trump como un culto a la personalidad, no es sorprendente que tengan una imagen de sí mismos que incluya un alto nivel de autodisciplina. Los miembros de un culto muestran una lealtad estable y disciplinada hacia su líder y su culto. La oportunidad de seguir a un líder fuerte proporciona a los seguidores pronunciamientos, acciones y creencias a las que pueden adherirse de manera disciplinada”, destacaron Ben Goldsmith y Lars Moen, autores de la publicación.
¿Cómo afecta esto a Estados Unidos? Los investigadores señalan que “si bien los conservadores valoran la estabilidad social y el orden, los miembros de un culto pueden favorecer actos desestabilizadores como el asalto al Capitolio de Estados Unidos”. Por esta razón, el culto a la figura de Trump es preocupante.
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