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Por lo menos 30 reclusos han muerto y otros 47 han resultado heridos tras el amotinamiento registrado el martes en la prisión Guayas 1, un complejo penitenciario de Guayaquil (Ecuador), según informó el comandante de la policía de esa ciudad, el general Fausto Buenaño.
Según Buenaño, seis de los reclusos fueron decapitados y otros han muerto a tiros. También se informó que algunos presos arrojaron granadas durante el motín y que se necesitaron al menos 400 policías para recuperar el control de la prisión.
La revuelta del martes tiene sus orígenes en las disputas entre bandas criminales asociadas con el narcotráfico y los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación. Cabe destacar que Ecuador, ubicado entre Colombia y Perú, principales productores mundiales de cocaína, es un país es utilizado como tránsito para el envío de drogas a Estados Unidos y Europa. Sin embargo, el problema no nace con el motín del martes, sino que se extiende a otros casos registrados en todo el país desde hace por lo menos una década.
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En lo que va del año, más de 150 personas han muerto por la violencia carcelaria en Ecuador. Solo el 23 de febrero, amotinamientos simultáneos en cuatro cárceles de Ecuador dejaron al menos 79 reclusos muertos, el cual es el incidente más sangriento en lo que va del año.
El Sistema Nacional de Información (SNI), organismo encargado de las prisiones, dijo que suspendió las actividades administrativas “no prioritarias” en el complejo penitenciario de Guayas, que abarca la cárcel donde ocurrió el último motín.
¿A qué se debe la crisis carcelaria de Ecuador?
Además de la incidencia de los carteles mexicanos entre las bandas delictivas, y la lucha de poder de estas por tener el control de las cárceles, el mayor problema es que Ecuador no cuenta con guardias suficientes para sus 65 prisiones, por lo que se tiene previsto ampliar la capacidad carcelaria dentro de un plan para reestructurar el “precario” y “caótico” sistema penitenciario.
La violencia ha pasado a ser permanente en los reclusorios del país, con 17,7 millones de habitantes y donde los decomisos a reclusos incluyen fusiles y granadas de fragmentación.
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“Viene una crisis carcelaria desde al año 2010, con un promedio de 25 homicidios por año, pero que se acelera significativamente a partir de 2017 hasta el pico de este año, en que debemos haber pasado ya los 160 homicidios”, expresó a la AFP el ecuatoriano Fernando Carrión, experto en seguridad y narcotráfico.
Agregó que en Ecuador se lavan al año unos 3.500 millones de dólares provenientes del narcotráfico y que “la institucionalidad pública también está siendo cooptada a través de la corrupción”, lo que es una seria amenaza para la nación.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha condenado la continua violencia en las cárceles ecuatorianas, con capacidad para unos 30.000 reclusos pero que albergan a 39.000.
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