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De los ríos Tomebamba, Tarqui, Jubones, Chico, Monte Redondo y Coca, por nombrar algunos, solo quedan rocas y aguas estancadas. No solo las lluvias han disminuido, sino que las altas temperaturas conducen a una mayor evaporación del agua. La baja humedad del suelo y el clima seco agravan la situación, dibujando la escena perfecta para que se desaten incendios forestales difíciles de controlar. Y como si la imagen no fuera suficientemente catastrófica, la respuesta del Gobierno para atender la crisis solo ha agregado más leña al fuego.
Este estiaje, período del año en el que el nivel de los cuerpos de agua está más bajo, es particularmente preocupante en los ríos que alimentan la zona austral, donde se ubican las principales hidroeléctricas del país. Para evitar una nueva crisis energética, el gobierno decretó un paquete de medidas que incluyen apagones nocturnos y teletrabajo. También se retomará el bombardeo de nubes, como anunció el Ministerio de Energía y Minas y se contrató un barco generador flotante para ayudar a generar electricidad. Pero todas las acciones traen consigo problemas.
Empecemos por el barco generador. La semana pasada, la barcaza EMRE BEY de la empresa turca Karpowership inició las pruebas para la generación eléctrica que busca contrarrestar el mal momento por el que pasa el sistema energético nacional. Esta aportará 100MW al país por 18 meses y se instalará en Las Esclusas, aunque temporalmente se ha ubicado en el muelle de ex Ecuagran debido a dificultades técnicas para llegar a su destino.
La empresa turca, una de las mayores operadoras eléctricas flotantes del mundo, es conocida por firmar contratos con países en momentos de emergencia severa. Se supo que el EMRE BEY zarpó hacia el Ecuador el 16 de junio de 2024, lo cual es muy llamativo, pues la convocatoria para la licitación solo ocurrió hasta el 22 del mismo mes. Por esta razón, la Fiscalía abrió una investigación contra el exministro de Energía, Roberto Luque, y el ministro de Transporte, César Rohon. En el Líbano, la empresa ya ha sido investigada por un presunto pago de una “comisión” a un empresario privado para adjudicarse varios contratos.
“Ni siquiera se había hecho la licitación para contratar a una empresa y, sin embargo, esa empresa turca ya había enviado su barcaza y había inmediatamente instalado una infraestructura. La pregunta que todos los periodistas se hacían era cómo es que, sin haber un contrato de licitación pública y una oferta de proveedores, ya está viniendo una barcaza. Esto demostraba claramente que hay ahí hay un problema de peculado, al menos sobre cómo se están expidiendo estos contratos”, explicó Luis Córdova, profesor de la Universidad Central de Ecuador.
Pero la corrupción sería el menor de los males. Organizaciones de al menos dos países en los que han operado las barcazas de Karpowership han denunciado que no se han tenido en cuenta los impactos medioambientales de sus barcazas, causando daños en el ecosistema. Pese a esto, la empresa ha continuado ganando más contratos en estos países, que ya no ven sus servicios solo para responder a una emergencia, sino como la nueva normalidad. Si esto ocurre en Ecuador, hay que destacar que la empresa es tajante en su funcionamiento: cuando no recibe el pago, corta el suministro de electricidad, como ha sucedido en naciones africanas.
La cuestión económica, entonces, es clave acá, especialmente cuando el Gobierno ha prometido pagar una parte de la factura de energía entre diciembre y febrero de 2024 como “agradecimiento a la población” tras un año difícil. En primer lugar, Córdova destaca que esta es una medida populista que responde a las necesidades electorales del Gobierno. “El presidente Daniel Noboa empezó con 81 % de respaldo y actualmente está cerca del 32 % Ha perdido 50 puntos y todavía no llegamos a fin de año y la y la campaña todavía ni siquiera oficialmente empieza, pues ya se puede imaginar el nivel de angustia”, destaca.
¿De dónde saldrá todo el dinero para responder a estas promesas? Los apagones que decretó el gobierno para sortear la crisis le costarán al país cientos de millones de dólares. Solo en Cuenca, cada hora de suspensión de energía le cuesta al sector industrial US$1,2 millones, apuntó Andrés Robalino, director ejecutivo de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de la ciudad, al diario El Comercio. En Quito, el impacto en el sector de restaurantes y bares podría ascender a los US$3,5 millones. El Ministerio de Energía estimó que el último período de apagones le costó al país US$12 millones por hora.
Además de las pérdidas que generan los apagones, Córdova dice que los inversores están sacando los dólares del país considerando que la crisis se está agravando y que esto es preocupante, pues más de un 60 % de los dólares de la economía ecuatoriana están en el extranjero. Y un mal momento económico sin duda va a tener impacto en la seguridad, materia en la que el Gobierno también ha mostrado una gran improvisación. Si bien se ha garantizado que no habrá problemas en las cárceles del país durante los apagones, la Policía sorprendió a la comunidad al pedirles que compren silbatos para avisarle a las autoridades sobre cualquier percance durante las horas en las que no haya servicio de luz. Acá es cuando se cruzan las cuatro crisis más grandes del país: la energética, la económica, la de seguridad y la de la migración.
“Lamentablemente, el modelo económico no está conciliándose con la política de seguridad y no hay mejor política de seguridad para un país en vías de desarrollo su desarrollado que una buena política económica. Y como lo que pasa en el Ecuador y lo que pasa en varios países de América Latina en el Ecuador todas las decisiones en materia política de política económica están simplemente alimentando las enormes estructuras de desigualdad. Están hipotecando el tema de seguridad hídrica, seguridad y soberanía alimentaria seguridad alimentaria. Están hipotecando la capacidad industrial están desarmando lo poco que había de industria en el Ecuador. Por eso, la población económicamente activa está siendo básicamente fumigada en cuanto a trabajos formales y por eso no es casual, que hemos vuelto a las cifras de migración del año 1999. Solo en el primer semestre del 2024 han migrado más de 110.000 ecuatorianos oficialmente”, dijo el experto.
Sobre el área de seguridad, Córdova dice que el gobierno “enfrenta una derrota estratégica en su famosa guerra interna, esta declaratoria de conflicto armado interno que sirvió fundamentalmente para cambiar el escenario político estratégico más no para resolver el tema de inseguridad. Hoy se ve que hace aguas por todas partes y esto se debe fundamentalmente a la opacidad en materia de contratación en el sector de la seguridad y a la improvisación”.
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