EE le explica: el intento de juicio político a Biden va más allá de su presidencia

El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, anunció el martes la apertura de una investigación contra el presidente Joe Biden por supuesta corrupción. Este es el primer paso de cara a un juicio político contra el mandatario demócrata. ¿Por qué ahora? Hay más detalles detrás de este proceso que, al final, aborda mucho más que la administración Biden. Esta es una guía simple para entenderlo.

El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, anunció el martes la apertura de una investigación contra el presidente Joe Biden por supuesta corrupción. Este es el primer paso de cara a un juicio político contra el mandatario demócrata. ¿Por qué ahora? Hay más detalles detrás de este proceso que, al final, aborda mucho más que la administración Biden. Esta es una guía simple para entenderlo.

¿Juicio político contra Biden?

El juicio político o impeachment es, como su nombre en español lo indica, un proceso político que se abre con el objetivo de juzgar a un funcionario público de alto cargo y destituirlo si es encontrado culpable de una violación a la Constitución.

En Estados Unidos hemos visto este proceso activarse contra los expresidentes Andrew Johnson, Bill Clinton y Donald Trump. Este último enfrentó dos procesos durante su presidencia. Sin embargo, ninguno de ellos fue destituido.

Es importante tener esto en cuenta. El presidente Biden todavía no enfrenta un proceso de juicio político. Lo que se lanzó el martes fue apenas una investigación contra Biden para determinar si él ha cometido actos de corrupción. Es el paso previo al juicio político.

¿Por qué la investigación? ¿De qué se le acusa a Biden?

Al presidente se le acusa de beneficiarse de los negocios de su hijo, Hunter Biden, en Ucrania y otros lugares. Por eso, McCarthy les pidió a los comités de Supervisión, del Poder Judicial y de Medios y Árbitros que dirijan una investigación contra Biden para determinar su Biden cometió un delito.

¿Hay pruebas?

Hasta ahora no se han presentado pruebas que indiquen irregularidades por parte del gobierno de Biden respecto a una supuesta trama de corrupción familiar. Lo que ha llevado a los republicanos a presionar por una investigación es la sospecha de que hubo un delito, pero sin evidencia de este.

El hijo del presidente ganó millones como director de la junta directiva de Burisma, una empresa energética de Ucrania propiedad de Mykola Zlochevsky, un oligarca ucraniano señalado de corrupción por Estados Unidos. El gran detalle de esta historia era el momento que vivía Joe Biden: para entonces era vicepresidente de los Estados Unidos y el interlocutor clave de la administración de Barack Obama para los asuntos sobre Ucrania.

El entonces vicepresidente Joe Biden presionó a Ucrania para tomar medidas contra la corrupción que incluían la destitución del fiscal general Viktor Shokin, pues lo señaló de hacerse el de la vista gorda respecto a los casos de corrupción. Y aquí es donde todo se enreda.

Según Biden, se buscó la destitución de Shokin porque era parte del problema y no investigaba los casos de corrupción. Ni siquiera procesó al propietario de Burisma, donde trabajaba el hijo de Biden. Pero los republicanos dicen lo contrario: que el objetivo de Biden era a sacar a Shokin del camino para que, precisamente, no investigara a Burisma.

Shokin salió a hablar en agosto en el conservador Fox News y denunció que fue destituido porque estaba investigando Burisma, pero los registros indican que no había investigaciones contra la empresa por parte de la fiscalía ucraniana cuando él estaba a cargo.

De hecho, Devon Archer, exsocio comercial de Hunter Biden, dijo que le habían explicado que la salida de Shokin era mala para los intereses de la empresa. Esta declaración sugiere que veían con temor la llegada de un fiscal que investigara a Zlochevsky.

Las palabras de Archer son importantes porque, en resumen, mostrarían que Joe Biden no estaba tomando una decisión para favorecer la empresa en la que trabajaba su hijo, sino que buscaba promover una mayor transparencia en Ucrania con un fiscal que pusiera la lupa sobre los oligarcas de dudoso actuar como Zlochevsky.

Los republicanos insisten en la teoría de que Biden actuó para favorecer a su hijo, pero no hay evidencia. De hecho, como destaca The New York Times, el Comité de Supervisión, dirigido por el representante James R. Comer (republicano por Kentucky), republicano de Kentucky, ya analizó 12.000 páginas de registros bancarios solicitados, revisó más de 2.000 páginas de informes de actividades sospechosas y pasó horas entrevistando a testigos por el supuesto entramado de corrupción, entre estos algunos antiguos socios comerciales de Biden.

“Ninguno de los registros bancarios publicados hasta ahora muestra ningún pago al presidente”, expone el Times.

Los miembros del Partido Republicano han reconocido sin querer la ausencia de pruebas en este caso. Este mismo martes, antes de que se lanzara la investigación contra el presidente, la representante republicana Nancy Mace dijo en una entrevista: “¿no se supone que son las pruebas las que le llevan a presentar un juicio político? ¿Una investigación de juicio político? Bueno, para eso es la investigación, para obtener más pruebas”.

Sus palabras exponen una realidad: los republicanos carecen de evidencia y la investigación se lanza para buscarla. McCarthy actúa por sospechas de un delito, sin pruebas sobre este. Hay algo más detrás de esto.

¿Por qué Kevin McCarthy lanzó la investigación contra Biden?

Primero, hay que recordar que el presidente de la Cámara de Representantes tuvo un inicio difícil. Fue elegido en su cargo luego de 15 rondas de votación, pues el ala extrema del Partido Republicano se resistía a votarlo a menos que les realizara una serie de concesiones. Este episodio fue el anticipo de lo que sería McCarthy como presidente de la Cámara: un rehén de los extremistas de su propia partido.

Esos mismos extremistas fueron los que lo empujaron ahora a lanzar la investigación contra Biden. El representante Matt Gaetz (republicano por Florida) amenazó en las últimas semanas con destituir a McCarthy a menos de que lanzara un juicio contra el presidente. No una simple investigación como lo hizo el martes, sino directamente el juicio contra Biden.

Una vez anunciada la investigación, Gaetz volvió a arremeter contra McCarthy y dijo que su acción fue apenas un “paso de bebé”. Además, lo acusó de incumplir los tratos que hizo para ser electo en el cargo de presidente.

Cabe destacar que McCarthy aceptó una nueva regla de la Cámara en este mandato: que un solo miembro de la Cámara puede presentar una resolución para destituir al presidente. Eso sí, una mayoría de la Cámara tendría que votar a favor de retirarlo del cargo. Pero esa regla le permitiría a Gaetz incomodar a MCarthy cada día con una votación para amenazarlo con la destitución.

Que McCarthy lance la investigación contra Biden ahora, sin evidencia de delitos, no es más que una acción desesperada para complacer a los cerca de 20 congresistas del ala más extremista del partido que amenazan con destituirlo. En otras palabras, una jugada para salvar su propio pellejo.

¿Hasta dónde llegaremos con esto?

Lo más probable es que no lleguemos a la instancia de un juicio político contra Biden. Sin embargo, hay que tener algunos elementos en consideración.

Cuando decimos que es poco probable que se lance el juicio político tras la investigación contra Biden es porque McCarthy no cuenta con los votos para hacerlo. Se necesita que una mayoría simple de la Cámara (218 votos) apruebe los artículos de juicio político contra Biden. Los republicanos tienen una muy estrecha mayoría en la Cámara, con 222 curules. Eso quiere decir que necesitarían que casi la totalidad de la bancada vote a favor de esta medida, y hay al menos una decena que férreamente se niega a esto.

Este es el caso del representante Don Bacon (republicano por Nebraska), uno de los miembros más moderados del partido que acepta que ni siquiera había evidencia concreta para abrir una investigación.

De hecho, McCarthy abrió la puerta a una situación muy incómoda para los suyos. Como explicó Matthew Green, profesor de política en la Universidad Católica de América, a The Hill, “va a poner a algunos miembros de distritos indecisos en una posición difícil si les haces votar para destituir a un presidente cuando sus electores no quieren que lo hagan”. Y esto ocurre a un año de las elecciones generales. La reacción electoral podría perjudicar a los republicanos que apoyen un impeachment que no conducirá a una destitución.

Ahora, los republicanos estarían obligados con esta investigación a lanzar el juicio político. “Si iniciamos una investigación de juicio político, no tenemos otra opción que acusar a Joe Biden”, le dijo un estratega republicano a The Hill.

“¿Cómo podemos seguir investigando a Hunter Biden y Joe Biden sobre negocios en el extranjero si hemos realizado investigaciones en la cúspide de nuestros poderes y no encontramos lo suficiente para acusarlo?”, agrega la fuente.

Iniciar una investigación contra Biden sin acusarlo formalmente de un delito sería, como dice la fuente, dejarlo absuelto del caso en el que el partido ha insistido desde hace años.

Si llegamos a la instancia de juicio contra Biden, hay que destacar que no habría destitución. Se necesitan dos tercios de los votos en el Senado para confirmar la destitución de un presidente, y los demócratas tienen actualmente la mayoría. Así que una destitución es totalmente improbable en este escenario.

Como señaló en un comunicado Ian Sams, portavoz de la Casa Blanca, “este ejercicio de juicio político sin fundamento sería un desastre para los republicanos del Congreso”. Es probable que McCarthy gane tiempo para evitar la persecución de los miembros extremistas de su partido, pero acaba de activar una bomba de tiempo para los suyos en el ámbito electoral.

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