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La cantidad de migrantes detenidos al intentar ingresar ilegalmente a Estados Unidos desde México aumentó 4,5 % en junio, a pesar de las predicciones de un descenso en las llegadas debido a las altas temperaturas del verano boreal, según cifras oficiales divulgadas el viernes.
Un total de 188.829 personas fueron interceptadas al querer cruzar la frontera sur estadounidense sin un documento oficial de viaje el mes pasado, frente a las 180.641 de mayo y los poco más de 33.000 hace un año, dijo la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP).
Los agentes de CBP registraron “encuentros” con 1.119.204 inmigrantes indocumentados a lo largo de la frontera con México, la mayor cifra en al menos una década, y eso que faltan todavía tres meses para cerrar el actual año fiscal, que concluye el próximo 30 de septiembre.
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Los menores de edad que cruzaron sin sus padres o tutores, a quienes el gobierno ha prometido reasentar en Estados Unidos en lugar de devolver a México, sumaron 15.253. Esto representa más de 500 detenciones diarias, casi un 8% más en comparación con mayo, aunque por debajo del pico de marzo. Los migrantes que intentaron ingresar en grupos familiares con niños pequeños, a quienes en algunos casos se les ha permitido permanecer en Estados Unidos, aumentaron casi 25%, a 55.805.
Los datos de la CBP no precisan cuántos migrantes lograron cruzar ilegalmente, pero los expertos creen que un alza de los capturados indica un aumento similar de los ingresos clandestinos.
Aproximadamente un tercio de los detenidos en junio eran de México, y luego de tres países centroamericanos (el llamado Triángulo Norte conformado por Honduras, Guatemala y El Salvador) y Ecuador. Otros provenían de Venezuela y Nicaragua, 7.000 de cada uno. La CBP enfatizó que, si bien las cifras son altas, alrededor de un tercio de los capturados en junio ya habían sido interceptados y devueltos a México o a otros lugares al menos una vez en los últimos 12 meses.
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Los flujos migratorios hacia Estados Unidos disminuyeron notablemente por la pandemia, aunque volvieron a crecer ligeramente a fines de 2020 y más marcadamente desde la llegada a la Casa Blanca de Joe Biden, en enero. Los republicanos acusan al presidente demócrata de provocar una “crisis fronteriza” al relajar las políticas migratorias de su predecesor Donald Trump.
Estados Unidos, sin embargo, continúa deportando automáticamente a todos los adultos que viajan solos y a una gran parte de las familias, en virtud del Título 42, una regla adoptada en 2020 para contrarrestar la propagación del covid-19. Los funcionarios de la administración Biden, encabezados por la vicepresidenta Kamala Harris, han buscado ampliar la cooperación con los gobiernos de los países de origen de los migrantes con la esperanza de detener la migración irregular, pero hasta ahora han tenido poco resultado.
El comisionado interino de la CBP, Troy Miller, advirtió sobre las peligrosas condiciones climáticas a lo largo de la frontera sur del país, que han provocado decenas de muertes este año.
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“Esta es la parte más calurosa del verano y estamos viendo una gran cantidad de llamadas de socorro a la CBP por parte de migrantes abandonados por traficantes de personas que no tienen en cuenta la vida humana”, dijo Miller en un comunicado. Las temperaturas en la frontera sur estadounidense superaron regularmente los 43 grados Celsius en junio.