EE. UU. se despierta y quiere contrarrestar la influencia de China en Latinoamérica
El Congreso de Estados Unidos estima que Washington no presta la suficiente atención a América Latina, una crítica compartida por muchos líderes latinoamericanos que han terminado por hacer negocios con China.
Congresistas estadounidenses presentaron este miércoles un proyecto de ley que facilita la inversión y la adhesión de los países latinoamericanos al Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) para contrarrestar la influencia de China y disminuir la migración.
El Congreso de Estados Unidos estima que Washington no presta la suficiente atención a América Latina, una crítica compartida por muchos líderes latinoamericanos que han terminado por hacer negocios con China, cada vez más influyente en la región y un socio comercial ineludible.
El proyecto de ley intenta ponerle remedio mediante la inversión y la creación de una cadena de suministro comercial que generaría empleo en toda la región para, de paso, abordar las causas de la migración, uno de los principales problemas para el presidente demócrata Joe Biden de cara a las presidenciales de noviembre.
Si se adopta, “va a permitir a las compañías norteamericanas que en este momento están en China regresar a los Estados Unidos y al resto del hemisferio”, afirma la congresista María Elvira Salazar en un video subido a la red social X.
Beneficiaría tanto a Centroamérica como a Sudamérica, añade Salazar, una de las impulsoras del texto bipartidista y bicameral, junto con Adriano Espaillat, Mike Gallagher y los senadores Michael Bennet y Bill Cassidy.
Este proyecto de ley crearía un programa de préstamos estadounidenses de relocalización, es decir de nearshoring y reshoring, de 60.000 millones de dólares para reubicar empleos de China en Estados Unidos.
Además establece un programa de subvenciones para la fabricación de textiles y de dispositivos y equipos médicos en América Latina y el Caribe.
- Influencia china -
Estados Unidos debe “hacer frente a la influencia de China y devolver empleos e inversiones” a la región, opina en X Espaillat, que la considera “la legislación más transformadora” en la “historia reciente.
El proyecto de ley abre la vía hacia la adhesión al T-MEC para las naciones que cumplan con una serie de requisitos.
“Cualquier país latinoamericano tiene el derecho y el poder de aspirar” a formar parte de este tratado, afirma Salazar.
“Lo único que tienen que hacer (...) es seguir las reglas del juego: no corrupción, sí democracia, proteger los derechos humanos, seguir las leyes del país, respetar las cortes”, aclara.
Las repercusiones para la región son exponenciales, aseguró a la AFP el embajador de Uruguay en Estados Unidos, Andrés Durán Hareau.
Si se aprueba “básicamente derribaría todas las barreras que hoy tenemos para comerciar libremente, para invertir, para cooperar, sería un salto enorme en la inserción internacional del Uruguay”, afirma.
“Por si fuera poco, visualiza una integración regional integral”, de manera que también resultaría beneficioso “no solo tener acceso al mercado de Estados Unidos e insertarse en cadenas de suministro con este país, sino también con otros países de América” explica el embajador.
Según Espaillat, la ley se autofinancia “al promulgar la reciprocidad comercial y cerrar nuestra brecha comercial ‘de minimis’ con China”.
Los minimis son un esquema que exenta del pago de impuestos a la importación de mercancías con un valor inferior a un umbral que varía en función de los países
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Congresistas estadounidenses presentaron este miércoles un proyecto de ley que facilita la inversión y la adhesión de los países latinoamericanos al Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) para contrarrestar la influencia de China y disminuir la migración.
El Congreso de Estados Unidos estima que Washington no presta la suficiente atención a América Latina, una crítica compartida por muchos líderes latinoamericanos que han terminado por hacer negocios con China, cada vez más influyente en la región y un socio comercial ineludible.
El proyecto de ley intenta ponerle remedio mediante la inversión y la creación de una cadena de suministro comercial que generaría empleo en toda la región para, de paso, abordar las causas de la migración, uno de los principales problemas para el presidente demócrata Joe Biden de cara a las presidenciales de noviembre.
Si se adopta, “va a permitir a las compañías norteamericanas que en este momento están en China regresar a los Estados Unidos y al resto del hemisferio”, afirma la congresista María Elvira Salazar en un video subido a la red social X.
Beneficiaría tanto a Centroamérica como a Sudamérica, añade Salazar, una de las impulsoras del texto bipartidista y bicameral, junto con Adriano Espaillat, Mike Gallagher y los senadores Michael Bennet y Bill Cassidy.
Este proyecto de ley crearía un programa de préstamos estadounidenses de relocalización, es decir de nearshoring y reshoring, de 60.000 millones de dólares para reubicar empleos de China en Estados Unidos.
Además establece un programa de subvenciones para la fabricación de textiles y de dispositivos y equipos médicos en América Latina y el Caribe.
- Influencia china -
Estados Unidos debe “hacer frente a la influencia de China y devolver empleos e inversiones” a la región, opina en X Espaillat, que la considera “la legislación más transformadora” en la “historia reciente.
El proyecto de ley abre la vía hacia la adhesión al T-MEC para las naciones que cumplan con una serie de requisitos.
“Cualquier país latinoamericano tiene el derecho y el poder de aspirar” a formar parte de este tratado, afirma Salazar.
“Lo único que tienen que hacer (...) es seguir las reglas del juego: no corrupción, sí democracia, proteger los derechos humanos, seguir las leyes del país, respetar las cortes”, aclara.
Las repercusiones para la región son exponenciales, aseguró a la AFP el embajador de Uruguay en Estados Unidos, Andrés Durán Hareau.
Si se aprueba “básicamente derribaría todas las barreras que hoy tenemos para comerciar libremente, para invertir, para cooperar, sería un salto enorme en la inserción internacional del Uruguay”, afirma.
“Por si fuera poco, visualiza una integración regional integral”, de manera que también resultaría beneficioso “no solo tener acceso al mercado de Estados Unidos e insertarse en cadenas de suministro con este país, sino también con otros países de América” explica el embajador.
Según Espaillat, la ley se autofinancia “al promulgar la reciprocidad comercial y cerrar nuestra brecha comercial ‘de minimis’ con China”.
Los minimis son un esquema que exenta del pago de impuestos a la importación de mercancías con un valor inferior a un umbral que varía en función de los países
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