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La democracia estadounidense estaría a punto de sucumbir por completo ante la extrema derecha, según advirtió Thomas Homer-Dixon, director y fundador del Instituto Cascade de la Universidad Rotal Roads de Canadá. Este profesor de ciencias políticas, con más de 40 años de experiencia publicando sobre las causas de la guerra, señala que hay ciertas eventualidades que ponen a su vecino del sur al borde de una crisis sin precedentes.
“Para el 2025, la democracia estadounidense podría colapsar, causando una inestabilidad política doméstica extrema, incluida violencia civil generalizada. Para 2030, si no antes, el país podría estar gobernado por una dictadura de derecha”, señala el profesor Homer-Dixon en una columna publicada en el diario Globe and Mail.
Las eventualidades a las que se refiere el experto se refieren, en primer lugar, a la falta de integridad en las elecciones estadounidenses. Las legislaturas estatales han privado a la ciudadanía de su derecho al voto haciendo más difícil participar de los comicios, como se pudo evidenciar en las últimas elecciones. A esto se suma que el Congreso ha sido incapaz de aprobar la Ley de Libertad de Voto para proteger este derecho, pues el proyecto permanece estancado por cuenta de los legisladores republicanos.
Las elecciones de medio término que se celebrarán en noviembre de 2022 en el país son claves para evitar un desastre. Los republicanos buscan el control de las legislaturas estatales, así como de las dos cámaras del Congreso, para continuar con su asedio al derecho al voto de las minorías mientras ayudan al expresidente Donald Trump en su campaña de venganza contra el presidente Joe Biden, dice Homer-Dixon. Según pronósticos, los demócratas perderán el control tanto del Senado como de la Cámara de Representantes.
El profesor señala otro gran factor de riesgo para el país: la población está armada hasta los dientes. Con alrededor de 400 millones de armas de fuego circulando en manos de civiles, el miedo a una insurgencia armada por parte de quienes insisten en un inexistente fraude electoral es cada vez más latente. Estos grupos paramilitares de derecha han estado alimentados por seguidores fieles de Trump, como el presentador de Tucker Carlson o la representante Marjorie Taylor Greene, quienes tienen una personalidad “casi fascista”, según Homer-Dixon.
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“Los demagogos de la derecha están impulsando el proceso de radicalización más lejos que nunca. Al convertir el miedo y la ira de la gente en armas, Trump y una gran cantidad de acólitos y aspirantes a abejas como Tucker Carlson de Fox y la representante de Georgia Marjorie Taylor Greene han capturado al histórico Partido Republicano y lo han transformado en un culto a la personalidad casi fascista que es un instrumento perfecto para destruir la democracia”, escribe el profesor.
Las armas, dice el Homer-Dixon, son más que símbolos. “El culto a Trump se presenta a sí mismo como el único partido verdaderamente patriótico capaz de defender los valores y la historia de Estados Unidos contra los demócratas traidores en deuda con las élites y minorías cosmopolitas que no comprenden ni apoyan los ‘verdaderos’ valores estadounidenses. El asalto a la capital estadounidense el 6 de enero debe entenderse en estos términos”, comenta el analista.
Pero el aumento de la polarización, según el experto, tiene una razón de fondo, más allá de las personalidades que alimentan la división en la ciudadanía: las brechas económicas, raciales y sociales han provocado el empeoramiento las condiciones políticas. La derecha y la izquierda están aisladas y se desprecian entre sí. El centro para realizar consensos ha desaparecido rápidamente, pues ambos polos consideran que el otro partido busca destruir la nación.
“Ahora debemos centrarnos en el problema urgente de qué hacer con respecto al probable desmoronamiento de la democracia en Estados Unidos. Debemos comenzar reconociendo plenamente la magnitud del peligro. Si Trump es reelegido, incluso en los escenarios más optimistas, los riesgos económicos y políticos para Canadá serán innumerables”, señaló Homer-Dixon, agregando que su país no está preparado para una desestabilización tan grande en el sur.
Para Homer-Dixon, Canadá debe prepararse en caso de que los refugiados políticos de alto perfil que huyen de la persecución en Estados Unidos lleguen al país.
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Sin embargo, Homer-Dixon advierte que Trump no sería el dictador por el que hay que temer, sino un “acto de preparación” que al regresar al cargo produciría el caos político y social propicio para demoler la democracia estadounidense.
“Mediante el acoso selectivo y el despido, podrá reducir las filas de los oponentes de su movimiento dentro del estado, los burócratas, funcionarios y tecnócratas que supervisan el funcionamiento no partidista de las instituciones centrales y acatan el estado de derecho. Entonces se prepara para el escenario para que un gobernante más competente desde el punto de vista administrativo, después de Trump, ponga en orden en el caos que ha creado”, señaló el experto.
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