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Stewart Rhodes, líder de las milicias de ultraderecha estadounidenses Oath Keepers, fue condenado este jueves a 18 años de prisión por “sedición”, la sentencia más grave pronunciada hasta ahora vinculada al asalto al Capitolio en 2021.
Rhodes fue una de las más de 1000 personas acusadas por el ataque del 6 de enero de 2021 que, alentado por el entonces presidente Donald Trump, tenía como objetivo impedir que el Congreso certificara a Joe Biden como el ganador de las elecciones de noviembre de 2020.
Rhodes, que también es el fundador del grupo Oath Keepers, fue señalado de ser autor intelectual y material del asalto para mantener a Donald Trump en la Casa Blanca.
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Se trata de la condena más fuerte dictada hasta el momento contra un imputado por el ataque de 6° de enero de 2021 contra el Capitolio de EE.UU.
Antes de leer la sentencia, el juez de distrito Amit Mehta subrayó que “en absoluto” se puede permitir que “un grupo de ciudadanos, a los que solo porque no les gustaba el resultado de las elecciones ni creían en que la ley se cumplió como debería, fomentaran una revolución”.
“Eso es lo que usted hizo”, indicó.
“Usted representa una amenaza persistente y un peligro para el país”, dijo el juez Mehta al justificar la severidad de la pena.
“La conspiración sediciosa es uno de los delitos más graves que puede cometer un estadounidense”, añadió.
Los Oath Keepers participaron, con un arsenal de armas, en el asalto al Capitolio realizado por los partidarios del entonces presidente Trump.
“Usted es inteligente, carismático y convincente y eso es francamente lo que lo hace peligroso”, dijo Mehta, rechazando la afirmación de Rhodes de que era un “prisionero político”.
El pasado 29 de noviembre, Rhodes fue declarado culpable de conspiración para cometer sedición por parte de un jurado federal en Washington.
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Durante el asalto al Capitolio, que dejó cinco fallecidos y más de 140 agentes heridos, Rhodes se mantuvo fuera del edificio supervisando la operación en la que seguidores del expresidente Donald Trump (2017-2021) irrumpieron en la sede del Congreso mientras estaban reunidas las dos cámaras para certificar la victoria electoral de Joe Biden.
La sentencia no alcanzó los 25 años que pretendía el gobierno, aunque Mehta aceptó el argumento de que el plan de los Oath Keepers para impedir violentamente que Biden se convirtiera en presidente se asimilaba al terrorismo.
Justo antes de la sentencia, Rhodes, con un parche en el ojo y vestido con su mono naranja de prisionero, defendió de manera desafiante a su grupo y sus acciones en apoyo de Trump.
“Soy un preso político”, declaró, comparándose con el famoso disidente soviético Aleksandr Solzhenitsyn. “Mi único crimen es oponerme a quienes destruyen nuestro país”, aseguró.
Culpar a Trump
Pero la posesión de un arsenal por su grupo en las afueras de la ciudad y el uso de ropa de combate en su avance organizado hacia el Capitolio mostraron un nivel de planificación y preparación para la violencia muy aceitado.
Rhodes, de 57 años, y Kelly Meggs, de 53, otro líder Oath Keepers, fueron condenados por un jurado de Washington en noviembre por el cargo rara vez empleado de conspiración sediciosa.
La defensa de Rhodes había tratado de convencer al jurado de que los grupos armados de Oath Keepers que había apostados en hoteles alrededor de la capital estadounidense no tenían intención de impedir la confirmación de Biden, sino de “reaccionar” en caso de que Trump les pidiera intervenir.
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Según la organización de ultraderecha, el entonces presidente republicano hubiera podido realizar esa petición en virtud de una norma de 1807 que permite al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas pedir a grupos paramilitares ciudadanos hacer cumplir la ley.
En el mismo juicio, otros tres integrantes de Oath Keepers fueron condenados por obstruir un procedimiento oficial, al haber forzado el cierre del Congreso y obligar a los legisladores y al vicepresidente Mike Pence a refugiarse en un lugar seguro.
Durante el juicio, los fiscales dijeron que los Oath Keepers “idearon un plan para una rebelión armada (...) conspirando para oponerse por la fuerza al gobierno de Estados Unidos”.
Los abogados de Rhodes señalaron que él mismo nunca entró al edificio del Capitolio y que no instó a otros a que lo hicieran.
Pero Mehta rechazó ese argumento como atenuante. Rhodes era inequívocamente el líder del grupo, argumentó.
“Se graduó en Derecho en Yale y es un tipo bastante inteligente”, agregó el juez. “Él era el que daba las órdenes. (...) Estaban allí por él”.
Sin embargo, el abogado de Rhodes, Phillip Linder, sostuvo que su cliente no debería ser considerado responsable del ataque al Capitolio y señaló con el dedo a Trump.
“Creo que lo que pasó el 6 de enero fue deplorable”, pero Rhodes no planeó el levantamiento, insistió.
“Necesitamos ver qué causó esto. (...) ¿Quién inició el 6 de enero?”, remarcó Linder. “Él (por Rodes) no fue quien comenzó esa retórica que enardeció a la gente”.
Los Oath Keepers son una organización poco estructurada vinculada a milicias ciudadanas que, pese a aceptar a cualquiera como miembro, centra sus tareas de reclutamiento en exmilitares, policías y personal de primeros auxilios.
La cadena CNN recordó este jueves que 22 personas que formaban parte del equipo de Rhodes ya han sido condenadas por varios delitos federales por un jurado o tras haberse declarado culpables.
Ocho, incluido el coacusado de Rhodes, Kelly Meggs, que recibirá su sentencia también ese mismo jueves, fueron condenados igualmente por “conspiración sediciosa”. Meggs encabezó un grupo de 14 personas hasta el interior del Capitolio, donde se dividieron en dos grupos de siete, uno dirigido al Senado y el otro a la Cámara de Representantes.
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