El Pentágono anunció que el ejército estadounidense participará en la protección de los principales candidatos a las elecciones presidenciales para apoyar al Servicio Secreto, encargado de proteger a las personalidades políticas. La decisión llega más de un mes después del intento de asesinato del expresidente Donald Trump, conocido como uno de los peores fallos en la historia de la agencia y que provocó la dimisión de su directora.
“El Departamento de Defensa proporcionará protección adicional” hasta las elecciones del 5 de noviembre y probablemente hasta la ceremonia de investidura en enero de 2025, declaró a periodistas la portavoz adjunta del Pentágono, Sabrina Singh.
El 13 de julio el candidato republicano resultó herido en una oreja por disparos efectuados por un hombre desde una azotea que también mataron a una persona e hirieron a otras dos que asistían a su mitin en Butler, en el noreste de Estados Unidos.
Desde entonces, los pormenores de la seguridad en el acto político, de cara a las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre, han estado bajo escrutinio, con serias preocupaciones sobre cómo el sospechoso pudo acceder a un tejado cercano con una línea de visión directa hacia donde hablaba el candidato presidencial republicano.
La directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, dimitió luego de ser blanco de críticas ante la falta de garantías de seguridad que llevaron a que Trump fuera víctima de un atentado.
Ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, Cheatle reconoció que “el intento de asesinato del expresidente el 13 de julio es el fracaso operativo más importante del Servicio Secreto en décadas”. En medio de cuestionamientos sobre informes que indicarían que la organización negó peticiones de aumentar los recursos de seguridad para el candidato republicano, y no solo en campaña, sino desde hace dos años, aseguró que “había una cantidad suficiente de agentes asignados” para protegerlo el día del mitin en el que salió herido, aunque se negó a dar una cifra específica.
Hasta ahora al menos cinco agentes del Servicio Secreto han sido suspendidos en medio de la investigación. Entre estos se encuentra el jefe de la oficina de campo de Pittsburgh, Kevin Rojek, que coordinaba la seguridad con la Policía local, otros tres agentes de la misma oficina y un miembro del equipo personal de Trump.
Después del ataque, la agencia recomendó que el líder republicano evitargrandes eventos al aire libre. Sin embargo, el expresidente que aspira a volver a ocupar la Casa Blanca respondió que continuaría con ese tipo de eventos y que el Servicio Secreto había “acordado intensificar sustancialmente su operación” para protegerlo.
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