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Terminó en Cali la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Drogas, convocada por los gobierno de Colombia y México.
El encuentro, que buscaba reunir a los cancilleres de la región para empezar a formar una “única voz” sobre el cambio de paradigma en la lucha contras las drogas, dejó varias conclusiones.
La secretaria de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena, se refirió a los 10 puntos a los que llegaron tras dos días de reuniones en la capital del Valle.
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“Se reconoce el valor de las convenciones internacionales en materia de estupefacientes y sustancias psicotrópicas y su tráfico”, dijo la alta funcionaria. Agregó que durante la Conferencia se “analizaron los acuerdos” alcanzados en los últimos encuentros internacionales sobre esta problemática y se habló de “cómo ajustarlos” a las nuevas realidades.
Hizo énfasis en que el cambio de paradigma pasa por “contrarrestar de manera integral” las causas y efectos del problema de las drogas, en referencia a la necesidad de atajar la pobreza, desigualdad y falta de oportunidades de forma estructural, “sin renunciar al compromiso internacional de afectar también el tráfico ilícito de drogas”.
Aclaró también que cambiar el paradigma implica también reconocer que la lucha contra las drogas como la conocemos fracasó y que la política debe ahora apuntar a reducir la demanda con enfoque de salud y educación.
Se refirió a la necesidad de romper con las grandes problemáticas que gravitan alrededor de la producción, comercialización y consumo de drogas: la delincuencia organizada transnacional, el tráfico de armas de fuego, la trata de personas, el lavado de activos y la corrupción.
Habló asimismo de los impactos en el medioambiente: “Por cada kilo de metanfetaminas se generan 10 kilos de residuos químicos”, citó.
Terminó denunciando la estigmatización contra los campesinos y migrantes que con el enfoque tradicional antidrogas son acusados de traficantes.
Igualmente, anunció la conformación de un grupo de trabajo integrado por estados de la región para hacer seguimiento al proceso que se ha iniciado con el encuentro en Cali y que busca lograr una voz común para llevar a la conferencia internacional sobre drogas de 2025.
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El énfasis de AMLO y Petro en el amor y la familia
El cierre del evento estuvo a cargo de los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Gustavo Petro.
El presidente mexicano centró su intervención en la necesidad de abordar el nuevo paradigma sobre las drogas centrando los esfuerzos en luchas como la de reducir la pobreza y la desigualdad, en compañía de la generación de empleo y mejores salarios para los trabajadores.
Habló de la importancia de fomentar la producción agrícola, incluyendo la sustitución de cultivos de uso ilícito, pero también de combatir el flagelo de la corrupción.
Se refirió en particular a la necesidad de “fortalecer los valores”, abandonando el individualismo y el materialismo. Sin embargo, su mayor énfasis estuvo en la familia: “Debemos evitar la desintegración de la familia, que es la institución de seguridad social más importante que tenemos”.
Y prosiguió: “En la izquierda hemos cometido el error de dejar el tema de la familia a la derecha”.
Al igual que lo haría Gustavo Petro en su posterior intervención, habló de la importancia del “amor”, en referencia al “amor de la familia, al apapacho”.
Destacó de las culturas latinoamericanas la unidad familiar, que se diferencian de otras culturas en las que, por ejemplo, los jóvenes dejan sus hogares más pronto. Aquí “abusan y se quedan más de la cuenta”, dijo en tono de broma.
“¿Qué hacen los jóvenes solos”, cuestionó en referencia a algo en lo que Petro haría énfasis también: la soledad.
Según el presidente colombiano, los países “con más soledad son más consumidores”.
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En la misma línea dijo que “el mejor antídoto contra el consumo de drogas es el amor”, lo que le valió los aplausos del auditorio.
En su intervención, Petro destacó la iniciativa de la conferencia sobre drogas organizada por Colombia y México, “las mayores víctimas” de la política antidrogas tradicional. Enfatizó, entonces, en la necesidad de una política con enfoque social y de salud para reducir la demanda.
Se refirió al contexto histórico de la lucha contra las drogas que se inició durante el gobierno de Richard Nixon en Estados Unidos y que tuvo entre sus primeros objetivos drogas como la marihuana y el LSD.
“La cocaína mataba 4.000 personas al año en Estados Unidos y la marihuana, ninguno”, dijo antes de citar que ahora son 100.000 las personas muertas a causa del fentanilo.
AMLO también se refirió a la crisis del fentanilo que vive Estados Unidos: “Tenemos la obligación moral de participar en el combate al consumo del fentanilo en Estados Unidos. Es una pandemia que están enfrentando”.
Petro, por su parte, reiteró, luego de citar principios básicos de economía, que la lucha contra las drogas que ataca la producción y no la demanda solo logra incrementar el precio de los estupefacientes.
Así, “los narcotraficantes tiene más dinero para comprar fusiles, vehículos blindados, misiles, políticos, senadores, generales, jueces, presidentes, y aquí está nuestra historia latinoamericana reciente”.
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