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El último informe del Banco Mundial sobre el fenómeno migratorio en el mundo recoge entre sus conclusiones que la migración, manejada adecuadamente, puede incrementar la prosperidad y ayudar a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, pues “ha demostrado ser un poderoso motor de desarrollo que mejora las condiciones de cientos de millones de migrantes, sus familias y de las sociedades en que estos se establecen”.
El informe Migrantes, refugiados y sociedades, presentado recientemente en la Universidad del Rosario, indica que 184 millones de personas en el mundo, que incluyen a 37 millones de refugiados, viven fuera de su país de origen. Esta cifra representa el 2,3 % de la población global.
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Alrededor del 43 % de los migrantes y refugiados se encuentra en países de ingresos bajos y medianos, como es el caso de Colombia, mientras que el 40 % lo hace en naciones de ingresos altos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el 17 % en estados pertenecientes al Consejo de Cooperación del Golfo.
El Banco Mundial indica además que hay países de origen y de destino migratorio de todos los niveles de ingreso y que, incluso, muchos son de origen y destino al mismo tiempo, como México, Nigeria y el Reino Unido. En esta categoría podría entrar también Colombia que ha recibido en el último lustro casi 3 millones de venezolanos y ha generado desde hace décadas importantes flujos migratorios de sus nacionales hacia países de América del Norte y del Sur, así como a Europa.
El informe hace hincapié en que la migración debe gestionarse de modo que sus beneficios de desarrollo se materialicen plenamente. “A menudo, los enfoques actuales no resultan adecuados ni para los migrantes ni para los ciudadanos”, pues “generan grandes ineficiencias y pérdida de oportunidades, tanto en los países de destino como en los de origen”. Y advierte que a veces conducen al sufrimiento humano. “En muchos países de todos los niveles de ingreso, ciertos grupos importantes —y, a veces, segmentos más amplios de la sociedad— cuestionan el tema de la migración como parte de un argumento más general en contra de la globalización”.
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En Migrantes, refugiados y sociedades se explica que los cambios demográficos están provocando una competencia mundial por los trabajadores y su talento, ya que la población de los países de ingresos altos y medianos envejece rápidamente “La proporción de personas mayores de 65 años en países de ingreso alto ya se ubicaba en un máximo histórico del 19% en 2022, y se espera que esta cifra continúe creciendo. El aumento ejerce presión sobre la economía global, los saldos fiscales y el contrato social en términos más amplios”, apunta la investigación del Banco Mundial.
La mayoría de los países de ingresos medianos también se encuentra transitando el camino del envejecimiento de su población, en el marco de un importante desplome de las tasas de nacimiento, lo que podría ocurrir incluso antes de que alcancen altos niveles de desarrollo. Podríamos decir que Colombia, aunque en menor medida todavía que las naciones ricas del planeta, está experimentando este fenómeno.
En sentido contrario, la población de los países de ingresos bajos continuará creciendo rápidamente, por lo que el informe del ente multilateral señala entre sus conclusiones que “las trayectorias económicas y sociales de los países de todos los niveles de ingreso estarán determinadas en gran parte por la decisión de permitir la migración para ayudar a reducir algunos de los nuevos desequilibrios que se observan en el mercado laboral mundial”.
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Los investigadores del Banco Mundial consideran que tanto los países de origen como los de destino deben gestionar la migración con visión estratégica. “Para los primeros”, apunta, “el desafío consiste en maximizar los impactos en términos de desarrollo de la migración laboral en sus propias sociedades”. Mientras que “en el caso de los países de destino, el reto es reconocer y aprovechar el potencial de la migración para satisfacer sus necesidades laborales a largo plazo, sin descuidar dos aspectos del presente: tratar a todos los migrantes con dignidad y abordar los impactos sociales que generan preocupación en los ciudadanos”.
Colombia, con una ya larga experiencia de país de origen migratorio, proceso que no ha cesado como se puede apreciar en los flujos que aún continúa generando principalmente hacia Estados Unidos y Europa, al tiempo que se ha convertido en un importante país receptor de migrantes, tal y como lo atestigua el hecho de que ha recibido al 40% de los 7,2 millones de venezolanos que han dejado su país, debe estar atenta a las recomendaciones del informe Migrantes, refugiados y sociedades del Banco Mundial si quiere maximizar las ventajas de la migración, proceso que por cierto ya ha iniciado abriendo con generosidad las puertas de la nación y avanzando en la regularización de quienes han llegado con vocación de permanencia.
* Investigador adscrito del Observatorio de Venezuela de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario y de la Bitácora Migratoria en alianza con la Fundación Konrad Adenauer, así como presidente de Diálogo Ciudadano Colombo Venezolano.
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