“El cambio climático está aquí”: el clamor de P4G en Colombia por energías verdes
En su tercera edición, en Bogotá, el encuentro sobre sostenibilidad incentivó el diálogo alrededor de la importancia de la transición energética y del rol que puede tener Colombia para, en diferentes sectores, como el del transporte marítimo y el de las ciudades sostenibles, crear empleos verdes y riqueza. La Cumbre P4G finaliza hoy.
María José Noriega Ramírez
Es la primera vez que un país latinoamericano es sede de la Cumbre P4G, y en esta ocasión le tocó a Colombia, específicamente a Bogotá, recibir a daneses y surcoreanos, entre otras nacionalidades más, para hablar sobre sostenibilidad y transición energética. Lo dijo Hyoeun Jenny Kim, embajadora y viceministra para el cambio climático de la República de Corea: “El año pasado fueron las inundaciones en Pakistán, este año los incendios en Canadá. No sabemos qué ocurrirá después (ni en dónde) y por eso tenemos que unirnos”. Algo similar aseguró Ole Thonke, viceministro y subsecretario de políticas de desarrollo de Dinamarca: “El cambio climático está aquí; necesitamos al sector privado para innovar y encontrar soluciones, pero también para obtener dinero. Los recursos públicos no son suficientes y esta agenda es más importante que nunca”.
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Es la primera vez que un país latinoamericano es sede de la Cumbre P4G, y en esta ocasión le tocó a Colombia, específicamente a Bogotá, recibir a daneses y surcoreanos, entre otras nacionalidades más, para hablar sobre sostenibilidad y transición energética. Lo dijo Hyoeun Jenny Kim, embajadora y viceministra para el cambio climático de la República de Corea: “El año pasado fueron las inundaciones en Pakistán, este año los incendios en Canadá. No sabemos qué ocurrirá después (ni en dónde) y por eso tenemos que unirnos”. Algo similar aseguró Ole Thonke, viceministro y subsecretario de políticas de desarrollo de Dinamarca: “El cambio climático está aquí; necesitamos al sector privado para innovar y encontrar soluciones, pero también para obtener dinero. Los recursos públicos no son suficientes y esta agenda es más importante que nunca”.
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El hotel Grand Hyatt reunió a varias personas interesadas: desde voceros y panelistas, hasta políticos, como la alcaldesa Claudia López; pero también a periodistas y asociaciones público-privadas, entre ellas, State of Green. Su director ejecutivo, Finn Mortensen, cree que esto es un asunto que le incumbe al planeta entero: “La gran mayoría de países firmamos los Acuerdos de París, pactamos reducir la temperatura global a 1,5 °C, y para eso necesitamos alejarnos de los combustibles fósiles. Esto incluye a Latinoamérica y ahí es donde Colombia puede servir como faro para otros en la región”. Según él, esta es una oportunidad para que el país muestre “qué tan lejos está dispuesto a llegar”, y menciona las relaciones diplomáticas entre Bogotá y Copenhague, que ya suman algunas décadas, como una oportunidad para eso. De hecho, a partir de ellas, se ha desarrollado una cooperación energética que ha llevado a que, por ejemplo, haya un asesor energético de Dinamarca en territorio colombiano.
Él, Kristian Lund Kofoed, que apenas lleva cuatro meses en el país, aspira a visitar en las próximas semanas la costa Caribe, y con ello ver los recursos eólicos y solares que hay en la zona. Finalmente, también son fuentes importantes de energía en Dinamarca (20 % y 3 %, respectivamente, entre el 43 % que representan las renovables en su matriz energética). “Tenemos una colaboración de tres años en la que trataremos de transmitir la experiencia danesa y nuestras prácticas, tanto en regulación como en legislación, para así hacer una planeación en términos energéticos para el largo plazo. En lo que respecta a la rapidez y la calidad de los vientos, Colombia tiene de las mejores en el mundo. Ahí hay potencial para construir una industria eólica”.
En el fondo, según él, se necesita voluntad política, y el reciente ingreso de Colombia a la alianza Más Allá del Petróleo y del Gas lo lee en esa dirección, al igual que lo hace el embajador danés en Bogotá, Erik Høeg: “Con esto, Colombia asume un compromiso de descarbonizar su sector energético a largo plazo. Sabemos que ustedes dependen del petróleo, del gas y del carbón, pero la transición debe ser gradual y planificada. Nosotros lo entendemos: en nuestro país no sucedió de un día para otro. Sin embargo, ustedes tienen potencial en otras fuentes de energía, como la eólica y la solar, y también en la biomasa. Ahí hay posibilidades para crear empleos y riqueza”.
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Y es que existen varios sectores sobre los cuales se podría empezar a trabajar. Por ejemplo, Ingrid Sidenvall Jegou, directora de proyectos en el Foro Marítimo Mundial, que participó del panel “Descarbonización del sector transporte” durante la cumbre de P4G, piensa que Colombia tiene una posición geográfica clave: “Gracias a su proximidad con el Canal de Panamá y a su acceso al Atlántico y al Pacífico, el país podría beneficiarse de la transición energética del transporte marítimo y cumplir, además, con los compromisos climáticos que apoya en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y en la Organización Marítima Internacional. El transporte marítimo representa cerca del 3 % de las emisiones mundiales de los gases efecto invernadero y es el principal transportador de energía, alimentos y materiales. Por lo tanto, la economía mundial no podrá descarbonizarse a menos que lo haga el sector marítimo”.
Pero no solo las iniciativas a nivel nacional y global son importantes, y algo de eso comentó la alcaldesa Claudia López durante la inauguración de la cumbre: “Las soluciones al cambio climático están en los gobiernos locales. P4G, nosotros, los alcaldes, somos sus mejores aliados. Cuidemos las democracias para que haya quienes cuiden el planeta”. Justo antes de dar inicio al encuentro, Bogotá y Copenhague firmaron un acuerdo de cooperación en temas de desarrollo urbano sostenible, así como de mitigación y de adaptación al cambio climático, que incluye mejorar la infraestructura para los usuarios de bicicletas, minimizar el desperdicio del agua potable y crear estrategias basadas en la economía circular y la generación de energía.
Para Mikkel Hall, consejero danés para la cooperación entre ciudades, las zonas urbanas tienen un rol integral en asuntos ambientales, pues son los principales consumidores de energía. Cuenta que el más reciente pacto firmado entre las capitales incluye la visita desde Copenhague de personas que trabajan día a día en las áreas acordadas, con la intención de que los colombianos trabajen de la mano con sus pares daneses. En sus palabras, “no es una inversión, es una invitación a trabajar y a crear soluciones juntos”. En cuanto al potencial que ve en Bogotá, dice que la capital podría usar mejor sus residuos orgánicos para, por ejemplo, generar metano, que es el gas que se usa para distintos asuntos energéticos, por ejemplo, en las cocinas. En palabras del viceministro Thonke, “necesitamos todas las acciones que contribuyan a la transición energética y a que exista menos dióxido de carbono”.
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