El Colegio Electoral vota y reconoce la victoria de Joe Biden
Luego de una larga espera el Colegio Electoral de Estados Unidos reconoció a Joe Biden como ganador de las elecciones. Esta noche el demócrata dará un discurso.
Los 538 miembros del Colegio Electoral, elegidos por los estadounidenses en las pasadas elecciones generales, se reunieron este lunes en las cámaras estatales de todo el país para emitir sus votos por Joe Biden o por Donald Trump. Y ojo, que estos son los votos que importan realmente. Recordemos que, en estos comicios, los ciudadanos no eligen directamente a su próximo presidente, sino a un grupo de personas - conocidos como los electores- a quienes les encomiendan la tarea de votar en el Colegio Electoral por uno u otro candidato. Así es como funciona el sistema en Estados Unidos.
Los electores, elegidos por la ciudadanía, se comprometen a votar en el Colegio por la boleta presidencial que ganó el voto popular en su estado. Eso es lo que pasó este lunes. Una vez finalizada la votación, los votos de los electores se envían al Archivero, y este los envía más tarde al Congreso en donde son contados en la primera semana de enero. El vicepresidente del país, como presidente del Senado, es el encargado de anunciar al ganador y próximo presidente de los Estados Unidos tras el conteo de estos votos.
Todo este proceso, que en otro momento habría sido una mera formalidad, se siguió de cerca este año porque el presidente Trump presionó a los legisladores estatales en estados claves para que no respaldaran las listas de electores elegidas por el pueblo, como debería ser, sino que les pidió que respaldaran unas listas alternas de electores que iban a votar por él. Es decir, el presidente buscaba saltarse todos los procesos democráticos para quedarse cuatro años más en el poder y exigir electores que solo se comprometieran a elegirlo de nuevo, aunque la ciudadanía no los hubiera elegido a ellos.
Pero Trump no consiguió su objetivo. En la tarde del lunes, Míchigan se convirtió en el último de los estados disputados en presentar sus votos por Joe Biden. Esto eliminó cualquier posibilidad de sorpresas en esta jornada. Así, Biden, quien se alzó con 306 de los 538 electores, frente a los 232 de su rival, dio otro paso hacia su investidura. Pero todavía hay un problema para el país: el presidente Trump sigue buscando entorpecer el proceso electoral y continúa negándose a reconocer su derrota, así el Colegio Electoral la haga oficial.
Sin concesión de Trump
Aunque en los últimos años ha habido algunos “electores infieles”, que votaron por un candidato que no ganó en su estado, su número nunca ha sido suficiente para cambiar el resultado de una elección. Pero Trump ha seguido haciendo afirmaciones infundadas de que la elección de noviembre fue la “más corrupta en la historia de Estados Unidos”, como tuiteó una vez más el domingo.
No obstante, su campaña no ha podido probar ningún fraude, y sus impugnaciones legales a la votación, examinadas por decenas de jueces, han sido desestimadas, con una sola excepción. La propia Corte Suprema, a pesar de contar con una mayoría conservadora gracias a las designaciones de tres de sus integrantes por Trump, se negó el viernes siquiera a considerar dos demandas de los republicanos.
Gran número de legisladores republicanos respaldan las afirmaciones de fraude de Trump, pero algunos estarían dispuestos a reconocer la victoria de Biden una vez que el Colegio Electoral la ratifique. Sin embargo, como según encuestas tan solo uno de cada cuatro votantes republicanos acepta los resultados de las elecciones como válidos, no se espera que Trump ceda en el corto plazo.
Este fin de semana, cuando Fox News le preguntó si asistiría a la toma de posesión de Biden el 20 de enero, como lo exige el protocolo y siglos de tradición, Trump se limitó a contestar: “No quiero hablar de eso”. Algunos aliados de Trump han especulado con la posibilidad de impugnar el resultado el 6 de enero, cuando el Congreso valide formalmente el recuento del Colegio Electoral.
Aunque sus posibilidades de éxito son prácticamente nulas, sería una muestra más del estado de profunda división con que Biden comenzará su Presidencia.
Le recomendamos: La gran estafa de Donald Trump
Joe Biden: 46 datos para conocer al presidente electo de Estados Unidos
Los 538 miembros del Colegio Electoral, elegidos por los estadounidenses en las pasadas elecciones generales, se reunieron este lunes en las cámaras estatales de todo el país para emitir sus votos por Joe Biden o por Donald Trump. Y ojo, que estos son los votos que importan realmente. Recordemos que, en estos comicios, los ciudadanos no eligen directamente a su próximo presidente, sino a un grupo de personas - conocidos como los electores- a quienes les encomiendan la tarea de votar en el Colegio Electoral por uno u otro candidato. Así es como funciona el sistema en Estados Unidos.
Los electores, elegidos por la ciudadanía, se comprometen a votar en el Colegio por la boleta presidencial que ganó el voto popular en su estado. Eso es lo que pasó este lunes. Una vez finalizada la votación, los votos de los electores se envían al Archivero, y este los envía más tarde al Congreso en donde son contados en la primera semana de enero. El vicepresidente del país, como presidente del Senado, es el encargado de anunciar al ganador y próximo presidente de los Estados Unidos tras el conteo de estos votos.
Todo este proceso, que en otro momento habría sido una mera formalidad, se siguió de cerca este año porque el presidente Trump presionó a los legisladores estatales en estados claves para que no respaldaran las listas de electores elegidas por el pueblo, como debería ser, sino que les pidió que respaldaran unas listas alternas de electores que iban a votar por él. Es decir, el presidente buscaba saltarse todos los procesos democráticos para quedarse cuatro años más en el poder y exigir electores que solo se comprometieran a elegirlo de nuevo, aunque la ciudadanía no los hubiera elegido a ellos.
Pero Trump no consiguió su objetivo. En la tarde del lunes, Míchigan se convirtió en el último de los estados disputados en presentar sus votos por Joe Biden. Esto eliminó cualquier posibilidad de sorpresas en esta jornada. Así, Biden, quien se alzó con 306 de los 538 electores, frente a los 232 de su rival, dio otro paso hacia su investidura. Pero todavía hay un problema para el país: el presidente Trump sigue buscando entorpecer el proceso electoral y continúa negándose a reconocer su derrota, así el Colegio Electoral la haga oficial.
Sin concesión de Trump
Aunque en los últimos años ha habido algunos “electores infieles”, que votaron por un candidato que no ganó en su estado, su número nunca ha sido suficiente para cambiar el resultado de una elección. Pero Trump ha seguido haciendo afirmaciones infundadas de que la elección de noviembre fue la “más corrupta en la historia de Estados Unidos”, como tuiteó una vez más el domingo.
No obstante, su campaña no ha podido probar ningún fraude, y sus impugnaciones legales a la votación, examinadas por decenas de jueces, han sido desestimadas, con una sola excepción. La propia Corte Suprema, a pesar de contar con una mayoría conservadora gracias a las designaciones de tres de sus integrantes por Trump, se negó el viernes siquiera a considerar dos demandas de los republicanos.
Gran número de legisladores republicanos respaldan las afirmaciones de fraude de Trump, pero algunos estarían dispuestos a reconocer la victoria de Biden una vez que el Colegio Electoral la ratifique. Sin embargo, como según encuestas tan solo uno de cada cuatro votantes republicanos acepta los resultados de las elecciones como válidos, no se espera que Trump ceda en el corto plazo.
Este fin de semana, cuando Fox News le preguntó si asistiría a la toma de posesión de Biden el 20 de enero, como lo exige el protocolo y siglos de tradición, Trump se limitó a contestar: “No quiero hablar de eso”. Algunos aliados de Trump han especulado con la posibilidad de impugnar el resultado el 6 de enero, cuando el Congreso valide formalmente el recuento del Colegio Electoral.
Aunque sus posibilidades de éxito son prácticamente nulas, sería una muestra más del estado de profunda división con que Biden comenzará su Presidencia.
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