Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Los desplantes que Melania Trump le ha hecho a su esposo, el presidente de Estados Unidos son muchos. La prensa estadounidense lleva meses planteando que hay una crisis en la pareja presidencial.
El último fue este lunes cuando la pareja caminaba, él vistiendo un largo abrigo negro y ella con otro de color amarillo, en dirección al helicóptero presidencial en los jardines de la Casa Blanca.
En un momento parece que el presidente intenta tomar la mano a su mujer y que ella lo rechaza mientras se aleja al menos un metro de él, como si quisiera disimular el desaire. Los desplantes incluso han provocado una campaña en redes llamada #Free Melania.
Dice la prensa que el delicado estado de la unión de la pareja se agravó luego de que se conociera relación que el magnate mantuvo con la actriz porno Stormy Daniels, a quien un abogado de Trump le pagó 130.000 dólares un mes antes de las elecciones presidenciales, a cambio de no revelar los hechos. La relación de Trump com Daniels sucedió un año después de que el magnate contrajera matrimonio con Melania, hace diez años, y cuatro meses después de que ésta diera luz al único hijo de la pareja, Barron.
Los desplantes
Aunque los asesores defienden la estabilidad del matrimonio Trump, la prensa ha hecho un recuento de los momentos que señalan lo contrario. Comienzan hablando de su silencio frente a las polémicas medidas de su marido en varios temas. Decisiones, algunas de ellas, que contrastan con el discurso de inclusión y antidiscriminación de su mujer.
Lo que más curiosidad causó fue la mudanza demoradade Melania a la Casa Blanca. Llegó meses después, según la versión oficial, hasta que Baron terminó el año escolar. El libro Fire & Fury dice que ella no quería ir a vivir a la mansión presidencial.
"La primera dama de Estados Unidos y el presidente también dieron que hablar en una ceremonia pública con sus simpatizantes en el aeropuerto de Orlando Melbourne, Florida. En este multitudinario evento, al que asistieron aproximadamente 9.000 personas, según la policía, se dio una escena particular en el momento de la intervención de Melania. Ella se encontraba dirigiéndose al público cuando apareció por detrás Donald Trump y le tocó el brazo como una señal de respaldo, sin embargo, la esposa del mandatario perdió su mirada y no respondió con el mismo gesto. En otras ocasiones, ha sido Trump quien ha insistido —muchos dirían que incluso demasiado— para que ella hable en público sin querer hacerlo", recuerda el periódico El País.
La actitud se ha repetido en viajes internacionales como en mayo, cuando de visita a Israel ella se negó a darle la mano a Donald Trump. Melania tampoco eligió una imagen junto a su marido para celebrar el primer año como primera dama de Estados Unidos, tampoco acompañó a su marido al Foro Económico Mundial de Davos y llegó por su propio lado al discurso sobre el Estado de la Unión de Trump en el Capitolio, la semana pasada... Pequeños gestos que dicen mucho del delicado estado de la Unión del matrimonio presidencial.