“El dolor del otro es nuestro”: Brasil rodea a los gauchos por las inundaciones
El estado de Río Grande del Sur, frontera con Uruguay y Argentina, que también limita con el océano Atlántico, ha sufrido lluvias torrenciales que dejan más de 90 muertes y 155.000 desaparecidos.
Hugo Santiago Caro
Desde finales de abril, a los habitantes de la región de Río Grande del Sur, o Río Grande do Sul, su nombre en portugués, se les avisó que venía una temporada intensa de lluvias, pero jamás imaginaron que podría terminar en algo similar a lo que están viviendo casi tres semanas después, cuando ya hay más de 155.000 personas que han perdido sus hogares y cuando las muertes por las inundaciones ya se acercan al centenar.
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Desde finales de abril, a los habitantes de la región de Río Grande del Sur, o Río Grande do Sul, su nombre en portugués, se les avisó que venía una temporada intensa de lluvias, pero jamás imaginaron que podría terminar en algo similar a lo que están viviendo casi tres semanas después, cuando ya hay más de 155.000 personas que han perdido sus hogares y cuando las muertes por las inundaciones ya se acercan al centenar.
“Nunca se vio tanta lluvia y tanta agua por todos lados. Es impresionante ver a Porto Alegre (la capital del estado). Está con una sola salida aquí para el sur. Yo vivo en el sur de Porto Alegre y no hay cómo llegar, entonces imagínate el alimento, el combustible, cómo va a llegar para acá. No hay muchas carreteras, muchos puentes, simplemente no existen más, hay mucha destrucción, muchas ciudades aisladas, esto es algo nunca visto, nunca. No pensé que eso podría pasar aquí, es una cosa impresionante”, relata a El Espectador Claudia Anahí Aguilera, arquitecta y profesora universitaria del Instituto Federal Sul-rio-grandense.
Claudia cuenta su historia desde Jaguarao, en el sur de Brasil, y del estado, y en la frontera con Uruguay. Desde allí ha visto cómo las lluvias comenzaron a tornarse en inundaciones y a su vez, cómo siguiendo el cauce natural de los ríos del estado, ciudades enteras fueron arrasadas: “El agua comenzó a bajar desde la sierra, en el norte del estado, vino mucha lluvia. Fue bajando y, en cuanto descendía, tanta lluvia hizo que ciudades enteras desaparecieran. Mucha gente se fue, mucha gente está perdida, mucha gente todavía espera ser rescatada. Es terrible ver eso por televisión. Yo tengo amigos allí, mucha gente conocida. Solo queda llamarlos para ver cómo están”.
También está su familia, pues su hijo vivía en Porto Alegre y su hija en Pelotas, ciudad que conecta con la Laguna de los Patos, el cuerpo de agua que ha recibido toda el agua que ha venido arrasando con el estado y que encontró un camino en el cauce del Río Guaíba, que rodea Porto Alegre y sigue su paso hacia la mencionada laguna buscando salir al océano Atlántico.
Aguilera cuenta que su hijo tuvo que irse hacia el litoral norte, pues no existe forma de conectarse con su hermana, ni con la madre. Las carreteras están totalmente bloqueadas.
Solo queda llamar a los amigos para ver cómo están y enviar ayuda de la manera que se pueda, desde una oración hasta enviar dinero o lo que sea posible. Pero es indescriptible la cantidad de lluvia”
Eduardo Leite, gobernador de Río Grande del Sur, dio declaraciones que coinciden con las de Claudia, se trata de una catástrofe sin precedentes. “Las previsiones para los próximos días no son alentadoras y apuntan a la llegada de un frente frío que debería provocar tormentas y descenso de las temperaturas en todas las regiones, a partir de este miércoles (8). Es muy importante resaltar que la alerta ahora se extiende a la Zona Sur del Estado”, afirmó el mandatario en su cuenta de la red social X, en la que también anunció 200 millones de reales brasileños para lo que llamó “la reconstrucción de Río Grande del Sur”. Esta suma equivale a más de 153.000 millones de pesos colombianos.
Sin embargo, Claudia menciona que también hubo descuidos. “Porto Alegre está con la mayor crecida de la historia. No solo los barrios que nunca antes fueron invadidos están siendo afectados, también hay una falta de mantenimiento en toda la infraestructura que debería haber sido atendida hace tiempo. Entonces, también hay un poco de falta de cuidado por parte del estado y del municipio”, afirma. La docente también afirma que lo más importante de esta coyuntura es que ha sacado lo mejor de los brasileños para rodear a los gauchos, como se les conoce a los pobladores de esta región. “Lo que más se siente es que somos uno, somos uno; el dolor del otro es nuestro, somos todos hermanos, no hay otra cosa que se vea mucho y que te llene el corazón como la cantidad de gente ayudando. Vienen de todas partes de Brasil, vienen de todas partes del mundo y están ayudando. Es decir, ese sentimiento que te menciono, de que todos somos uno, todos somos hermanos, se siente colectivamente. Todos nos damos la mano, todos estamos ayudando de una manera que, en mi vida, nunca había visto”, complementa.
Al respecto, O Globo recoge la historia de Pedro Viana, un analista de sistemas que creó con otro grupo de personas la aplicación To Salvo, que ha permitido a 8.000 damnificados reconectarse con sus seres queridos. “El objetivo es tranquilizar a familiares y amigos. Se trata de promover nuevamente un abrazo entre ellos. Al mediodía ya habíamos tenido más de cien reuniones. Pero creemos que es mucho más. Es difícil monitorear y estar seguro”, afirmó al medio brasileño.
Se espera que en la medida en que los rescatistas puedan acceder a más zonas arrasadas por las lluvias, el número de fallecidos aumente. Al mismo tiempo el pronóstico, como lo mencionaba el gobernador Leite, es que la situación empeore en la región sur del estado. Justo en la región en la que vive Claudia. Ella, por su parte, asegura estar preparada: “Quien pueda salir de Porto Alegre, mejor que lo haga para dejar ayuda a los que no pueden. En fin, esto es un caos, es realmente complicado quedarse allá. Por ahora, mi familia está bien, gracias a Dios, pero estamos aprensivos. Yo vivo cerca de un río, mi hija vive en la ciudad donde está la Laguna de los Patos. Estamos aprensivas, preparándonos y cuidándonos unos a otros”.
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