El escándalo de los túneles secretos en una sinagoga de Nueva York, explicado
Las autoridades de Nueva York descubrieron que había un túnel bajo la sede mundial del Jabad-Lubavitch, una sinagoga ubicada en Brooklyn. El lunes, la historia capturó la atención en redes sociales.
Un grupo de diez jóvenes que pertenecen a la comunidad judía jasídica de Nueva York ha protagonizado el más reciente escándalo en la ciudad. La historia ha acaparado la atención de todo el país y traspasó fronteras al volverse viral en la red social X, antes conocida como Twitter. También ha dado lugar al surgimiento de teorías conspirativas antisemitas, por lo que vale la pena examinarla.
¿Qué pasó con los judíos ortodoxos y su túnel secreto en Nueva York?
El pasado diciembre, las autoridades de Nueva York descubrieron que había un túnel bajo la sede mundial del Jabad-Lubavitch, una sinagoga ubicada en Brooklyn a la que acuden judíos ortodoxos y que es icónica para el movimiento a nivel mundial. El túnel no debía estar allí, pues ponía en riesgo a toda la estructura. Para evitar una tragedia, se ordenó rellenar con cemento el pasaje.
*Este video es de diciembre de 2023
Un grupo de bachurim, que traducido del hebreo significa “jóvenes judíos no casados”, se enteró de los planes para rellenar el túnel y organizó una protesta para evitar el cierre. Se presume que son los responsables de la construcción no autorizada. El lunes, estos jóvenes llegaron al complejo 770 en Crown Heights, donde está el edificio. Allí terminaron enfrentándose a los ingenieros que buscaban rellenar el túnel, y más tarde a varios agentes de la policía, que llegaron al lugar en la tarde para atender el altercado. Este fue el enfrentamiento que se hizo viral y en el que intervino la policía neoyorquina:
El detalle del “túnel secreto descubierto” fue clave para que los videos ganaran tracción en redes. En minutos, las escenas acumularon miles de retuits en X. Tras el enfrentamiento, la policía arrestó a 10 jóvenes, de entre 19 y 22 años, y los acusó de conducta delictiva y peligro imprudente. Uno de ellos también fue acusado de obstrucción de la administración gubernamental.
Los dueños del lugar manifestaron que el pasaje se construyó en secreto y dijeron que era obra de unos “extremistas”. Pero el propósito del túnel continúa siendo una incógnita. En medio de ese vacío es donde han surgido las teorías conspirativas.
En primer lugar, hablemos de las teorías más aterrizadas a la realidad. La agencia Associated Press reportó que quienes apoyaron la construcción del túnel lo hicieron buscando seguir los planes de una “expansión” que tenía Rebe Menachem Mendel Schneerson, antiguo líder del movimiento Jabad y pieza clave para revitalizar la comunidad jasídica tras el Holocausto.
Acá vale la pena hacer un pequeño paréntesis: el edificio, más conocido como el “770″ al interior de la comunidad, tiene un significado inmenso para el movimiento Jabad. Este fue el hogar del rabino Yosef Yitzchak Schneersohn, predecesor de Schneerson y, además, su suegro. Desde la muerte de Schneerson en 1994, el movimiento ha estado sin líder. El vacío en el cargo ha llevado a una división en el Jabad entre dos facciones que pelean por el control del 770. Y solo una de estas parece querer la expansión del edificio.
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Según una nota de prensa, los partidarios del túnel creen que Schneerson sigue vivo y que necesitaban más espacio para convocar más creyentes. La sinagoga, dijo Zalmy Grossman, un residente de Brooklyn, ha estado abarrotada, por lo que se necesitaba con urgencia la ampliación, y esta estaba tardándose mucho. De ahí, aparentemente, surgió la idea del túnel, que debería expandir la sinagoga con “todo el espacio vacío” que hubiera disponible.
Los jóvenes arrestados serían “meshichistas”, una facción que cree en esa teoría que dice que Schneerson está vivo y que por ello busca la expansión. Del otro lado, están quienes se oponen a estas demostraciones y que esperan que la disputa sobre el control del 770 se resuelva en los tribunales.
“Lo que hicieron estas personas fue una farsa. No representa a Jabad en ningún nivel. El judaísmo no respalda el ataque a policías. Se llevaron libros de texto judíos, santos y sagrados y se los arrojaron a la policía”, gritó un hombre, según recogió el medio Jewish Telegraphic Agency.
Esta es la historia aterrizada. Pero no termina acá: del otro lado, tenemos el surgimiento de una ola de teorías conspirativas que destacan por su antisemitismo. Hay quienes ha circulado rumores que dicen que los túneles secretos son parte de una red de tráfico de niños en la que incluso habría llegado a participar el pedófilo Jeffrey Epstein. También hay quienes dicen que los túneles se construyeron desde hace años para que las élites neoyorquinas también pudieran transportar niños para una red de tráfico sexual en la que participaría la comunidad ortodoxa. Nada de esto tiene pruebas. Aquí entra en escena otro elemento favorito de los teóricos de la conspiración: la pandemia.
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Los internautas han promovido el rumor de que las campañas que se montaron en Central Park al inicio de la pandemia para atender a los enfermos de la ciudad por covid-19 eran en realidad carpas montadas por el FBI, institución que buscaba desmontar los túneles clandestinos por los que se transportaban a menores. ¿De dónde surgen estas teorías?
Las conclusiones apresuradas y la falta de lectura de las noticias son un gran factor que alimenta estas teorías. Hay dos imágenes que se hicieron virales también: la de un colchón que tiene una mancha, que los internautas han asumido que se trata de sangre, y la de un fotograma de un video publicado en diciembre, luego de que se encontrara el túnel, que parece mostrar lo que es un carrito de bebé. Un énfasis enorme en la palabra “parece”. Sacar conclusiones precipitadas a partir de estos dos fragmentos es lo que ha impulsado narrativas que, hasta ahora, no tienen pruebas que las sustenten. De fondo, aunque parezca menos entretenido que las locas teorías que circulan en Internet, se encuentra una historia sobre una comunidad religiosa, sus aspiraciones de expandirse y un proceso judicial para definir quién es dueño de un edificio.
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Un grupo de diez jóvenes que pertenecen a la comunidad judía jasídica de Nueva York ha protagonizado el más reciente escándalo en la ciudad. La historia ha acaparado la atención de todo el país y traspasó fronteras al volverse viral en la red social X, antes conocida como Twitter. También ha dado lugar al surgimiento de teorías conspirativas antisemitas, por lo que vale la pena examinarla.
¿Qué pasó con los judíos ortodoxos y su túnel secreto en Nueva York?
El pasado diciembre, las autoridades de Nueva York descubrieron que había un túnel bajo la sede mundial del Jabad-Lubavitch, una sinagoga ubicada en Brooklyn a la que acuden judíos ortodoxos y que es icónica para el movimiento a nivel mundial. El túnel no debía estar allí, pues ponía en riesgo a toda la estructura. Para evitar una tragedia, se ordenó rellenar con cemento el pasaje.
*Este video es de diciembre de 2023
Un grupo de bachurim, que traducido del hebreo significa “jóvenes judíos no casados”, se enteró de los planes para rellenar el túnel y organizó una protesta para evitar el cierre. Se presume que son los responsables de la construcción no autorizada. El lunes, estos jóvenes llegaron al complejo 770 en Crown Heights, donde está el edificio. Allí terminaron enfrentándose a los ingenieros que buscaban rellenar el túnel, y más tarde a varios agentes de la policía, que llegaron al lugar en la tarde para atender el altercado. Este fue el enfrentamiento que se hizo viral y en el que intervino la policía neoyorquina:
El detalle del “túnel secreto descubierto” fue clave para que los videos ganaran tracción en redes. En minutos, las escenas acumularon miles de retuits en X. Tras el enfrentamiento, la policía arrestó a 10 jóvenes, de entre 19 y 22 años, y los acusó de conducta delictiva y peligro imprudente. Uno de ellos también fue acusado de obstrucción de la administración gubernamental.
Los dueños del lugar manifestaron que el pasaje se construyó en secreto y dijeron que era obra de unos “extremistas”. Pero el propósito del túnel continúa siendo una incógnita. En medio de ese vacío es donde han surgido las teorías conspirativas.
En primer lugar, hablemos de las teorías más aterrizadas a la realidad. La agencia Associated Press reportó que quienes apoyaron la construcción del túnel lo hicieron buscando seguir los planes de una “expansión” que tenía Rebe Menachem Mendel Schneerson, antiguo líder del movimiento Jabad y pieza clave para revitalizar la comunidad jasídica tras el Holocausto.
Acá vale la pena hacer un pequeño paréntesis: el edificio, más conocido como el “770″ al interior de la comunidad, tiene un significado inmenso para el movimiento Jabad. Este fue el hogar del rabino Yosef Yitzchak Schneersohn, predecesor de Schneerson y, además, su suegro. Desde la muerte de Schneerson en 1994, el movimiento ha estado sin líder. El vacío en el cargo ha llevado a una división en el Jabad entre dos facciones que pelean por el control del 770. Y solo una de estas parece querer la expansión del edificio.
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Los jóvenes arrestados serían “meshichistas”, una facción que cree en esa teoría que dice que Schneerson está vivo y que por ello busca la expansión. Del otro lado, están quienes se oponen a estas demostraciones y que esperan que la disputa sobre el control del 770 se resuelva en los tribunales.
“Lo que hicieron estas personas fue una farsa. No representa a Jabad en ningún nivel. El judaísmo no respalda el ataque a policías. Se llevaron libros de texto judíos, santos y sagrados y se los arrojaron a la policía”, gritó un hombre, según recogió el medio Jewish Telegraphic Agency.
Esta es la historia aterrizada. Pero no termina acá: del otro lado, tenemos el surgimiento de una ola de teorías conspirativas que destacan por su antisemitismo. Hay quienes ha circulado rumores que dicen que los túneles secretos son parte de una red de tráfico de niños en la que incluso habría llegado a participar el pedófilo Jeffrey Epstein. También hay quienes dicen que los túneles se construyeron desde hace años para que las élites neoyorquinas también pudieran transportar niños para una red de tráfico sexual en la que participaría la comunidad ortodoxa. Nada de esto tiene pruebas. Aquí entra en escena otro elemento favorito de los teóricos de la conspiración: la pandemia.
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Las conclusiones apresuradas y la falta de lectura de las noticias son un gran factor que alimenta estas teorías. Hay dos imágenes que se hicieron virales también: la de un colchón que tiene una mancha, que los internautas han asumido que se trata de sangre, y la de un fotograma de un video publicado en diciembre, luego de que se encontrara el túnel, que parece mostrar lo que es un carrito de bebé. Un énfasis enorme en la palabra “parece”. Sacar conclusiones precipitadas a partir de estos dos fragmentos es lo que ha impulsado narrativas que, hasta ahora, no tienen pruebas que las sustenten. De fondo, aunque parezca menos entretenido que las locas teorías que circulan en Internet, se encuentra una historia sobre una comunidad religiosa, sus aspiraciones de expandirse y un proceso judicial para definir quién es dueño de un edificio.
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