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La principal asistente del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, admitió en una llamada con legisladores demócratas que retrasaron la entrega de datos de fallecimientos por coronavirus en residencias de ancianos por miedo a que el Departamento de Justicia, entonces bajo la Administración de Donald Trump, pudiera usar esos números “en su contra”.
Los comentarios de Melissa DeRosa, considerada la ayudante más cercana a Cuomo, han llevado a que aumente el número de legisladores, tanto del Partido Demócrata como del Republicano, que exigen que se le retiren al gobernador los poderes de emergencia que tiene, que le permiten imponer normas y restricciones relacionadas con el coronavirus de manera unilateral.
La polémica llamada, efectuada por Zoom y de carácter privado, tuvo lugar con legisladores demócratas, que el pasado agosto habían pedido datos adicionales sobre la cantidad de fallecidos en residencias de ancianos.
DeRosa admitió que preguntó a los legisladores el pasado septiembre si la Administración de Cuomo podía “pausar” la recolección de datos y publicar la información después de que el Departamento de Justicia del país hubiera investigado la respuesta al coronavirus del estado de Nueva York.
“Básicamente, nos quedamos parados porque estábamos en una posición en la que no estábamos seguros de qué le íbamos a dar al Departamento de Justicia o qué les íbamos a dar a ustedes, (porque) lo que dijéramos iba a ser usado en nuestra contra y no sabíamos si iba a haber una investigación”, dijo DeRosa en la conversación.
“Eso jugó un papel importante en todo esto”, admitió.
Los detalles de esta interacción privada los dio a conocer la propia oficina del gobernador después de que un medio local de carácter conservador, el New York Post, publicara parte de la información.
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Cuomo ya había sido acusado de “maquillar” el número de fallecidos por coronavirus en residencias de ancianos en Nueva York, el epicentro de la pandemia en EE. UU. durante la primavera de 2020, después de que la fiscal general del estado, Letitia James, publicara un extenso informe.
En él, James alegaba que los funcionarios de Cuomo no habían incluido en las muertes de residencias de ancianos a todos aquellos mayores que fueron trasladados desde este tipo de centros hasta hospitales y que acabaron falleciendo ahí.
Tras publicarse la información del New York Post, DeRosa emitió un comunicado en el que dijo que en la llamada simplemente trataba de explicar que “se tuvo que retrasar la petición de los legisladores para lidiar primero con la solicitud del Gobierno federal”.
“Como dije en la llamada con los legisladores, no podíamos satisfacer su petición todo lo rápido que nos hubiera gustado. Pero estamos comprometidos en ser mejores aliados en el futuro, ya que compartimos el mismo objetivo de que los neoyorquinos estén lo más sanos posibles durante la pandemia”, insistió en la misiva.
El pasado enero, James dio a conocer un informe que denunció que el estado no contabilizó miles de muertes por COVID-19 registradas en residencias de ancianos, que podrían ser hasta un 50 por ciento más de las oficiales.
El Gobierno estatal ha situado en más de 8.500 los fallecimientos en residencias, pero la investigación de James apunta a que el número podría ser mucho mayor y denunció que varios de estos establecimientos no cumplieron con medidas básicas para frenar los contagios.
Desde que estalló la crisis por la pandemia, fueron muchas las voces que acusaban a la Administración de Cuomo de haber agravado la crisis en esas residencias con medidas como la directiva que ordenó a esos establecimientos a aceptar pacientes positivos por coronavirus.
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