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Desde que llegó a la presidencia en 2017, Donald Trump ha pedido que se termine el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), un logro del expresidente Barack Obama que permitió proteger a cientos de miles de migrantes indocumentados, que llegaron al país siendo niños, de la deportación. La decisión de si el DACA puede continuar recae ahora en manos de la Corte Suprema de EE. UU., el máximo tribunal del país, quien presentará su decisión en 2020.
Trump siempre ha tenido en la mira al DACA. En noviembre de 2017, meses después de que inició su gobierno, el exsecretario de Justicia Jeff Sessions anunció que el presidente estaba rescindiendo del programa. Cerrarlo anularía la política de migración con la que cerca de 700.000 migrantes se han visto beneficiados, pues es un instrumento que les permite a quienes llegaron como niños al país tener la posibilidad de trabajar, estudiar y vivir sin el temor de ser deportados. Vea también: Cinco claves para entender el DACA
Los beneficiarios de este programa son, como ya se mencionó, los indocumentados que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños, un grupo al que comúnmente se ha bautizado como los “soñadores” (dreamers). Son aproximadamente 690.000 personas las que actualmente estás cobijadas por el programa. Además, más de 34.000 están procesando su solicitud para entrar a él. Para ser elegido, un solicitante tiene que haber llegado al país antes de los 16 años y haber vivido en suelo estadounidense desde el 15 de junio de 2007, como dicta el programa. Además, según el Departamento de Seguridad Nacional, el solicitante no puede haber tenido más de 30 años antes del 2012, cuando se promulgó esta política.
Algunos de los beneficios del DACA para los jóvenes “dreamers” son la obtención de licencias de conducir, la posibilidad de inscribirse a universidades y la de tener trabajos legales y seguros. Claro que también existen obligaciones, como pagar impuestos sobre la renta. Pese a esto, el programa ha recibido críticas de los migrantes, quienes aseguran que esta política los ha dejado en el limbo, pues este no les abre un camino para convertirse ni en ciudadanos estadounidenses ni en residentes legales permanentes
En principio, el gobierno de Donald Trump planeaba una eliminación gradual del programa, pero tras una serie de órdenes judiciales, la administración debe esperar a una decisión de la Corte Constitucional sobre el futuro del DACA. Sin embargo, el presidente ha señalado sus intenciones de desmantelar el programa con o sin la aprobación de la Corte, aunque recientemente, en medio de la carrera electoral, ha mostrado una política más flexible sobre sus planes para terminar el programa. Vea también: Juez ordena a Trump a recibir nuevas aplicaciones del DACA
La discusión en la Corte Constitucional parte sobre si el gobierno de Trump ha proporcionado la justificación adecuada para finalizar el programa. Este martes, el tribunal escuchó los argumentos de parte y parte. La Corte Constitucional está conformada por nueve jueces, cuatro de ellos demócratas. Los jueces liberales Elena Kagan, Steven Breyer, Ruth Bader Ginsburg y Sonia Sotomayor han señalado que el gobierno no ha mostrado los argumentos necesarios para eliminar el programa, por lo que los dos votos clave recaen en dos conservadores: John Roberts, presidente de la Corte quien ha mostrado en más de una ocasión no seguir el camino radical de Trump, y Brett Kavanaugh, quien llegó al cargo recomendado por el presidente y en medio de una gran polémica desatada por varias denuncias de acoso en su contra.
Las audiencias del martes no mostraron que la balanza se inclinara hacia ningún lado, pero revelaron que será el voto del juez Roberts el que tenga más peso sobre el final.